Si bien las restricciones de movilidad les han dado tus pies un descanso, es un hecho que al no realizar ejercicios habituales como caminar o correr también disminuye su fortalecimiento.

En esta Brújula de compra te decimos cuidarlos y proporcionarles higiene en aras de tener pies sanos. Por esos grandes esfuerzos a los que en ocasiones son sometidos, merecen tu atención.

Un poco de anatomía

Los pies están diseñados para soportar el cuerpo, es la única parte en contacto con el suelo al estar de pie o moverse y desempeñan distintas funciones:

  • Actúan como amortiguadores.
  • Ayudan a mantener el equilibrio sobre superficies desiguales.
  • Proveen de la propulsión, elasticidad y flexibilidad necesarias para caminar, saltar y correr.

El pie contiene 26 huesos que están divididos en tres secciones: pie delantero, pie medio y pie trasero. El pie delantero está compuesto por 5 metatarsos y 14 falanges. Los metatarsos forman un puente entre el pie medio y los dedos, y se extienden cuando el pie soporta peso. Cada uno de los huesos tiene una parte redondeada llamada cabeza metatarsal, que forma la planta del pie y soporta el peso del cuerpo.

Una red de músculos, tendones y ligamentos mueven, soportan y mantienen en posición a los huesos del pie.

Los músculos tienen varias funciones importantes. Mueven los pies, levantan los dedos, estabilizan los dedos en el suelo, controlan los movimientos del tobillo y soportan el arco. Los tendones conectan los músculos con los huesos y las articulaciones. El más grande es el tendón de Aquiles, que se extiende desde el músculo de la pantorrilla hasta el talón y permite correr, saltar, subir escaleras y ponerse de puntillas.

Los ligamentos mantienen los tendones en su lugar y estabilizan las articulaciones. El ligamento más largo del pie es la fascia plantar, que forma el arco entre el talón y los dedos y permite mantener el equilibrio y caminar.

Principales problemas de los pies

De acuerdo con el Departamento de salud de Standford, el dolor en el pie es a menudo causado por una función inadecuada. Por ejemplo, el calzado inadecuado puede, en algunos casos, provocar problemas en los pies. Un calzado que te quede bien y dé un buen soporte, puede evitar irritaciones en las articulaciones del pie y la piel. Hay otros tipos de problemas que afectan al talón, los dedos, los nervios, los tendones, los ligamentos y las articulaciones. A continuación, te detallamos los problemas más comunes:

  • Espolones calcáneos.

El espolón calcáneo es un crecimiento óseo en el hueso del talón. Por lo general se encuentra en la parte inferior del hueso del talón, donde se une una banda de tejido que va desde el talón hasta la punta del pie llamada fascia plantar. Con el tiempo, el cuerpo construye hueso adicional en respuesta a este estrés que resulta en los espolones del talón.

Las opciones de tratamiento pueden incluir reposo, compresas frías, medicamentos antiinflamatorios, estiramiento adecuado antes de la actividad, calzado o plantillas para calzado adecuadas, inyecciones de corticosteroides y cirugía.

  • Pie de atleta

El pie de atleta se produce más comúnmente al caminar en áreas húmedas. Puede ser muy contagioso. Es una infección micótica de la piel, que por lo general aparece entre los dedos. Sin embargo, la infección se puede extender y causar una gran incomodidad, picazón e incluso dolor. También se pueden desarrollar grietas en los talones o la piel de los dedos de los pies.

El tratamiento consiste en mantener los pies limpios y secos, usar tratamientos antimicóticos en crema, aerosoles, polvos o lociones para aplicar en los pies. Si el hongo persiste debes consultar a tu médico.

  • Callos

Los callos son crecimientos amarillentos que se desarrollan en la parte superior de los dedos del pie. A menudo, un callo se desarrolla en el dedo que roza el calzado u otro dedo. Pueden causar gran incomodidad y dolor. El tratamiento puede incluir recorte el callo mediante el afeitado de las capas de piel muerta, colocación de almohadillas en la zona de callo, el uso de calzado más grande para que quepa el pie cómodamente sin fricción o cirugía.

