-MODERADORA: Hace uso de la palabra el Secretario de Educación Pública, licenciado Emilio Chuayffet Chemor.

-SECRETARIO EMILIO CHUAYFFET CHEMOR: Señor Presidente de la República; señor Presidente de la Cámara de Senadores y señores Coordinadores de las Cámaras de Diputados y de Senadores.

Señores dirigentes de los partidos políticos nacionales; compañeros servidores públicos; muy distinguidas maestras y maestros que nos acompañan; señoras y señores.

En la presentación del Pacto por México, el Presidente Enrique Peña destacó que ha llegado el momento del encuentro y del acuerdo, apoyados en el bien superior de la República.

Así, con respeto a las diferencias políticas, desde el inicio de su mandato se van construyendo los consensos básicos para emprender las grandes transformaciones que reclama el país.

El Secretario de Gobernación anunció que la Reforma Educativa sería la primera iniciativa del Ejecutivo Federal que se presentaría como resultado derivado del pacto.

Hoy, se cumple ese propósito recordando que no se trata de presentar un catálogo de buenas intenciones, sino de ofrecer una relación de compromisos sujetos a la pública y permanente verificabilidad.

Han habido muchas reformas educativas en México. Las que alcanzaron sus propósitos se basaron en un compromiso nacional incluyente y en el diseño de políticas y estrategias que incidieron en un cambio gradual de nuestro sistema educativo.

Las que nunca prosperaron, fueron producto de la exclusión y se quedaron solo en compendio de medidas remediales.

Ahora, han sido escuchados los políticos, los estudiantes, los padres de familia, el magisterio, los universitarios, los técnicos, los trabajadores, los empresarios, las autoridades civiles y educativas, y la sociedad civil abierta que ha cobrado clara conciencia de nuestra crisis educativa, extensa y profunda, y que se ha organizado para hacerle frente.

A pesar de que en México el gasto público representa el segundo porcentaje más alto del presupuesto destinado para la educación en el mundo, después de Nueva Zelanda; a pesar del valiosísimo aporte del magisterio y de la emergente participación social en la agenda, lo que está claro es que no hemos podido superar nuestras debilidades y nuestro rezago y, mucho menos, superar el retraso en la asimilación de la gran transformación tecnológica del mundo.

La Secretaría de Educación Pública, hay que decirlo claramente, es un archipiélago. Hay que revisarla críticamente, para que vuelva a ser la dependencia del Ejecutivo Federal que ejerza la rectoría del Estado en la materia, que diagnostique los problemas, establezca las metas y los objetivos, elija la pertinencia de las estrategias y dé seguimiento puntual a las evaluaciones, y ayude así, a hacer renacer un sentimiento social como el que caracterizó al gran periodo de la emoción colectiva en México, desde 1920.

El imperativo de la calidad educativa condiciona toda la reforma. Por eso, la iniciativa que hoy se presenta propone, en el Artículo Tercero Constitucional, un sistema profesional de docentes. Ellos son los protagonistas del proceso y es obligación del Estado darles certidumbre en su ingreso, en su permanencia y en la promoción del servicio.

La discrecionalidad ha dejado muchas veces de lado a miles de maestros con preparación y capacidad necesarias para acceder a los cargos de dirección y supervisión. Por eso, la iniciativa propone declarar nulos los ingresos y promociones que no se realicen conforme a la ley.

Pero la profesionalización requiere un proceso de evaluaciones formativas y sumatorias o de impacto, de la que deriven los datos para mejorar los programas de formación del docente, y un sólido sistema de incentivos para ello.

La iniciativa del Presidente Peña Nieto propone dotar de autonomía constitucional a un Instituto Nacional de Evaluación para la Educación. De aprobarse esta iniciativa, el Constituyente Permanente será el que adopte decisiones que ya no pueden postergarse.

Uno. La obligación de la evaluación que no es potestativa y que producirá consecuencias jurídicas.

Dos. La no sujeción de la evaluación a caprichos o a intereses particulares.

Tres. La imposibilidad de pactar o diferir la evaluación.

