Fernando inició su carrera por casualidad, ya que sus papás estaban interesados en su salud debido al asma que padecía su mamá. Llegó a la Unidad Cuauhtémoc del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) donde practicó muchos deportes hasta que un día se encontró con los clavados, con su mundo. “Caí en uno de los deportes donde México es una potencia a nivel mundial”.

Platas nos contó lo que sentía durante la competencia y de la diversión al pararse de manos, dar una vuelta, subirse a las camas elásticas y de pronto estar en un trampolín de un metro o en la plataforma de 5 metros entrenando y compitiendo con sus compañeros y amigos.

Tuvo la oportunidad de convivir con medallistas olímpicos como Joaquín Capilla, Carlos Girón y Álvaro Gaxiola. “Me vi en este deporte y queriendo llegar a ser medallista olímpico”.

Participó en Seúl 1988 donde casi consigue el segundo lugar. Su compañero Jesús Mena ganó una medalla y a partir de ahí pensó: “Quiero ser parte de este grupo selecto, sé que puedo”, fue entonces que comenzó a trabajar para ello.

Participó también en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y en Atlanta 1996, aunque no obtuvo medallas. Fue hasta Sidney 2000 que ganó una presea de plata. Para él, ese momento fue único: “Los buenos y malos momentos se te vienen a la mente, toda la experiencia que has desarrollado se hace presente y todo está como lo planeaste".

Fernando tiene la teoría de que todos los deportistas de alto rendimiento y profesionales olímpicos tienen ese momento único donde disfrutan de la presión, y eso es lo que más le gustaba de su profesión: “Estás frente a 20,000 espectadores, a punto de realizar tu último clavado, las piernas te tiemblan, se te sale el corazón, pero lo disfrutas, estás hecho para eso, te gusta y te exiges más”.

Mantener su salud mental, su tranquilidad y su concentración era más fácil entonces que para los deportistas en la actualidad, considera Platas, pues podían tomarse su tiempo para poner en orden todo esto, además, no contaban con redes sociales. “Tienes que estar entrenado mentalmente; el atleta tiene dos herramientas importantes: la visualización de sí mismo en la competencia y la exigencia de conocerse, saber qué le gusta, cómo se siente anímica y mentalmente y cómo puede afrontar el reto”.

Hoy, como adulto contemporáneo, nos dice, “Tienes que volver a aprender todo, desde cómo alimentarte hasta cómo retomar el ejercicio, ya no lo haces como un atleta de alto rendimiento sino por salud, siempre disfrutando y con tranquilidad”.

Actualmente se dedica a la mercadotecnia deportiva, a las consultorías y continúa ayudando dentro del Comité Olímpico Mexicano y del IMSS.

Su día inicia corriendo por la mañana, lleva a sus hijos a la escuela y después va a su oficina. Trata de llegar temprano a casa para estar con su familia, y los fines de semana juega futbol o basquetbol con ellos.

El ejercicio que practica actualmente es el atletismo, “Me gusta porque me permite estar en mi mundo, si te subes a una banda puedes estar concentrado o ver una película o una serie, y si corres en la calle es padrísimo, sientes el frío en tu cara, ves gente y te distraes”.

Fernando recomienda a los lectores de la Revista del Consumidor hacer ejercicio y alimentarse saludablemente, ya que al hacerlo se está apostando a tener una vida madura de calidad.

“Tu forma de comer es el combustible para cuidar tu cuerpo “.