JOSÉ LUIS ALOMÍA ZEGARRA, DIRECTOR GENERAL EPIDEMIOLOGÍA: Muy buenas tardes todas y todos, buenas tardes también a todas las personas que nos hacen el favor de sintonizarnos a través de los diferentes medios. Estamos en la Ciudad de México, Palacio Nacional para dar a iniciar a la conferencia vespertina 200 sobre el tema y la evolución de la epidemia, pandemia a nivel mundial de COVID-19.

Esta noche vamos a tener dos componentes:

El que ya es de costumbre, en donde actualizamos la estadística del escenario nacional y vemos cómo está la ocupación y disponibilidad hospitalaria.

Y hoy vamos a tener un tema muy importante en el aspecto temático, que es además un tema que lógicamente se ha estado tratando y difundiendo desde ya varios meses, es parte o componente lógicamente de toda una intervención que se está realizando desde la Secretaría de Salud del Gobierno de México y sus diferentes dependencias para precisamente poder empezar a mitigar y controlar estas epidemias previas que en México ya existían y que tienen que ver con las enfermedades crónico degenerativas, entre ellas la obesidad y el sobrepeso.

Es por eso que esta noche nos acompaña y le damos la bienvenida, le agradecemos por estar aquí con nosotros al doctor Simón Barquera. El doctor Barquera es el director del Centro de Investigación, Nutrición y Salud en el Instituto Nacional de Salud Pública y precisamente el día de hoy nos va a venir a actualizar información y a darnos información además sobre el nuevo etiquetado frontal. Entonces, en su momento también tendremos esta parte.

Vamos a iniciar con la actualización del escenario nacional. Me comparten la primera diapositiva, por favor. Decíamos hace un momento, estamos justo el día de hoy en la conferencia vespertina 200, hace poco estábamos teniendo la conferencia número 100 y parecía que eran muchas y ahora ya son 200 conferencias vespertinas y a su vez es el día número 110 de esta Nueva Normalidad, en donde, como ya sabemos, la intervención principal es la implementación, aplicación del semáforo de riesgo COVID.

Esta semana inició un nuevo semáforo se riesgo, el día lunes, el cual se mantendrá vigente también durante la próxima semana, recordando que ahora esta herramienta tiene una vigencia de dos semanas completas para efecto de que las entidades federativas puedan implementar las actividades que principalmente tienen como objetivo precisamente modular de forma paulatina, de forma ordenada el regreso a las actividades en el espacio público, el regreso a las actividades sociales, teniendo siempre presente que hay permanentemente un nivel de riesgo, estamos hablando de que este nivel está siempre en un momento determinado marcado por un color, ninguno de los colores es cero riesgo, todos son riesgos que van desde un máximo, un riesgo alto, un riesgo moderado o un riesgo bajo, pero finalmente un nivel de riesgo.

De ahí la importancia de siempre atender las indicaciones que nos están dando en los niveles municipales, en los niveles estatales en relación a qué se puede hacer, en qué magnitud, con qué aforo y qué actividades definitivamente todavía no pueden ser o no deben de llevarse a cabo en función de que este riesgo entonces pudiera incrementarse.

Vamos entonces a actualizar el escenario nacional. Si me permiten la siguiente diapositiva. Para el día de hoy, después de que tuvimos la última actualización pública o este foro el día lunes, recordando que tanto el martes como el miércoles esta información se publicó en el comunicado técnico que todos los días a las 8:00 de la noche lo encuentren ustedes en las páginas oficiales de la Secretaría de Salud, para el día de hoy son más de un millón 549 mil las personas que han sido estudiadas.

Aquí están representadas aquellas que al demandar atención médica por la presencia de signos y síntomas en la unidad correspondiente, sea de un primer o un segundo nivel de atención, en donde están la gran mayoría de consultorios externos o de urgencias fueron clasificadas como casos sospechosos de la enfermedad y al recibir esta clasificación ingresaron la protocolo de estudio y atención médica que incluye para efecto de estas más de millón de 549 mil personas la toma de una muestra, que en este caso para México sabemos es el hisopo faríngeo, nasofaríngeo a través del cual se tiene como objetivo, precisamente, poder aislar e identificar la presencia del virus SARS-CoV-2 en las vías respiratorias y que si esto va aunado o esa positividad va aunada a la expresión de signos y síntomas, por eso se componen como casos sospechosos, entonces estaríamos ante un caso confirmado de COVID-19.

Así ha sido en 684 mil 113 personas hasta el momento, que son precisamente los casos confirmados acumulados que se han registrado en el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de la Enfermedades de las enfermedades respiratorias, al cual contribuyen todas las unidades en el país de los diferentes sectores en las 32 entidades federativas.

Así también, el 51 por ciento de este grupo total de personas dio negativo a la prueba; por lo tanto, fueron descartadas como casos de COVID-19, recordando que precisamente el porcentaje de positividad es el que nos informa semana con semana qué proporción de personas que están presentando signos y síntomas respiratorios corresponden a aquellos causados por el virus SARS-CoV-2.

Para el día de hoy y para la semana 36 este porcentaje de positividad está en un 39 por ciento, estamos todavía por debajo del 40 por ciento, que fue como abrió este porcentaje a inicios de esta semana.

El día de hoy es jueves, sabemos que a la semana epidemiológica todavía le queda un sexto y un séptimo día, viernes y sábado, son los días que en la semana hay menor movimiento en relación a la estadística, pero todavía podemos ver cambios en esta presentación de casos.

Vamos a ver la siguiente diapositiva, en donde tenemos ahora los casos estimados. Hablábamos de esa totalidad de casos que han sido confirmados por laboratorio, pero cuando entonces además le sumamos todos aquellos casos que todavía tienen una muestra pendiente de este resultado pero lo multiplicamos por el porcentaje de positividad de cada una de las semanas podemos ahora estimar que lo más seguro es que tengamos al menos 714 mil 892 personas que pueden estar siendo confirmadas con una prueba de laboratorio dentro de todo este universo que hasta el momento se ha estudiado.

Este número de casos estimados, estas más de 714 mil personas están a su vez representadas, graficadas, por semana epidemiológica en la que iniciaron sus signos y síntomas de enfermedad en la curva de color azul que tenemos hasta la parte superior.

Como hemos estado observando en el día a día a través de estas conferencias, desde la semana iniciamos precisamente un descenso, un descenso que ha tenido diferentes velocidades en función de esa bajada, hemos tenido mesetas; de hecho, nos estamos acercando a una nueva meseta entre la semana 35, 36.

El día de hoy, el diferencial para esas dos semanas es de menos dos por ciento y dado que nos quedan dos días más, para el sábado pudiéramos a lo mejor estar alcanzando una nueva meseta y veríamos el domingo, que es cuando vamos a graficar la semana 37, si esa meseta continúa o volvemos a tener un descenso, que sería en todo caso lo esperado.