Y cuatro. El ajuste obligatorio de ésta a los criterios que fije un órgano autónomo confiable, propuesto por el Ejecutivo y aprobado por el Senado.

Profesionalización y evaluación requieren de información homogénea y confiable, que se actualice permanentemente, y que, lamentablemente, no existe en el país.

Por ello, el Presidente de la República propuso en su iniciativa una norma para crear el Sistema de Operación y Gestión Educativas, estableciendo la obligación del INEGI para realizar, de inmediato, un registro nominal de escuelas, profesores y estudiantes, a fin de contar con una plataforma directa entre autoridades y directores de los planteles.

La reforma, lo digo claramente, respetará íntegramente los derechos individuales y colectivos del magisterio. Pero con la ley en la mano, vigilará que cada agente educativo cumpla estrictamente con lo que le reserva específicamente la norma.

La iniciativa recoge, también, planteamientos de equidad y de una más eficaz operación del sistema, otorga autonomía de gestión a las escuelas para que ellas lleven, directamente, mejoras de infraestructura, compra de materiales educativos, decisiones para resolver los problemas básicos de operación y para propiciar, bajo el liderazgo de cada director, la participación de alumnos, maestros y padres de familia para enfrentar los retos que cada escuela tiene.

En cuanto a la equidad, pero también vinculada a la calidad, se establece la creación de hasta 40 mil escuelas de tiempo completo en el sexenio, con jornadas de seis a ocho horas diarias para aprovechar mejor el tiempo y para suministrar, ahí donde se solicite, los alimentos obtenidos a partir de micro empresas locales con la prohibición constitucional de distribuir y consumir aquellos que no cumplan con las normas oficiales de salud.

Dentro de muy pocos días, tres exactamente, se cumplirán 96 años de un episodio memorable para los mexicanos. La tarde del 13 de diciembre de 1916, el Constituyente Mújica abrió en Querétaro la sesión del debate sobre el Artículo Tercero Constitucional y lo hizo con una frase reveladora del ánimo unánime de todos los congresistas. Estamos señores, dijo, en el momento más solemne de la Revolución.

Bajo ese sentimiento evocador, la Iniciativa de Reforma Educativa del Presidente Peña Nieto aspira a ser solemne, primordial, incluyente y efectiva, y a sacudir conciencias que devuelvan la rectoría del Estado en el sistema educativo para que éste sea el gran agente formador de las mujeres y de los hombres del presente y del futuro de México.

Muchas gracias.

-MODERADORA: Tiene el uso de la palabra el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática, licenciado Jesús Zambrano Grijalva.

-LIC. JESÚS ZAMBRANO GRIJALVA: Gracias, muchas gracias.

Muy buenas tardes.

Licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de la República; Presidenta del PRI, del Comité Ejecutivo Nacional del PRI; Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN; Presidente de la Cámara de Senadores; a nuestros amigos Coordinadores de los Grupos Parlamentarios en el Senado y en la Cámara de Diputados de los distintos partidos aquí presentes; distinguidos y distinguidas invitadas e invitados; amigas y amigos todos.

Es muy importante constatar que los compromisos asumidos, el pasado 2 de diciembre, en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, empiezan a concretarse.

Seguimos dando pasos para despejar dudas y entendibles suspicacias, como lo dijimos hace apenas ocho días. Hoy, estamos aquí, en este lugar que condensa una gran parte de nuestra historia, lugar de encuentro de diversas culturas que le dieron vida a lo que hoy es nuestra Patria.

Y lugar de encuentro, el día de hoy, de diversas visiones políticas y una sola voluntad, la de construir un México superior y mejor para todas y para todos.

En el PRD estamos convencidos de que la Reforma Estructural más importante que requiere nuestro país, es la de la educación. En realidad, diríamos, se trata de la necesidad de una verdadera revolución educativa.