  • Juanete

Es una protuberancia ósea o de tejido alrededor de una articulación. Los juanetes pueden ocurrir en la base del dedo gordo del pie o en la base del dedo pequeño del pie, y con frecuencia se producen cuando la articulación tiene presión por un período de tiempo. Las mujeres se ven afectadas con mayor frecuencia, ya que suelen usar calzado apretado, puntiagudo y cerrado. Los juanetes pueden ser también consecuencia de la artritis que suele afectar a la articulación del dedo gordo.

El tratamiento de juanetes puede variar en el dolor y la deformidad. El tratamiento puede incluir: usar calzado cómodo que se ajuste bien (sobre todo calzado que se adapte a la forma del pie y no lo apriete demasiado), cirugía, la aplicación de almohadillas en la zona afectada y medicamentos.

  • Neuroma de Morton

Es una acumulación de tejido benigno (no canceroso) en los nervios que corren entre los huesos largos del pie. Se produce cuando dos huesos se rozan y aprietan el nervio entre ellos. Muy a menudo, causa hinchazón, sensibilidad y dolor, si éste se vuelve intenso, puede provocar hormigueo, entumecimiento y ardor en los dedos de los pies. Por lo general ocurre después de estar parado o caminar por un largo período de tiempo. El tratamiento puede incluir reposo y/o un cambio en el calzado que no restrinja el pie. Si el problema persiste, pueden considerarse las inyecciones de cortisona y/o la cirugía.

  • Dedo en martillo

Un dedo en martillo es una condición en la que el dedo se encorva, haciendo que la articulación media del dedo sobresalga. Esta condición a menudo se ve agravada por calzado ajustado que ejercen presión sobre el dedo en martillo. A menudo aparecen callosidades en este sitio. El tratamiento del dedo en martillo puede incluir: la aplicación de una almohadilla de dedo del pie sobre la protuberancia ósea, cambiar su calzado para acomodar el dedo del pie deforme y la extirpación quirúrgica.

  • Fractura del pie

Con 26 huesos en un solo pie, casi cualquiera de ellos puede quebrase. Muchas fracturas no requieren cirugía, ni siquiera un yeso, puesto que se curan por sí solas con algún apoyo. Cuando se fractura el pie, el sitio de la fractura suele producir dolor e hinchazón. El sitio de la fractura determinará el curso del tratamiento.

  • Fascitis plantar

La fascitis plantar se caracteriza por dolor severo en el talón del pie, especialmente al ponerse de pie después de descansar. La condición se debe a una lesión por sobreuso de la superficie de la planta (plantar) de los pies y genera la inflamación de la fascia, una banda dura y fibrosa de tejido que conecta el hueso del talón hasta la base de los dedos del pie.

La fascitis plantar es más común en las mujeres, las personas con sobrepeso, personas con ocupaciones que requieren mucha caminata o estar de pie sobre superficies duras, las personas con pies planos y las personas con arcos altos. Caminar o correr, en especial con los músculos tensos en la pantorrilla, también pueden causar esta condición.

El tratamiento puede incluir: reposo, aplicaciones de compresas de hielo, medicamentos antinflamatorios no esteroideos ejercicios de estiramiento de los tendones de Aquiles y la fascia plantar.

  • Pie diabético

Si tienes diabetes y tus niveles de azúcar en la sangre son demasiado altos, con el tiempo esta condición puede dañar los nervios o los vasos sanguíneos y provocar que pierdas la sensación en los pies. Es posible que no sientas una cortadura, una ampolla o una llaga. Los casos graves pueden inclusive causar una amputación. El daño en los vasos sanguíneos también puede significar que los pies no reciben suficiente sangre y oxígeno.

Puedes evitar los problemas controlando los niveles de azúcar en la sangre, con una buena higiene, revisiones diarias, manteniendo tu piel humectada y suave. Trata de limar los callos y callosidades suavemente, corta las uñas regularmente, si no puedes hacerlo acude al podólogo, usa medias y zapatos en todo momento, y no olvides proteger tus pies del frío y del calor.

Elegir el zapato adecuado

La comodidad debe estar por arriba de la estética, y junto con la funcionalidad evitará que tengas problemas en el momento y en el futuro. Al elegir calzado un factor a tener en cuenta es la edad, toda vez que conforme la edad va aumentando, la piel se reseca y se endurece, la movilidad se reduce y los pies aumentan de tamaño y presentan deformaciones. Te brindamos algunas recomendaciones de acuerdo al uso que le darás.