Una noticia importante también y buena para la epidemia es que la presentación de las defunciones también ha mantenido esa tendencia descendente desde que inició, siendo de un menos 40 por ciento entre la semana 35 y 36, que es la última graficada.

Y, finalmente, de esta gráfica siempre también hacemos énfasis en el porcentaje de los casos activos estimados que, dado que son las personas que iniciaron con signos y síntomas de la enfermedad en los últimos 14 días, representan precisamente la epidemia activa en México.

El dato que está en casos estimados en color azul es el acumulado que estimamos ha sucedido, ha ocurrido hasta el momento en México desde el 27 de febrero que se presentó el primer caso importado y confirmado para el país, por lo que de todo ese total los casos en los últimos 14 días representan el cinco por ciento.

Ese es un porcentaje que también hemos visto que ha tenido más allá de una estabilidad, también un descenso semana con semana y es un indicador también al que le damos seguimiento y que nos revela también esta disminución, esta caída que en su momento vemos ya desde la semana 30 prácticamente, lógicamente estaremos atentos a cómo se sigue comportando.

Vamos a ver ahora rápidamente la ocupación y la disponibilidad hospitalaria. Esta información, realmente ustedes se habrán percatado, que al menos ya en el último mes o mes y medio no varía tanto día con día, al principio de la epidemia o cuando estábamos todavía en la fase de subida en lo que se refiere a la curva nacional, pues sí teníamos movimientos importantes, porque se daba la transmisión, se daba el número de contagios y teníamos un número también importante de personas que requerían de la hospitalización, el segundo y tercer nivel.

Sin embargo, en estos momentos en los que estamos más bien en una fase de descenso de la epidemia a nivel nacional, es un indicador que más bien está disminuyendo en lo que se refiere a la ocupación diaria o se mantiene muy estable en el día a día.

Continuamos con un 31 por ciento de camas ocupadas a nivel nacional, lo cual nos deja disponibles 21 mil 43 camas para pacientes graves o con signos de alarma que requieren este tipo de servicios y prácticamente todas las entidades federativas están cerca de la mitad o más de disponibilidad de este tipo de camas teniendo aquellas como por ejemplo, Campeche, Chiapas que inclusive tienen 94 por ciento de disponibilidad, es decir, tienen muy pocas personas que están hospitalizadas en este momento.

Si vemos la siguiente diapositiva, que es precisamente las camas con ventilador que se usan para los pacientes más críticos, aquí inclusive tenemos un descenso, el día de hoy es 25 por ciento la ocupación a nivel nacional.

Vemos cómo todas las entidades, incluida la que tendría la mayor ocupación, tiene 58 por ciento de disponibilidad de este tipo de camas. Volvemos nuevamente a estados como Campeche y como Chiapas, que tienen el 97 y el 93 por ciento de este tipo de camas disponibles para las personas que así lo vayan a requerir.

Estos serían los números para esta noche, la actualización para el día de hoy y ahora le daríamos el tiempo que requiera al doctor Barquera para el componente temático.

SIMÓN BARQUERA CERVERA, DIRECTOR DEL CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN NUTRICIÓN Y SALUD (CINS) DEL INSTITUTO NACIONAL DE SALUD PÚBLICA (INSP): Buenas tardes. Muchas gracias, doctor José Luis Alomía; buenas tardes, invitados y personas que nos escuchan desde su casa.

Me da mucho gusto tener la oportunidad el día de hoy de platicarles del etiquetado frontal de alimentos mexicano, que es una estrategia de salud pública muy nueva, pero que tiene trabajándose en el país por muchos científicos alrededor de 14 años.

Quiero reconocer ahí al equipo de investigación del Instituto Nacional de Salud Pública, que cuenta con una serie de investigadores que han estado trabajando de tiempo completo por muchos años en este proyecto.

El etiquetado frontal de advertencia es una estrategia que tiene una razón de ser. ¿Para qué sirve?

Sirve para evaluar de una forma muy rápida la calidad de los alimentos. Esto es muy importante en el contexto de los estilos de vida actuales, muy apresurados, con poco tiempo, con mucho trabajo, con muchas opciones y el que se pueda evaluar rápidamente un producto es muy importante.

Que este etiquetado sea entendido por casi toda la población es muy importante, no sólo por los que tienen una ingeniería o un grado de nutrición, tiene que ser entendido por la mayor parte, si se puede entender por los niños es formidable, es un etiquetado muy útil.

También que sea claro, que no genere confusión y que permita hacer elecciones más saludables de productos y que facilite entonces la reformulación de productos. Todos estos cambios en la conducta del consumidor pues pueden de alguna manera ser un incentivo adecuado para que la industria que produce productos con ingredientes no saludables pues los reformule.

¿Qué es lo que tenemos en la actualidad?

En la actualidad tenemos este sistema de etiquetados que es muy complejo, que tiene seis globos y que tiene números y porcentajes y porciones, y lo que pasa con este sistema es que es un sistema que fue desarrollado por la industria de la comida chatarra hace como 10 años.

No existe ningún estudio que demuestre que este sistema funciona para orientar mejores decisiones por los consumidores, en muchos países hay estudios que demuestran que no se entiende como en Alemania y en México tenemos estudios que demuestra que no se comprenden, no hay ningún estudio que demuestre que tiene alguna utilidad.

Se basa en dos mil calorías al día, esa es la porción estándar en la que se basan porcentajes de las guías diarias de alimentación, como les llaman. El problema es que hay millones de mexicanos que requieren menos de dos mil calorías al día, particularmente los niños. Entonces, si usamos un estándar de porcentajes para llegar a dos mil calorías, en muchos casos lo que estamos recomendando es que coman más de lo que necesitan que es justamente uno de los problemas.

También considera 90 gramos de azúcar como la cantidad recomendada por día. Esto preocupa mucho y a nosotros nos parece incluso engañoso, porque la Organización Mundial de la Salud lo que recomienda son 50 gramos de azúcar y eso como el máximo tolerable. Entonces es casi el doble del máximo tolerable y en niños todavía se puede requerir menos azúcar, entonces es otro problema de este sistema de etiquetado.

También que utiliza porciones arbitrarias; por ejemplo, en el ejemplo que tenemos ahí, dice 125 gramos y entonces ahí vienen todos los porcentajes para 125 gramos y si lo queremos comparar con otro producto y el producto tiene 400 gramos, va a tener otros números, entonces va a haber que hacer una serie de cálculos para entender cuál es mejor o peor y eso es muy complicado. Entonces que requiera cálculos también lo hace un mal sistema.

Entonces, una de las cosas que hicimos nosotros muy temprano, en el 2011, es evaluar este etiquetado cuando ya se anunciaba y ya lo empezaban a adoptar algunas compañías aquí en México de manera voluntaria y lo que vimos muy rápidamente con estudiantes de la carrera de nutrición es que no podían comprenderlo adecuadamente en poco tiempo con esas características con pocos segundos y tomar una decisión más saludable con ese sistema.