Y con la iniciativa de reformas constitucionales que hemos acordado entre los dirigentes de los tres partidos firmantes del Pacto por México y la representación de la Presidencia de la República, y que hoy, a través del Presidente Peña Nieto, que es quien tiene derecho de iniciativa, la presentaremos, se enviará al Poder Legislativo, a través de la Cámara de Diputados, para su análisis, discusión y posible enriquecimiento.

Estamos dando un primer paso, muy importante, en ese sentido. Se trata, ni más ni menos, como lo dijimos en el Pacto por México, de recuperar la rectoría del Estado sobre el sistema educativo nacional en su conjunto, especialmente sobre la educación básica, que es la columna vertebral de nuestra educación nacional.

Recuperarlo, habría que decirlo, a propósito de comentarios que se hicieron después de hace dos domingos, recuperarlo de una camarilla que, durante décadas, fácticamente se fue apoderando, adueñando, del Sistema Educativo Nacional.

Una camarilla que, con un liderazgo que hizo de la educación básica y de la organización sindical de los trabajadores de la educación, para decirlo como lo pienso llanamente, lo hizo su botín.

Fue, se constituyó, en la traba principal para elevar la calidad de la educación, que ha retado, en múltiples ocasiones, al Estado mexicano, a distintos Gobiernos Federales y estatales, y que se ha constituido en un obstáculo, también, para el desarrollo democrático en general, y del sindicalismo en particular.

La iniciativa en cuestión plantea, en el centro, la mejora de la calidad educativa, a través de dos vertientes fundamentales:

Primera. La creación de un servicio profesional docente, su mejora continua y su promoción a puestos directivos y de supervisión, tomando en cuenta el desempeño de los docentes, su compromiso con la educación y su formación profesional.

Por lo tanto, ya no más promociones y ascensos por lealtad o compadrazgos con liderazgos sindicales o con las propias camarillas. Que sea el ascenso y el reconocimiento por los méritos de trabajo y por el profesionalismo de los docentes.

Y segunda. No menos importante, pero ligada con la anterior, contar, a la brevedad, con un censo nacional de escuelas y maestros.

Requerimos conocer la situación que guarda la infraestructura, en todo del centro escolar, porque constituye, según lo señala, también, la propia OCDE, como el espacio fundamental que constituye el terreno material en el que, también, se evalúa la calidad educativa.

Y junto con ello, es un verdadero reclamo social ante lo insólito, que no sepamos cuántas escuelas y cuántos maestros en activo tenemos hoy en día. Así, se revelará más claramente la situación infraestructural de las escuelas, y el secreto de cuántos comisionados, como se les llama, existen.

Es decir, cuántos miles de operadores políticos cobran como maestros a cargo de la sociedad, del erario de la Nación, para trabajar a favor de una camarilla sindical y/o de un partido político.

Por eso, se propone que el Instituto Nacional de Evaluación de la Educación tenga autonomía técnica y de gestión alejado de intereses y sesgos políticos, o de intereses específicamente personales.

Que tome en cuenta el entorno en el que los docentes desarrollan su actividad, que ofrezca institucionalmente a los mismos, a los docentes, en su conjunto, las posibilidades y vías de superación y mejoramiento permanente.

Las reformas propuestas, por lo tanto, contienen medidas en favor de la educación y de sus trabajadores reales, los que verdaderamente trabajan en las escuelas.

No atentan contra nuestros docentes ni contra sus derechos individuales y colectivos. No atentan contra la organización sindical y su autonomía, pero sí, claramente, contra quienes son los verdaderos enemigos de la educación y de los trabajadores.

Por ello mismo, la reforma a la Ley General de Educación en su momento debiera ocuparse, además de adecuarla a las reformas aquí propuestas en caso de aprobarse por las Cámaras de Diputados y de Senadores, de aplicar criterios constructivos, o con criterio constructivo, los exámenes de oposición, la evaluación entre semejantes y ofrecer garantías.

Para ello, no es lo mismo el maestro que tiene la información en las zonas rurales, del maestro que la tiene en la Ciudad de México, por ejemplo, o que fue formado en distintos contextos.