Calzado de la calle:

  • Debe proteger tus pies de la agresividad de los ambientes urbanos, al mismo tiempo que mantenerlos a una temperatura adecuada sin que sufran ninguna lesión ni daño.
  • Debe adaptarse perfectamente a la forma del pie y a los movimientos habituales, para evitar posibles rozaduras y deformidades.
  • Debe amortiguar correctamente los impactos del pie contra el suelo para que la pisada sea más suave.
  • El interior del calzado debe estar bien acabado para prevenir posibles problemas en la piel, eliminando las molestas costuras.
  • Deben proporcionar un confort térmico para tener los pies calientes en invierno y evitar el sudor en verano.
  • Deben proporcionar un agarre correcto al suelo para evitar resbalones y caídas.
  • El calzado ha de adaptarse a la forma del pie y no al revés. La elección de una talla adecuada asegurará en gran medida el éxito de nuestra selección. Intenta probarte los zapatos en ambos pies, y preferiblemente con los calcetines o medias con los que los vayas a utilizar.
  • El calzado debe ser lo más flexible y ligero posible. Asegúrate de que, al doblar el pie hacia delante, como si fueras a dar un paso, las arrugas que forma el zapato no te molesten.
  • La parte trasera debería ser cerrada y bien ajustada al talón. En caso de zapatos abiertos, es aconsejable que lleven una tira trasera para que el calzado sea más cómodo. Estas tiras deben quedar por debajo del tobillo para evitar rozaduras e inflamaciones. El diseño de la parte trasera del calzado se relaciona directamente con la estabilidad a la hora de andar y la amortiguación del impacto contra el suelo.
  • La suela es la parte de contacto contra el suelo, y de ella depende gran parte de la comodidad del calzado. Debemos tener en cuenta que su dibujo proporcione un correcto agarre al suelo.
  • La plantilla tiene una gran repercusión en el confort del calzado, ya que determina las diferentes presiones que va a recibir el pie al contactar contra el suelo y se encarga de mantener la planta del pie libre de sudor.

Calzado en el hogar:

  • Debe tener sujeción trasera y, en caso de no contar con ella, al menos una buena sujeción o cobertura de la zona del empeine.
  • Debe tener un forro interior sin costuras que tengan tipo almohadilla en el caso de los pies delicados, como sucede con el pie diabético y en el pie reumático.
  • En ocasiones la chancla es causante de caídas, esguinces y traumatismos de algunos dedos del pie. Elige la que mejor se adapte a tus actividades en casa.

Ejercicios para fortalecer los pies

Los especialistas en ortopedia, recomiendan una serie de ejercicios para reducir el dolor y mejorar la flexibilidad. Además, ayudan a prevenir molestias e incluso fracturas. A continuación, te las describimos.

 

 

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Recomendaciones para el cuidado de los pies

  • Mantener en la medida de lo posible, los pies limpios y secos, además de cuidar el corte de uñas, la exfoliación de durezas y callos, así como una buena hidratación. Puede acudir con un podólogo para que te realice algunos de los servicios.
  • Elegir el calzado adecuado, tanto para el día a día, como para hacer ejercicio. La idea es que sea un calzado cómodo, flexible, sin costuras internas y transpirable. Evita
  • Evita que el zapato se moje y, si es el caso, cambiarlo por otro par.
  • En caso de dolor con el uso de zapatos, es recomendable que asistas con el profesional de la salud para determinar las razones.
  • Sí así se requiere, acude con el especialista y compra tus zapatos en centros especializados.
  • Evita que los calcetines te aprieten o queden muy justos, los que están hechos de materiales sintéticos pueden aumentar la sudoración, mal olor y facilitar la aparición de hongos. Por el contrario, los calcetines de algodón mantienen los pies más frescos y secos.
  • El uso de plantillas puede ser útil para corregir pequeños problemas por posturas incorrectas, evitar lesiones y molestias. Recuerda, primero acude con el especialista para que te recomiende acorde a tu necesidad.
  • De vez en cuando un masaje ayuda. Puedes sumergir tus pies en agua tibia o caliente mezclada con algún producto hidratante y dar algún ligero masaje para que se desinflamen y relajen.
  • Si realizas deporte con constancia, utiliza calzado y calcetines adecuados para la práctica deportiva, sobre todo que se ajusten bien y no te aprieten, de igual forma prefiere los que no tengan grandes costuras para evitar sufrir ampollas o rozaduras.

Fuentes: