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Evita el desperdicio de alimentos

Una acción tan cotidiana como abrir el refrigerador y observar los alimentos disponibles pareciera ser algo intrascendente, así como desechar la comida. Pero… ¿has pensado en el impacto económico y ambiental al eliminar los alimentos que no alcanzas a consumir?

Procuraduría Federal del Consumidor | 16 de junio de 2022

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los alimentos que nunca se consumen representan un desperdicio de recursos, como tierra, agua, energía, suelo, semillas y otros insumos utilizados en su producción.

Y no lo es todo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) calcula que entre el 8 % y el 10 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero están asociadas a alimentos que nunca se consumieron.

Las razones por las que se pierde o desperdicia un alimento son variadas: el mal tiempo, los problemas de procesamiento, la sobreproducción y los mercados inestables provocan la pérdida de alimentos mucho antes de que lleguen a las tiendas, mientras que la sobrecompra, la mala planificación y la confusión sobre las etiquetas contribuyen al desperdicio de alimentos en las tiendas y en los hogares.

En este artículo,  te hablaremos sobre el impacto global del desperdicio y/o descarte de alimentos, las cadenas de desperdicio antes de llegar a tu mesa y las acciones para evitarlo.

Hablemos de desperdicio

La FAO estima un desperdicio global de entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano, esto presenta algo así como 1,300 millones de toneladas de alimentos, suficientes para alimentar a 2,000 millones de personas

En el caso de América Latina y el Caribe, se estima 6% de las pérdidas mundiales de alimentos y, cada año se pierde y desperdicia alrededor del 15% de sus alimentos disponibles, aun cuando 47 millones de sus habitantes todavía viven día a día con hambre.

Por su parte, en México de acuerdo con el Banco de Alimentos de México (BAMX), organización de la sociedad civil sin fines de lucro, un tercio del alimento producido se desperdicia, lo que equivale a 38 toneladas por minuto, que bien podrían alimentar a 25.5 millones de personas con carencia alimentaria.

En este sentido, es importante entender el desperdicio y sus etapas. De acuerdo con FoodPrint, empresa dedicada a la investigación y educación sobre prácticas de producción de alimentos, existen dos tipos de desaprovechamiento de alimentos:

  • La pérdida: Una disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los proveedores en la cadena alimentaria, excluyendo a los minoristas, proveedores de servicios de alimentos y consumidores, en las fases de producción, post-cosecha, almacenamiento y transporte.
  • El desperdicio La disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas, proveedores de servicios alimentarios y consumidores, incluye la comida a medio comer que queda en el plato en un restaurante y los restos de la comida preparada en casa.

¿Dónde se da esa pérdida o desecho alimentos? En todos los puntos de la cadena alimentaria: en las granjas, barcos de pesca, durante el procesamiento, la distribución, en las tiendas minoristas, en restaurantes y en los hogares.

Y son justo los hogares los responsables de la mayor parte del desperdicio de alimentos. Información del Índice de desperdicios de alimentos 2021, publicado por el PNUMA , en 2019 se estimó un desperdicio de alimentos de 931 millones de toneladas de los cuáles 61% provino de hogares, 26% del servicio de alimentos y 13% restante del comercio minorista, como supermercados o pequeños almacenes (Ver cuadro).

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En general, las causas que generan esta descomposición y desecho de alimentos en el hogar son variadas, te enlistamos algunas:

  • Deterioro de alimentos: El deterioro ocurre debido a un almacenamiento inadecuado, falta de visibilidad en los refrigeradores, ingredientes parcialmente utilizados y necesidades alimentarias mal calculadas.
  • Preparación excesiva: En ocasiones las personas cocinan o sirven demasiada comida y a menudo más de la que se pueden terminar los miembros del hogar. Además es común olvidarse de comer las sobras y se terminan tirando.
  • Confusión en la etiqueta de fecha: Algunas personas desechan alimentos prematuramente debido a la confusión sobre el significado de las leyendas en las etiquetas, específicamente “Fecha de caducidad” o “Consumir preferentemente antes de…”
  • Compra excesiva: Las ventas de productos inusuales y las promociones que fomentan las compras de alimentos por impulso y al por mayor en las tiendas minoristas a menudo llevan a los consumidores a comprar artículos que no se ajustan a sus plan de alimentación regular y, por lo tanto, se echan a perder antes de que puedan usarse.
  • Mala planificación: Sin un plan de comidas ni listas de compras, los consumidores a menudo hacen estimaciones inexactas de qué y cuántos ingredientes usarán durante la semana. Las comidas no planificadas en restaurantes o la entrega de alimentos también pueden hacer que la comida en el hogar se deteriore antes de que pueda usarse.

Bancos de alimentos, entre la abundancia y la carencia

En muchos países, la donación de alimentos ha surgido como una solución para redirigir los excedentes de alimentos seguros a las manos de quienes más los necesitan.

La mayoría de las donaciones de alimentos se realizan a través de bancos de alimentos u otras organizaciones no gubernamentales de beneficencia que recuperan los excedentes de alimentos y redirigen a comedores de beneficencia, refugios y despensas comunitarias, etc. para alimentar a las personas de bajos ingresos que padecen inseguridad alimentaria.

En México, la Ley General de Salud (artículo 199 Bis) establece que las instituciones que tengan por objeto recibir la donación de alimentos y el suministro o distribución de los mismos con la finalidad de satisfacer las necesidades de nutrición y alimentación de los sectores más desprotegidos del país, estarán sujetas a control sanitario y, además de cumplir con lo establecido en la Ley y demás disposiciones aplicables, deberán:

  1. Tener establecimientos que reúnan las condiciones sanitarias adecuadas para el manejo de alimentos.
  2. Contar con personal capacitado y equipo para la conservación, análisis bacteriológico, manejo y transporte higiénico de alimentos;
  3. Realizar la distribución de los alimentos oportunamente, a fin de evitar su contaminación, alteración o descomposición,
  4. Adoptar las medidas de control sanitario, que en su caso, les señale la autoridad.

Los gobiernos estatales han promulgado leyes o planes de implementación específicos para la donación de alimentos.

En este sentido, y amanera de ejemplo, la Ley para la Donación Altruista de Alimentos de la Ciudad de México, establece la prohibición en la ciudad del desperdicio de alimentos aptos para el consumo humano cuando estos sean susceptibles de donación altruista y corresponde a la Secretaría de Desarrollo Social de la CDMX (Sedeso) diseñar y promover campañas permanentes de sensibilización sobre el aprovechamiento y donación altruista de alimentos.

La donación de alimentos se realiza a favor de instituciones que efectúen labores sociales comprobadas y con registro o certificación oficial. En teste sentido, la Sedeso en coordinación con las Alcaldías, entregará anualmente un reconocimiento público a los donantes y donatarios de alimentos que se hayan distinguido por sus contribuciones en favor de los ciudadanos menos favorecidos de la ciudad.

¿Cómo funcionan los bancos de alimentos? El primer paso es recoger los alimentos de los donadores, que pueden ser hoteles, restaurantes, supermercados, productores, entre otros. Normalmente donan lo que les sobró con la única condición de que los alimentos deben seguir en buen estado.

Posteriormente se almacenan mientras se planean las rutas de entrega, esto se hace lo más rápido posible para conservar en buen estado cada producto. El siguiente paso es la clasificación, donde personas de los bancos o voluntarios eligen, al menos, alimentos 100% aprovechables para su consumo, alimentos para el consumo inmediato y/o alimentos no aptos para el consumo y, por último, los reparten.

En México, existen diferentes organismos de la sociedad civil o de asistencia privada sin fines de lucro dedicados al rescate de alimentos como los siguientes:

Algunos entregan diariamente canastas alimentarias con productos perecederos como: fruta, verduras, carnes, lácteos y pan, a las familias previamente registradas que acuden  a las instalaciones de los organismos y a los puntos de entrega, en ocasiones en comunidades lejanas.

¿Cómo evitar el desperdicio en casa?

Todos desempeñamos un papel importante en la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, no solo por la comida sino por los recursos que hacen falta para producirlos. Para evitar en la medida de lo posible su desperdicio en casa, te brindamos algunas sugerencias:

  • Revisa lo que tienes en la despensa y en el refrigerador, lleva un inventario y trata de almacenar tus alimentos con el método “Primero en entrar, primero en salir” de modo que nada se eche a perder ni se malgaste.
  • Toma en cuenta la duración de largo y corto plazo de los alimentos, te damos algunos ejemplos:
  • Los alimentos de largo plazo son los que tienen mucho tiempo de conservación y podrán sustentar tu alimentación en una emergencia, por ejemplo, pasta, arroz, harina, cereales (por ejemplo, avena sin azúcares añadidos), en sus versiones integrales; legumbres (garbanzos, lentejas, alubias, etc.); frutos secos (sin azúcar, sin sal y sin ningún otro añadido); congelados (verduras, frutas, pescado, carne, marisco, etc.), conservas y platos preparados (legumbres, verduras, pescado, etc.), café, té, sal, vinagre, azúcar y pan tostado.
  • Los alimentos de corto plazo tienen la característica de que no duran tanto en el refrigerador o despensa por lo que su rotación es mayor: hortalizas y tubérculos (zanahorias, cebollas, ajos, papas, pimientos, calabazas, etc.); frutas (naranjas, manzanas, limones, peras, etc.); cereales en caja, leche, huevo, galletas, queso, etc.
  • Ten presente la fecha de caducidad o bien, pégala al frente de cada paquete. También puedes llevar una hoja de control y pegarla en un lugar visible. Así podrás comer lo que está a punto de caducar y abastecerte nuevamente. De este modo estarás constantemente rotando tu suministro y evitando el deterioro.
  • Entiende la diferencia en las fechas del etiquetado. La fecha de “consumo preferente” se refiere a la calidad del alimento; todavía puede ser seguro comerlo después de esta fecha, mientras que la “fecha de caducidad” indica cuándo ya no es seguro consumir ese alimento. Utiliza primero los alimentos cuya fecha de caducidad esté más próxima.
  • Planifica un menú, de preferencia quincenal. La idea es no comprar muchos productos, sobre todo perecederos para evitar que se echen a perder. Considera lo siguiente:
  • Al elaborar un menú para 15 días, distribuyes el gasto y disminuyes las visitas al supermercado o mercado público. Considera el número de personas y los gustos de la mayoría, prepara primero los platillos con productos perecederos y deja para después aquellos que puedas congelar o duren más, finalmente congela la comida sobrante para otra ocasión.
  • En reuniones, deja que tus invitados se sirvan solos. Aunque te resulte agradable servir, como anfitrión puedes no medir con precisión cuánto quiere comer una persona y generalmente servir de más.
  • Convierte la comida sobrante en el almuerzo o la cena del día siguiente. En internet encontrarás muchas recetas creativas.
  • Termina las sobras antes de cocinar algo nuevo: el impulso de preparar algo diferente para cada comida es bastante común.
  • Si ves alguna fruta o verdura un poco “fea” en su aspecto, no quiere decir que ya no sirva. No te dejes influir por las apariencias, sobre todo si cuentas con la garantía de que no está en mal estado.
  • Si te sobran alimentos y no los vas a consumir, considera la opción de donar a vecinos, conocidos, amigos o un banco de alimentos que por lo regular aceptan alimentos que puedan garantizar un consumo seguro, es decir, que por su naturaleza, procesado, temperatura de conservación y tipo de envasado se consideran más estables o inalterables.
  • Si el desecho es inminente, puedes realizar una composta. Consulta aquí para mayor información.

Con las sencillas acciones anteriormente descritas, se puede luchar contra el desperdicio de alimentos. Infórmate, ganas tú, quién lo necesita y el planeta.

Fuentes:

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