Eso lo reportamos a los tomadores de decisión y a las agencias encargadas de tomas las decisiones y lamentablemente no fuimos escuchados, este sistema se adoptó como un estándar por el gobierno de México en el 2013.

El sistema tiene varios problemas que es muy fácil demostrar. Por ejemplo, aquí podemos ver una bebida azucarada. Las bebidas azucaradas son un problema en nuestro país, causan más de 40 mil muertes cada año. Entonces, sería muy importante orientar a la población a que el consumo de estos productos pues se limitara en la mayor medida posible.

Aquí podemos ver, en la parte de arriba, que esta bebida dice: ‘200 mililitros aportan 25 gramos de azúcar’. Imaginen ustedes, 25 gramos de azúcar ya es el 20 por ciento de lo que necesita una persona en todo el día.

Pero ¿qué creen?

Este envase tiene 600 mililitros, o sea que realmente debería de decir 75 gramos de azúcar y eso dice que es el 60 por ciento de lo que necesita una persona, pero eso lo dicen usando el estándar que ellos pusieron de 90 gramos; si usamos el estándar de la OMS, de la Organización Mundial de la Salud, este envase tendría 150 por ciento del azúcar que necesita un adulto en todo el día.

El problema es que esto a veces lo consumen los niños, en los que sería mucho más de esta cantidad, podría llegar a ser el doble de lo que se requiere de azúcar. Eso es una de las causas que hayamos visto que este etiquetado no contribuyó a mejorar las selecciones saludables, no contribuyó a que la gente supiera qué productos tienen ingredientes críticos que afectan la salud.

En los ingredientes críticos que afectan la salud, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud y que tienen mucho que ver con esta epidemia en enfermedades crónicas, son los niveles altos de azúcar, grasa y sal agregados a los alimentos ultraprocesados.

En Chile, cuando nosotros implementamos ese etiquetado que estaba abajo, el de la industria, implementar un etiquetado que se llama ‘Etiquetado de advertencia’, que simplemente avisa que hay niveles muy altos de azúcar, grasa, sal o calorías en los productos ultraprocesados, es un sistema muy simple que muy rápidamente vimos que empezaba a tener estudios en pilotos que era muy fácil de comprender por la población.

Hay una serie de mitos respecto al etiquetado que observamos mucho en México. Dicen, por ejemplo, que este nuevo etiquetado no va a funcionar porque todo producto tendrá sellos. Eso es falso. Realmente, como mencionó el doctor Juan Rivera hace unas semanas, el consumo de alimentos utraprocesados es de alrededor del 30 por ciento de la dieta del mexicano, es decir, 70 por ciento de lo que comemos es natural, fresco y no va a tener sellos.

Ahora, de los productos ultraprocesados, hay un 15 por ciento que ya por default lo hemos evaluado, no tiene ningún sello, como 15 por ciento que tiene un sello y luego ya hay productos que tienen México más sellos y que posiblemente se reformularán para mejorar su perfil.

La otra que dicen es que no va a funcionar, porque el consumo de comida chatarra va a continuar, dicen: ‘Eso no va a servir, la gente va a seguir consumiendo comida chatarra’. Bueno, el objetivo de este etiquetado es simplemente orientar a la población a que tengan la información para tomar elecciones saludables.

Entonces lo comentó el subsecretario Ernesto Acevedo, de Economía, hace también unas semanas; puso la analogía de cuando uno va en la carretera y ve un letrero que dice: ‘El límite de velocidad es de 80, curva peligrosa’, bueno, el Estado está cumpliendo con la obligación de dar la información para que uno pueda tomar una buena decisión, es exactamente lo mismo.

No es satanizar ningún producto, no es tampoco hacer algo que implique necesariamente que se tenga que desaparecer ese producto, es simplemente advertir sobre las características del producto a la población.

También dice que generará afectaciones económicas y eso no se sostiene, porque en Chile se implementó y no hubo efectos, se evalúo y no hubo afectaciones económicas, esto lo ha declarado la misma industria.

Y también el subsecretario Ernesto Acevedo, de Economía, ha mencionado esto que es muy lógico, la gente va a seguir yendo al súper y va a seguir comprando productos, simplemente va a haber grandes ganadores, que van a ser los productos con menos sellos que tengan el perfil más saludable; y los productos más chatarra, los que tengan muchos sellos probablemente se van a consumir un poco menos.

También dicen que el problema son las garnachas, los productos tradicionales mexicanos y esto es una mentira. También el doctor Juan Rivera mostró aquí la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud en la que se hizo una evaluación muy cuidadosa de hogares representativos de todo el país y donde se encontró que la principal contribución azúcar, grasa y sal agregada en la dieta del mexicano viene de los alimentos industrializados.

Otra cosa es que las garnachas son un conjunto de alimentos heterogéneos donde hay muchos tipos que son muy saludables y que ojalá y se consumieran en lugar de consumir comida chatarra.

Los otros tres puntos los voy a discutir más adelante, pero son que no da detalles de ingredientes, dice en el etiquetado de advertencia, que falta una estrategia integral, que esto no va a resolver, porque lo que se requiere es una estrategia integral y que es una copia al vapor del sistema chileno.

Sobre lo de que es una copia al vapor del sistema chileno, más bien lo que ocurre en investigación y en ciencia es que uno siempre basa sus esfuerzos en la mejor evidencia posible y en el momento en que surgió el etiquetado chileno tenía la evidencia de ser la mejor alternativa y entonces nosotros rápido lo evaluamos en el 2016 en cuatro países con apoyo de Unicef y mostramos rápidamente que niños mexicanos entendían incluso mejor ese etiquetado que jamás habían visto que el etiquetado que ya teníamos en México en el que el gobierno había gastado muchos recursos para una campaña educativa.

Desde ese entonces hemos estado desarrollando un programa de investigación que incluye muchos estudios, aquí pueden ver más de 10 estudios publicados en revistas internacionales de alto impacto, donde para ser publicados se requiere de mucho rigor científico y donde se analizan distintos puntos dl etiquetado que nos hicieron llegar a esta alternativa del etiquetado frontal de advertencia.

En esta gráfica podemos ver también otra serie de estudios que ya se publicaron en el 2020. Entonces, alrededor de 20 estudios tenemos que sustentan este etiquetado. Es un sistema tan bien sustentado que cuando fueron las discusiones basadas en evidencia y transparentes en la Secretaría de Economía y Cofepris para elaborarlo pues hubo mucho consenso muy rápidamente por parte de todos los grupos interesados en la salud.

Aquí se puede ver cómo quedó el etiquetado mexicano. Es muy parecido al chileno, pero tiene algunos elementos nuevos que los voy a describir más adelante, pero lo más importante es que advierte sobre exceso de calorías, exceso de azúcar, grasa saturada, grasas trans y también de sal, que viene expresada como sodio. Entonces, pueden ver la comparación de este sistema, que además desde lejos se puede apreciar, en comparación con el sistema anterior, con muchos números y porcentajes.

Algunas de las ventajas que tiene el nuevo sistema también son la tabla posterior. Se dice que el nuevo sistema no da detalles, pero yo lo que les quiero decir es que da detalles y los da de una manera que ahora sí va a permitir que comparemos los productos.

Por ejemplo, ahí pueden ver que en la segunda columna dice: ‘Por 100 gramos o 100 mililitros’, es decir, van a estar las unidades estandarizadas. Antes, si uno agarraba un juguito de una marca y era de 125 mililitros, traía una información de calorías y luego el otro decía 200 mililitros, entonces pues traía otra información, pero eran distintos tamaños, entonces es muy difícil que una persona en poco tiempo llegue y compare cinco productos y pueda escoger el mejor o saber cuál es el peor. Ahorita ya se obliga a que haya un estándar que permita una comparación.

Otra cosa que hacía la industria es que escondía los tipos de azúcares. Hay azúcar de caña, hay azúcar de alta fructuosa, hay sacarosa, otros tipos de azúcar y esto se ponía en la fórmula; entonces, si uno quería decir: Bueno, si yo quiero un producto bajo en azúcar, pues ser veían puros números muy pequeñitos. Ahorita en el nuevo etiquetado va a haber una sección de azúcares añadidos y ahí van a tener que poner todos en orden ascendente y cuántos suman en total.

Eso va a ser muy importante porque el consumo de azúcar añadido es uno de los grandes factores que contribuye a la diabetes y las enfermedades crónicas.

En el otro etiquetado, que es el tenemos del lado derecho, venía por porción y por envase, entonces era muy difícil de comparar y no venían desglosados los azúcares.

Les quiero enseñar algunos ejemplos de cómo se ven los productos hoy en día en el supermercado.

Este producto es un cereal de arroz inflado sabor chocolate y vean ustedes el etiquetado, el etiquetado está mezclado con el platito de chocolate y en color café y díganme ustedes si desde ahí pueden ver algunos de los números y con eso juzgar si es un producto saludable o recomendable, es muy difícil de ver.

Ahora, no sé si se alcance a ver, pero dice en letras blancas, dice: ‘Una porción es de 30 gramos’, lo que yo les diría es que, en las encuestas nacionales de nutrición, hemos visto que las porciones de los niños son de más de 60 gramos, es decir, que uno, esta tabla si dice 30 gramos la tendría que multiplicar por dos para saber más o menos cuánto le aporta a un niño. Entonces es muy difícil.

Abajo vienen los numeritos para que se puedan ver, porque en el empaque no se pueden ver y de todas maneras es muy difícil de evaluarlo, dice que tienen 21.7 porciones por empaque, imagínense ustedes dividir de ese cereal para sacar las 21 porciones de arroz inflado.

En el nuevo etiquetado nada más va a decir: ‘Exceso de calorías, exceso de azúcares y exceso de sodio’, entonces muy fácil uno va a poder saber que tiene estos elementos.

Aquí también pueden ver otros productos y entonces miren cómo venía antes en color naranja el etiquetado, con nueve números y porcentajes y ahora ya nada más este pan dulce va a decir: ‘Exceso de calorías, de azucares y grasas saturadas’.

Y aquí podemos ver dos elementos que son nuevos en el etiquetado frontal de advertencia que va a recomendar que estos productos no se den a niños: los que tienen cafeína, ni edulcorantes no calóricos.

La razón es que la cafeína es un estimulante, es un estimulante al que los niños, especialmente los niños son muy sensibles, les puede quitar el sueño, les puede producir ansiedad, puede generar incluso ciertos malestares y no hay ninguna asociación en el mundo que recomiende cierto nivel de consumo.

Las bebidas de cola, las bebidas energetizantes contienen cafeína, entonces se advierte ahora que esto no es recomendable para niños.

Y los edulcorantes no calóricos no son metabólicamente inertes, los edulcorantes no calóricos no tienen calorías, pero sí generan una respuesta metabólica y eso lo ha documentado con mucha claridad, además de institutos alrededor del mundo, el Hospital Infantil de México que tiene un estudio importante y que no recomienda que no se les den a niños, y además se comenta que se desconoce el impacto de estos edulcorantes a largo plazo en la población, entonces por el principio de máxima precaución uno se los quiere recomendar a nuestros niños.

En otros países, para reducir el nivel de azúcar, empezaron a agregar estos edulcorantes en alimentos dirigidos a niños y no queremos que eso suceda.

Aquí podemos ver, entonces, cómo se toma rápido una decisión entre dos productos con el etiquetado frontal de advertencia. De este lado, tenemos un queso panela y del lado derecho un queso que dice’ tipo americano’, ahora ya va a tener que decir además imitación.

Y los etiquetados tradicionales ni se alcanzan a ver, pero aquí yo se los puse para que los puedan ver en unas tablas. Si ven, de un lado dice, por ejemplo, 18 por ciento de grasas saturadas y el otro dice seis por ciento de grasa saturada, pero vean las porciones, uno tiene 30 gramos y el otro tiene 17.5 gramos.

Entonces, ¿cuál es mejor?, ¿cuál escogemos?, bueno, con el nuevo etiquetado uno va a decir ‘exceso de sodio’ y el otro va a decir ‘exceso de grasas saturadas’, ‘exceso de grasas trans’ y ‘exceso de sodio’, entonces va a ser muy claro para la gente cuál tiene más ingredientes críticos que son nocivos para la salud.

Y aquí les presento cuatro etiquetados del GDA, el etiquetado anterior, de harinas para hot cakes, y si ustedes los ven ahí, y esto se puede hacer también a personas que son profesionales de la salud, y es muy difícil saber de forma rápida así en 15 segundos cuál de estos tiene el mejor perfil.

Uno por acá dice que la porción es de 40 gramos, el de arriba dice que la porción es de 80 gramos, el de acá dice 93 calorías, el de allá dice 83 calorías, es muy confuso. Ahora miren cómo se ven estos productos, ya se empiezan a ver en el supermercado así, uno tiene un sello que dice ‘exceso de sodio’, el otro dice ‘exceso de azúcares y exceso de sodio’, el tercero también, el cuarto también, y el quinto además dice ‘exceso de grasas saturadas’.

Entonces, yo creo que esto va a permitir que gente que está preocupada por su salud busque los productos que tienen menos sellos o productos sin sellos todavía mucho mejor.

Y aquí podemos también que hay productos que nosotros percibíamos como saludables, algunas barras de cereal o algunos cereales que, incluso, decían que eran para personas así como muy deportivas, etcétera, y pues vemos que tienen un muy mal perfil.