De tener previamente y pronto un diagnóstico amplio y completo sobre el conjunto de la situación del Sistema Educativo Nacional, revisar los planes de estudio, la vinculación integral entre los distintos niveles educativos y hacerlos racionales entre sí.

Y, desde luego, también, por lo tanto, la reforma a la Ley General de Educación deberá contener no solamente estos aspectos, sino, también, conviene y es necesario señalar adicionalmente para ser considerados en la reflexión subsiguiente, algunas reflexiones a manera de prevención desde nuestro punto de vista.

La elevación de la calidad educativa, especialmente para que niñas y niños adquieran conocimientos, asuman actitudes y desarrollen habilidades y destrezas, como se dice en la exposición de motivos, requieren, también, que las niñas y niños puedan tener derecho a una alimentación sana, el acceso a la salud integral y a los instrumentos del desarrollo tecnológico.

Por ello, habrá que concretar, como aquí se acaba de decir, el apoyo especial a esas 40 mil escuelas que están ubicadas en zonas de los más bajos ingresos de nuestro país.

Y obviamente, también, tomar en cuenta la necesidad de los requerimientos presupuestales para, como se dice en el pacto, avanzar en una mayor cobertura, ampliar la cobertura en la educación media superior y superior.

Y, desde luego, también, revisar la situación financiera de los estados para cubrir satisfactoriamente los requerimientos integralmente vistos en materia educativa, de manera especial los ingresos de los docentes y la necesidad de ampliar la infraestructura para ofrecer lo que ya está establecido en la Constitución de la obligatoriedad de la educación media superior.

Y, por lo tanto, también, aquí hay un clamor muy grande de la sociedad, debemos ocuparnos como política de Estado de que al atender la situación financiera en los Estados de la República en materia educativa, no podemos ni debemos permitir que más niñas y niños se queden sin clases por controversias sindicales o por reclamos salariales. Esto no abona, de ninguna manera, al desarrollo de la calidad educativa.

Por todo lo anterior, diríamos entonces, que éste es apenas un primer paso, pero un paso trascendental de una reforma que debe ser profunda. A la vez, ello debiera posibilitar el inicio de un debate y una participación amplia nacional de la sociedad, de sus distintos vectores y sectores de docentes, de padres de familia, especialistas, organizaciones de diverso tipo interesadas en la educación, incluidas las sindicales, por supuesto, para que Este proceso legislativo que hoy inicia con el envío de la iniciativa por parte del Titular del Ejecutivo, culmine con frutos que le sirvan al país.

Tenemos confianza en que así sucederá.

Muchas gracias por su atención.

-MODERADORA: Realiza su intervención la Presidenta Interina del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, Senadora Cristina Díaz Salazar.

-SEN. CRISTINA DÍAZ SALAZAR: Licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; Senador Ernesto Cordero Arroyo, Presidente de la Cámara de Senadores; licenciado Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación; don Emilio Chuayffet Chemor, Secretario de Educación Pública Federal; licenciado Gustavo Madero Muñoz, Presidente Nacional del Partido Acción Nacional; licenciado Jesús Zambrano Grijalva, Presidente Nacional del Partido de la Revolución Democrática; señores Coordinadores Parlamentarios; académicos; Legisladores, señoras y señores.

Les extiendo un saludo con aprecio en esta oportunidad.

México necesita cambiar para avanzar. La plenitud del sentido del cambio viene de la necesidad de reformar para transformar lo que ya no es adecuado, lo que ya es obsoleto, lo que necesitamos mejorar. Eso, siempre con un diagnóstico claro y preciso para derivar en una mejor funcionalidad y eficiencia en el ejercicio de Gobierno.

Señores, esto es tan simple como necesario, y comienzo en el tema más importante y más fundamental para reencauzar la recomposición del tejido social, o para hacer, o para sacar, del analfabetismo a seis millones de mexicanos en esa condición, o a los 10 millones más que no concluyeron la primaria, y otros 17 millones de jóvenes y adultos que truncaron sus estudios en la secundaria, según el INEA, o simplemente para que la sociedad tenga las mejores oportunidades para el desarrollo.

El cambio de mentalidad de nuestra gente, de nuestros niños, de nuestros jóvenes, de una sociedad que tiene que tornarse más cívica, más comprometida, mejor preparada y, por supuesto, más crítica, de manera que les permita enfrentar los retos de nuestros tiempos, y esto corresponde a la reforma más trascendente que México necesita.

Por ello, uno de los acuerdos más relevantes del Pacto por México es lo que implica la profunda transformación de nuestro sistema educativo en una educación de calidad para todos.

No hay argumento que valga para posponer esta tarea fundamental e imprescindible para lograr al Estado de civilidad, de paz, de armonía, de justicia, de oportunidades y, por supuesto, de libertad que merecen nuestros hijos para su futuro.

Bien sabemos que no encontraremos la libertad sin educación, y no encontraremos la solución a nuestros problemas por el sólo hecho de educar, pero sí le brindaremos a la sociedad de las herramientas necesarias para generarlas, y es la obligación del Estado rector, y ese es el compromiso, que hoy asumimos.

Bajo este precepto, todos estamos, aquí, convencidos que en el tema de la educación no deben existir diferendos. Sí a un debate diverso y plural que nos lleve, en este Pacto, al consenso, en este Pacto por México.

Celebro que estemos de acuerdo partidos políticos, docentes, académicos, en la coincidencia de la urgencia por emprender esta transformación hoy. Que esta Reforma que hoy se presenta derive en mejoras sustanciales en la educación que reciben nuestros hijos y en mejores oportunidades de nuestros maestros.

La educación de nuestros escolares estará en manos de aquellos que demuestren ser los mejores para enseñar.

Necesitamos, como aquí se dijo, de nuevas reglas que incluyan, de manera determinante, el ingreso, la transparencia y la profesionalización de los docentes que demuestre su permanencia en el progreso educativo y en el mérito de su trabajo y no por herencia, y no por prebendas, no por compromisos.

Es de nuestros de quienes estamos hablando. Estamos hablando del futuro de los nuestros. Si queremos un Estado eficaz, con estas reformas, iniciaremos el recorrido donde cada día más y más mexicanos tengan las capacidades profesionales y técnicas para cumplir sus anhelos y acceder a un mejor nivel de vida.

Saber que hoy el esfuerzo de nuestros educadores será recompensado, que el mérito será el motor de este nuevo sistema que dará certidumbre y estabilidad laboral a quienes se desempeñen con verdadero compromiso, con una verdadera vocación, la noble tarea de educar. Porque educar es la mejor inversión que puede hacer el Estado mexicano.

Estoy convencida que la única herramienta para conducir a México al primer mundo se llama educación. Para lograr el desarrollo que necesita nuestro país y sacarlo del estancamiento, también, se llama educación.

Y déjenme decirles una cosa: Para darle a nuestra sociedad valores sólidos con principios cívicos, con identidad solidaria que mucho necesita nuestro país, también necesita lo que llamamos educación.

Señoras y señores:

Hoy, como ustedes, deseo profundamente que cada historia de anhelo de nuestros niños, de nuestros jóvenes, sea, también, una historia de éxito, porque esa es la historia de México.

Muchas gracias.

-MODERADORA: Interviene a continuación el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional, licenciado Gustavo Madero Muñoz.

-LIC. GUSTAVO MADERO MUÑOZ: Señor licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; señor Secretario Miguel Osorio Chong, Secretario de Gobernación; señor licenciado Emilio Chuayffet, Secretario de Educación Pública; Senador Ernesto Cordero, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de los Senadores; señores Secretarios de Estado; Coordinadores Parlamentarios:

El Pacto por México es una gran señal. Ha generado muchas expectativas, porque es una señal de que los mexicanos estamos viendo hacia el futuro con una actitud de gran determinación de hacer lo necesario para superar nuestros lastres ancestrales, para dar un paso valiente que incorpore y consolide los logros alcanzados hasta ahora, para alcanzar un mayor desarrollo social y político.