Imagínense ustedes encontrar productos que tienen cuatro sellos, lo que quiere decir, bueno, son productos que están llenos de ingredientes nocivos para la salud que antes no nos podíamos dar cuenta con ese etiquetado y que ahora muy rápidamente vamos a poder decir: ‘Yo este producto a lo mejor ya no lo voy a andar comiendo todos los días en el desayuno’.

Y también tenemos el asunto de la microchatarra. En Perú y en Chile, como quedaron exentos los productos muy pequeños de tener el etiquetado, porque es tan pequeño que no cabe y eso lo que hizo fue que la industria generara toda una oferta de microchatarra, se puso de moda la microchatarra.

Entonces, nosotros un poco para anticipando eso y por recomendación de estos países lo que hicimos fue que ideamos un sello pequeño que tiene un número, ese número equivale al número de sellos que le corresponderían al producto chatarra.

Entonces aquí tenemos cómo era antes el producto, decía ‘178 calorías’, de este lado dice ‘exceso de azucares, exceso de grasas saturadas y exceso de calorías’, y si es microchatarra va a tener un octágono con un número tres que quiere decir que tiene tres sellos. Y de todas maneras toda la información detallada va a estar disponible.

Y lo que quiero enseñarles aquí es que esta iniciativa fue de un amplio respaldo a nivel internacional, hubo agencias como la Organización Mundial de la Salud que felicitó al gobierno mexicano, la OPS, Unicef y la FAO estuvieron involucradas en el diseño.

Hay organizaciones como la Federación Mundial de Obesidad, que felicitó a México por este diseño y a los investigadores; también todo el sector de agencias gubernamentales, un gran apoyo.

Y quiero destacar el papel de Gisamac que hizo un esfuerzo, que siempre los investigadores y los profesionales de la salud hemos soñado, porque es la forma de integrar a muchas agencias para estos problemas complejos, que no son solo responsabilidad del sector salud.

Ha habido un gran apoyo y a nivel de instituciones de investigación, universidades, institutos también un gran apoyo.

Y, finamente, la sociedad civil, que fue el motor que logró poner esto en la agenda del legislativo trabajando con los diputados y que lograron en la Cámara de Diputados conseguir que se aprobara y que se modificara la Ley General de Salud para hacer posible esta estrategia.

Y, finalmente sociedades profesionales.

No hay desacuerdo, no es un etiquetado controversial, la controversia viene un poco de los grupos a los que les gustaba mucho el otro etiquetado, porque no informaba y hacía que se consumieran muy bien todos los productos.

Quiero entonces concluir por decir que el etiquetado mexicano claro es una estrategia de salud pública, es parte de la política integra de obesidad, es una gran oportunidad además de articular otras estrategias de esa política integral.

Si nosotros pensamos ¿qué queremos que los niños consuman en la escuela?, lo podemos articular: productos que no tengan sellos.

¿Qué queremos que haya en los desayunos escolares?

Que queremos que sea susceptible de impuestos para desincentivar su consumo.

¿Qué queremos?

Que se promocione en campañas de alimentación y que no se promocione

¿Y qué queremos en los programas de ayuda alimentaria o cómo articulamos orientación alimentaria fácil?, bueno, para eso va a servir este etiquetado. Desde luego, para regular la publicidad dirigida a niños y en puntos de venta que es muy agresiva y que también gracias a este etiquetado no va a poder venir en el empaque, pero puede llegar más allá, puede ser que los productos, los que tengan muchos sellos, no se puedan poner en los puntos de venta a una altura donde claramente van dirigidos al consumo de los niños que son la población que queremos proteger.

Entonces, en resumen, este etiquetado va a mejorar las selecciones de la población y va a ser una herramienta que va a permitir que respondamos mejor al reto que estamos enfrentando de COVID y a la gran carga que tenemos por enfermedades crónicas.

Muchas gracias.

JOSÉ LUIS ALOMÍA ZEGARRA: Muchas gracias, doctor Barquera. Sin duda, una herramienta de suma importancia para la toma de decisiones a nivel de la población en cómo aquellos, sobre todo que están interesados en mejorar su calidad y su estatus de salud, puedan hacerlo de una manera más informada.

Muy bien, pasamos al espacio de preguntas y respuestas. Levantaron la mano primero allá atrás, luego nos venimos para acá, luego aquí, usted, usted.

PREGUNTA: Gracias doctor, buenas tardes. Karina Aguilar, del diario 24 Horas.

Preguntarle, ante esta sindemia que pueda darse a partir de octubre con COVID e influenza, ¿ya tienen una estrategia de vacunación contra la influenza?, ¿se van a adelantar la vacuna precisamente, como se había advertido?, ¿y a qué sectores va a ir enfocada? por un lado.

En tanto, también preguntarle si el Instituto Mexicano del Seguro Social les comentó a ustedes sobre esta estrategia que tiene para realizar pruebas rápidas y distinguir entre COVID e influenza, y de esa manera poder actuar para el tratamiento de ambas enfermedades.

Saber si estas pruebas rápidas que pretende hacer el IMSS las consultó con ustedes o son de las pruebas de las rápidas que ustedes han reiterado en este espacio que no funcionan.

Gracias.

JOSÉ LUIS ALOMÍA ZEGARRA: Claro que sí, con mucho gusto. En el tema precisamente de lo que estamos esperando, la perspectiva para esta temporada invernal 20-21, que por cierto está pronta a iniciar, de manera oficial esta temporada inicia en el mes de octubre, la primera semana de octubre estaríamos dando por iniciada la temporada invernal, dura seis meses, es decir, el último trimestre 2020 y primer trimestre de 2021, aunque, sin embargo, y esto basado lógicamente en la vigilancia epidemiológica de prácticamente los últimos 15 años en materia de influenza, la mayor cantidad de transmisión del virus de influenza y, por lo tanto, las personas que enferman de ella se da normalmente en los meses de enero a partir de la quincena de enero y tiene sus picos máximos durante fines de enero y los meses de febrero.

Sin embargo, lógicamente eso no limita que la actividad preventiva por excelencia que es la vacunación dado que esta es una enfermedad que sí cuenta con una vacuna que al menos nos permite evitar si no la enfermedad como tal, sí la presentación grave de la misma y en población vulnerable o que tiene determinantes de riesgo importantes, inicia desde que la temporada invernal inicia, estamos hablando del mes de octubre.

Ya se han estado haciendo todos los trámites correspondientes, de hecho, unos primeros lotes de vacuna que ya llegaron están siendo ya analizados por la Cofepris, que es la instancia que en su momento analiza todos los lotes que van llegando al país y después de que pasa todos estos procesos de verificación y, sobre todo, del tema de seguridad de la vacuna se liberan para que puedan realizarse y llevarse a cabo las campañas de vacunación.

Se estuvo en su momento… Digo, desde hace dos meses, dos meses y medio atrás, se estuvieron haciendo las preguntas sobre la posibilidad de que la campaña de vacunación de influenza iniciara antes. En su momento se comentó que esto no era posible, no porque no se contara con los recursos en el país tanto financieros como humanos para poder llevar a cabo la campaña, sino que esto tiene que ver directamente con la oferta y, por lo tanto, la proveeduría internacional de la vacuna.

Hay todo ya un esquema que inclusive empieza desde que la OMS define el tipo de vacunas, en este caso cómo se va a componer, cuáles son los tipos, subtipos de influenza que van a integrar la vacuna y cómo entran a los procesos de producción por las empresas que a nivel internacional proveen de la misma. Entonces, no iba a ser posible adelantar de manera importante, o sea, digamos, semanas o meses la vacunación como tal.

Y como comentaba, dado que la mayor circulación normalmente la solemos ver en los meses precisamente de enero y febrero, entonces no representa un riesgo importante a nivel poblacional o no cubría el hecho de adelantar la vacunación, una protección inmediata para evitar lógicamente la cocirculación.

Entonces, la vacunación se va a llevar a cabo en los tiempos definidos y en los que normalmente se programa años con año.

Como siempre, la vacuna de influenza se prioriza justo a los grupos de riesgo. Normalmente México ha adquirido año con año alrededor de 32, 33, para esta temporada están programas 35 millones de dosis de vacuna y que por esa cantidad precisamente ¿a quiénes se aplica la vacuna?, a las mujeres embarazas, a las personas de la tercera edad, a los menores de cinco años, a las personas con comorbilidades como son la hipertensión, la diabetes, la enfermedad cardiaca, la inmunosupresión, son prácticamente los grupos que año con año, o mejor dicho temporada con temporada, porque recordemos que incluye dos años, en este caso 20-21, son los que tienden a tener enfermedad más grave y lógicamente en un momento complicarse y fallecer por la misma.

Otra ventaja que tiene influenza en relación a COVID es que influenza sí tiene demostrado un tratamiento específico, el antiviral que conocemos como ozeltamivir, que está demostrado que si este antiviral se inicia en los primeros cinco días de evolución de la enfermedad, la mayor cantidad de personas logran remitir la enfermedad y la misma no progresa a una enfermedad grave como tal.

Entonces, esta es otra ventaja tiene influenza y en donde sí, por ejemplo, el aseguramiento de este medicamento, tanto en las entidades federativas como en la reserva estratégica a nivel nacional se tiene y se adquiere año con año, y esto está seguro porque inclusive está enfocado a la posibilidad de que en cualquier año se convierta en un año epidémico para la enfermedad.

A nivel de vigilancia epidemiológica y precisamente para poder conocer el comportamiento de esta cocirculación del virus de influenza ahora que tenemos SARS-CoV-2 circulando de manera importante en la comunidad en todo México, ya desde hace tres semanas, de hecho, va a ser la cuarta, o sea, estamos ya cumpliendo un mes que se inició una estrategia enfocada a la península, específicamente a tres entidades federativas: Yucatán, Campeche y Quintana Roo, esto porque también la información de la vigilancia epidemiológica nos ha develado que al menos en los últimos cuatro son los estados o es la península la que inicia de manera, digamos, más temprana con la circulación de influenza.

Entonces, la estrategia en este caso se enfocó a que todas aquellas muestras que salían negativas a COVID-19 pasaran al algoritmo de influenza e inclusive los casos graves y en su momento las defunciones pasaran al algoritmo ampliado de virus respiratorios en donde se identifican prácticamente 18 otros tipos de virus respiratorios que tienen afectaciones importantes a la población, algunos de ellos potenciales epidémicos.

De lo que se lleva la estrategia hasta el momento de este mes no se ha identificado una circulación importante en la península al menos todavía de influenza como tal; de hecho, de estas muestras negativas a COVID-19 ni siquiera el uno por ciento de ellas ha dado positivo a influenza, es decir, en todo caso estamos viendo una carga inclusive menor que la que normalmente vemos en la temporada interestacional que es la que se da durante el verano de influenza a lo que veíamos en años anteriores.

Esta estrategia también tenía como objetivo poder realizar un piloteo y definir la estrategia nacional que vamos a implementar ya no solamente en estos tres estados de la península, sino en las 32 entidades federativas en donde precisamente influenza forma parte de los virus a vigilar durante la temporada invernal.

Si ustedes recuerdan, dentro del modelo de vigilancia epidemiológica de la enfermedad respiratoria aguda se diseñó precisamente en ese contexto, porque no pretende solamente identificar una sola enfermedad o un solo virus, sino todas aquellas que en su momento pueden estar siendo producidas por virus respiratorios.

Entonces, en todas las entidades se va aplicar un algoritmo para el cual los resultados negativos a COVID-19 van a ser ingresados a este panel ampliado viral con el cual entonces vamos a poder empezar a conocer qué tanto influenza empieza a generar problemas en la población, cuál será su magnitud, cómo llevar a cabo su afectación en función de la presentación clínica y de la evolución de los casos.

¿Qué hemos visto hasta ahora?

Recordemos que mientras nosotros estamos cerrando nuestra temporada de verano aquí en el hemisferio norte, el hemisferio sur está en invierno y el hemisferio sur además está inmerso en su epidemia, en su pandemia de COVID-19.

Por lo tanto, mucha de la información que estamos obteniendo del cono sur, sobre todo de los países hermanos de Sudamérica está sirviendo para en su momento evidenciar qué sinergias o no o qué en su momento afectaciones comunes o potencializadoras pudiera generando la coinfección o la cocirculación, porque también igual es un dato que no se ha evidenciado completamente, si uno definitivamente puede infectarse de ambos virus, finalmente están circulando y pueden estar en vías respiratorias, pero si en momento alguno de ellos, vamos a decir, tendría mayor oportunidad o tendría mejores condiciones para desarrollar la enfermedad, que en este caso sería o COVID-19 o influenza.

Hasta el momento lo que se ha visto en el hemisferio sur es que tampoco influenza ha estado circulando de una manera importante, por lo menos esta es la información que a través de la Organización Panamericana de la Salud y del Reglamento Sanitario Internacional hasta el momento hemos tenido.

Pero estamos preparando y esperemos estar completamente listos para iniciar nuestra temporada invernal y poder estar siempre definiendo no solamente las mejores intervenciones, sino las recomendaciones que en su momento se deben emitir para el tratamiento y seguimiento de los pacientes.

En el tema del IMSS, yo tuve la oportunidad de escuchar las declaraciones del maestro Zoé Robledo cuando hablaba en relación a estas pruebas rápidas, él hablaba de las pruebas rápidas que se toman en la cama de los pacientes, que se toman a pie de cama, decía de los pacientes, estas conocidas a nivel internacional como pruebas que se hacen point of care, que se hacen en el punto del cuidado o en el punto de atención, pero son pruebas PCR, no son pruebas rápidas o no son de las pruebas que comúnmente están basadas en la detección de antígenos, anticuerpos u otras sustancias que en su momento las rápidas que definitivamente la Secretaría de Salud tiene la posición de decir no se deben de utilizar, no para la vigilancia epidemiológica, no para el diagnóstico clínico de los pacientes.

Pero estas pruebas point of care en su momento son PCR y también las denominan rápidas porque precisamente tienen la ventaja de que su resultado se da en minutos, es decir, realizan la reacción en cadena de la polimerasa, pero lo hacen a través de una tecnología, y lógicamente esto requiere de la inversión tanto en el equipo, o sea, en las herramientas en el equipamiento correspondiente, como en su momento en los insumos que son especiales, específicos para este tipo de instrumentos, y que por cierto también han sido planteados en otros sectores, incluyendo en la CCINSHAE como una opción que precisamente en pacientes graves o en donde se necesita definir un esquema terapéutico que pudiera ser diferente entre influenza y COVID-19, dado que uno no tiene un tratamiento específico, el otro sí, pero además dependiendo de las complicaciones que finalmente cada uno produzca, pues podría ser muy útil tener este resultado en esos primeros minutos que el paciente está presentando las complicaciones y que ayude, entonces, a los clínicos a definir.

Pero, reitero, dado que esto requiere una inversión en lo ya comentado, no sería algo que necesariamente pudiera estar disponible como tal en todos los servicios de atención médica, pero sí dejar claro que nosotros entendemos que no se refieren a las pruebas rápidas de antígenos y anticuerpos, sino a esta prueba rápida de point of care.

Muy bien. Había dado la palabra aquí, por favor.

PREGUNTA: Gracias. Buenas noches, doctor. Soy Daniela Pastrana, de Pie de Página.

Le quiero preguntar, después del etiquetado ¿qué sigue?, ¿qué más implica la estrategia?, si es posible que eso se amplié a la publicidad comercial de comida rápida, de pizzas, de no sé, hamburguesas, pollos, todo lo que implica la comida rápida.

Y mencionaba que algunas garnachas son sanas y debemos comer, quería saber ¿como qué tipo?, ¿cómo diferenciamos de toda la multitud de comidas mexicanas? ¿cuáles son saludables que deberíamos comer más, básicamente.

SIMÓN BARQUERA CERVERA: Claro que sí, muchas gracias.

Lo que tenemos es un programa de evaluación de políticas a nivel internacional que ha estado articulándose con agencias como la OPS-OMS, Unicef y también la FAO y en México se ha estado articulando a través de ese grupo intersecretarial llamado Gisamac, que busca dietas que sean sustentables, sostenibles, asequibles, sabrosas, que sean amables con el ambiente, que permitan una huella de carbono menor y que sean saludables.

Esta es una de las grandes partes, uno de los componentes de la estrategia para una mejor salud alimentaria que está también arrancando con mucha energía.

También debo decir que se ha estado trabajando de manera muy intensa entre los grupos de salud con la SEP para el Programa de Salud Escolar. El Programa de Salud Escolar ahora sí ya dice cosas que los niños necesitan saber y que no se había permitido que se expresaran, por ejemplo, que las bebidas azucaradas son malas para la salud, que producen diabetes, que producen una elevada mortalidad o que la comida chatarra lo mismo, que la comida chatarra es uno de los grandes determinantes de la epidemia y que tenemos que mejorar el ambiente, consumir más agua, etcétera. Entonces, toda esa parte en escuelas también se está articulando.

Hay una serie de oportunidades que usted señala acertadamente que se tienen que seguir trabajando y fortaleciendo con la evidencia; por ejemplo, estamos viendo que los puntos de venta son un espacio de oportunidad donde las compañías enfocan sus esfuerzos en atraer a los niños con productos, incentivos, personajes, etcétera.

Entonces, pensamos que ese es un área donde se tiene que pensar cómo. Lo ideal sería que las propias industrias se autorregularan y dijeran: ‘No vamos a poner productos que tienen ingredientes dañinos para promocionar a los niños’, pero no ha pasado nada ahí en los últimos 14 años.

Y, por ejemplo, ahorita que salió lo del etiquetado en unas cuentas semanas ya muchas compañías ya reformularon y ya la bajaron en sodio. En semanas estamos viendo beneficios de este nuevo etiquetado porque ya muchas compañías ya le bajaron en sodio a sus cereales y ya le bajaron las grasas, quitaron grasas trans, etcétera, los estamos monitoreando.

Otras cosas donde hay una gran oportunidad efectivamente es el comunicar en las grandes cadenas el contenido calórico de sus menús, eso es algo que desde luego que puede contribuir a la orientación alimentaria y es muy deseable, y se tiene que ir buscando la forma de articularlo.

Y todas las otras oportunidades que yo comentaba de la estrategia, orientación alimentaria, campañas, desayunos escolares, en las comunidades, alrededor de las escuelas todo el ambiente alimentario puede buscarse que sea más saludable y con menos presencia de estos productos malsanos.

En cuanto a la comida tradicional mexicana, pues es impresionante lo saludable que es. Muchos la comparan en sus características con la comida de la dieta del Mediterráneo porque tenemos grasas buenas como las oleaginosas, como cacahuates, como el aguacate.

También tenemos vegetales muy buenos, cereales, proteínas, el frijol, que es parte básica de la dieta del mexicano y cuyo consumo ha estado reduciéndose en los últimos años, y se ha estado reemplazado por alimentos ultraprocesados.

Entonces, entre algunas de las garnachas, por ejemplo, hay tlacoyos, hay sopes, hay quesadillas, y hay muchos productos que pueden ser consumidos como parte de una dieta saludable. Y obviamente hay heterogeneidad en cómo se preparan, y hay una estrategia también para pensar cómo hacer que la comida tradicional se regrese a la preparación tradicional, no a estas preparaciones que imitan un poco a las papas fritas, que todo es sumergido en aceite, sino hacerlo más al comal, etcétera.

Pero esa es otra campaña, a mí lo que me gustaría dejar muy claro es que las encuestas nacionales que evalúan con mucho detalle la dieta en todo el país, lo que han encontrado es que el principal determinante de los altos consumos de azúcar, grasa y sal son los alimentos ultraprocesados.

Entonces, este es un primer paso que se tiene que dar sí o sí si queremos mejorar y reducir las enfermedades crónicas en el país.

JOSÉ LUIS ALOMIA ZEGARRA: Pasamos ahora de este lado y volvemos luego para acá.

PREGUNTA: Gracias, buenas noches. Liliana Noble, de Pulso Saludable.

Tengo dos preguntas, una para el doctor Barquera, si me lo permite doctor Alomía. Quisiera saber, doctor Barquera, en cuánto tiempo van a tener los primeros resultados de este nuevo etiquetado y en qué van a consistir estos nuevos resultados para darse cuenta si en realidad ha sido exitosa esta implementación.

Y para usted, doctor Alomía, algunos países de Latinoamérica han expresado a la Organización Mundial de la Salud su intención de pedir una prórroga para inscribirse en este programa de las vacunas de Covax ¿en esta intención esta México?, ¿y por qué sería así?

Gracias.

INTERVENCIÓN: Gracias, doctor. Bueno, los resultados que se van a tener de este etiquetado los estamos generando todos los días y hay muchos tipos de evidencia que vamos a ir obteniendo en los siguientes meses.

Por ejemplo, en Chile se demostró que el solo hecho de que entrara en vigor el etiquetado generó una reformulación sustancial por parte de la industria, es decir, la industria que decía que tecnológicamente no era posible reducir el azúcar o la sal o la grasa, cuando entró el etiquetado se prepararon y mejoraron el perfil de sus productos.

Entonces, este tipo de efecto lo estamos observando acá y muy pronto vamos a poder documentar en México cómo este etiquetado hizo que se reformularan algunos productos para no verse tan feos con los sellos y eso ya va a ser un gran beneficio.

Otra cosa que vamos a evaluar van a ser las campañas educativas en niños en el programa de Salud en tu Escuela y vamos a ver cómo los niños interpretan este etiquetado.

Se ha visto en otros países también que los niños son un motor muy importante de las elecciones al interior del hogar.

Entonces es muy importante que ellos lo aprendan a utilizar y en Chile lo aprendieron a utilizar y acá en nuestros estudios piloto los niños lo utilizan muy bien, a los niños les encanta ir al súper, identificar los sellos y ya no quieren comida que tenga muchos sellos, entonces eso también lo vamos a evaluar.

Y finalmente, a largo plazo y esto ya toma más tiempo posiblemente en uno o dos años, vamos a poder ver el impacto que tiene sobre el consumo de estos alimentos controlando para la reformulación y eso va a ser un impacto muy bueno, porque eso es lo que queremos, nada más demostrar que mejora las elecciones y que es una estrategia más.

A veces dicen: ‘Bueno ¿cuándo va a demostrar que redujo la obesidad?’ No es una estrategia, solo es parte de una política más grande, no puede por sí sola demostrar un impacto en la obesidad, pero lo que sí sabemos es que si se reducen un poquito las calorías, sólo la cuarta parte de una latita de refresco, la cuarta parte, pues con eso sería suficiente en cinco años para generar ahorros por 39 mil millones de pesos y para disminuir niveles de índice masa corporal equivalentes a obesidad por más de un millón de personas.

INTERLOCUTORA: (inaudible)

SIMÓN BARQUERA CERVERA: Sí, sí, desde luego, eso sería un éxito.

INTERLOCUTORA: Gracias.

JOSÉ LUIS ALOMÍA ZEGARRA: Bien. Efectivamente, en diferentes medios internacionales ha estado circulando información o han dado a conocer que algunos países están solicitando algunas extensiones en relación a los plazos que la iniciativa Covax promovida por la Organización Mundial de la Salud comunicó e implementó desde que esta iniciativa se formó.

El primero de ellos, que precisamente venció el pasado 31 de agosto fue la declaratoria de intención, es decir, en la que el país o los países cada uno de ellos declaraba que tenía intenciones de participar de esta iniciativa, y que por lo tanto estaría integrando una propuesta formal en relación a la cantidad y el modelo por el cual adquiriría la vacuna, la que precisamente debe ser enviada el día de mañana 18, 18 es la segunda fecha marcada en la iniciativa para poder enviar ahora un documento que hable sobre el compromiso al cual el país ya va a suscribir en relación a la adquisición de la vacuna.

Y posteriormente la siguiente fecha importante, en todo caso para México, hay una fecha intermedia, que es el 29 de septiembre, en donde se van a definir otros temas de componentes, pero están más en el campo de Covax como tal, realmente, la siguiente fecha importante para México sería la del 9 de octubre, que es cuando tendría que quedar lógicamente transferido o en su momento liquidado lo correspondiente a los anticipos que se están solicitando para la vacuna.

México no forma parte de los países que han solicitado una extensión. Recordemos también que dentro de la iniciativa Covax de entrada hay dos grupos:

Aquellos que van a autofinanciar su vacuna, es decir, que vamos a pagar, México forma parte de este grupo que va a pagar por su vacuna con fondos propios, con fondos del país. México ha estado haciendo toda la provisión para poder salir con esta solicitud y en su momento compra de lo que se requiere o de lo que permite la iniciativa Covax para cada uno de los países.

Pero hay otro grupo de países que por sus condiciones económicas van a poder tener acceso a financiamiento internacional y esto también a través de los mecanismos que la OMS y la OPS tiene ya definidos para estos países.

Entonces, puede haber digamos que una mezcla un poco de los diferentes modelos de adquisición y que algunos de estos países en estos grupos estén pidiendo lógicamente un poco más de tiempo para terminar de definir sus condiciones o en su momento poder hacer la suscripción de sus compromisos, pero para el caso de México digamos que estamos avanzando en tiempo en forma y lo que hasta el momento está definido es el que día de mañana se va a remitir el documento correspondiente en base a lo que toca y en base a la calendarización.

INTERLOCUTOR: (inaudible)

JOSÉ LUIS ALOMIA ZEGARRA: No, en este momento todavía no, recordemos que la iniciativa Covax precisamente pretende asegurar el acceso a los diferentes tipos de vacunas que en este momento se están produciendo. Dado que todavía no hay ninguna vacuna que haya entrado a fase de producción y que por lo tanto no se tenga una expectativa del número o cantidad de dosis que va a tener disponible ni muchos menos la fecha en lo que esto pueda ocurrir, todavía en Covax no se habla de una vacuna en particular.

Cuando hablamos de Covax hablamos de acceso a todas las vacunas que en algún momento estén disponibles para su compra y para adquisición.

INTERLOCUTORA: Doctor ¿cuál es el monto?

JOSÉ LUIS ALOMIA ZEGARRA: Precisamente el día de mañana 18 es el plazo para hacer la suscripción correspondiente, los equipos técnicos tanto que tienen que ver con el tema de la vacuna como las áreas administrativas están precisamente en esa última fase definiendo.

Mañana que se realice la suscripción como tal, yo creo que a lo mejor para el fin de semana o la próxima semana se podrá tener ya los datos específicos de lo que México suscribió.

Bueno, nos ha ganado el tiempo esta noche, ya son las 8:02, pero mañana seguimos con las conferencias y con las preguntas. Muy buenas noches.

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