México tiene todos los elementos para dar este salto cuántico en su desarrollo, tenemos todos los elementos si logramos construir mayorías estables que conduzcan a la consolidación de nuestra aletargada transición.

Dependerá de cada uno de nosotros aprovechar esta ventana al futuro y asumir nuestra responsabilidad para construir estos concesos políticos, estas mayorías legislativas.

El PAN entiende esta situación y asume plenamente su responsabilidad de seguir siendo un motor de las transformaciones económicas y sociales de nuestro país, como una fuerza transformadora en el Gobierno o fuera de él, pero con la misma determinación y visión de construir el bien común.

El Pacto debe generar resultados inmediatos para detonar la confianza y el ánimo necesarios, para avanzar en su ambiciosa agenda y para no dar lugar al escepticismo.

Por eso, nos congratulamos de que, a una semana de su firma, hoy demos un paso importante con la presentación de esta Reforma Educativa.

Es una iniciativa trascendente que, por un lado, convierte en ley los acuerdos contenidos en la Alianza por la Calidad de la Educación y que, también, fortalece la autonomía técnica y de gestión recientemente otorgada al Instituto Nacional para la Evaluación Educativa al dotarlo de una autonomía constitucional y construir un verdadero servicio profesional del magisterio basado en el mérito académico y en un mejor sistema de incentivos para sus profesores.

Mayores y mejores oportunidades de educación y de empleo es lo que permitirá generar mayor inclusión y movilidad social en nuestro país. Y eso, es una prioridad para el Pacto por México.

Debemos reconocer que hay escepticismos, que hay desconfianza y que eso lo debemos de erradicar con acciones y con resultados rápidos y contundentes.

El día de hoy, damos un paso firme con la presentación de una iniciativa que recoge seis de los 95 acuerdos del Pacto por México.

El acuerdo número dos, que se refiere a proteger la salud y promover el consumo de alimentos nutritivos.

El acuerdo número siete, en donde se propone el sistema de información y gestión educativa.

El número ocho, la autonomía del Instituto Nacional de Evaluación Educativa.

El número nueve, la autonomía de gestión de las escuelas.

El número 10, las escuelas de tiempo completo.

Y el número 12, el servicio profesional docente.

Este es un gran avance, seis de los 95 acuerdos están incluidos en esta primera iniciativa de reforma constitucional.

Hoy, se consolidan y se retoman los logros de los esfuerzos anteriores, sobre todo, elevan a nivel constitucional acuerdos tan trascendentes como la Alianza por la Calidad Educativa.

El mecanismo de construcción de los consensos está funcionando. No sólo nos pusimos de acuerdo para enlistar estos 95 grandes acuerdos, sino que empezamos ya a poner en práctica nuestra capacidad de traducir seis de estos 95 acuerdos en un consenso básico, para que pueda acompañar esta iniciativa de reforma constitucional que hoy se presentará por parte del Ejecutivo, pero que ya trae incorporados planteamientos, reflexiones de los partidos signantes.

Ahora, deberá ser discutida, deberá ser analizada y enriquecida por el diálogo y el trabajo de los Legisladores.

La sociedad está esperando que los actores políticos actuemos con grandeza. Debemos darle todo el impulso político para la aprobación de estas iniciativas. La sociedad nos lo demanda y la sociedad, también, nos demanda ser parte de la realización de este acuerdo y de este Pacto por México.

Abramos el cauce para la participación de la sociedad organizada y que no quede simplemente en acuerdo entre los partidos políticos, sino que incorpore vigorosamente la dinámica y la energía de la participación de la sociedad en estos acuerdos, tanto para sus propuestas como para su ejecución y su vigilancia.

Impulsemos, juntos, estas grandes reformas por el bien de México. La sociedad nos está esperando que estemos a la altura de las circunstancias, que estamos en un momento privilegiado del desarrollo de nuestro país.

Lo que hoy presentamos es un primer gran resultado de este Pacto por México que pondrá a prueba nuestra capacidad y nuestra voluntad política para llevarlo a cabo.

Felicidades a todos.

Muchas gracias.