JOSÉ LUIS ALOMÍA ZEGARRA, DIRECTOR GENERAL EPIDEMIOLOGÍA: Muy buenas tardes todas y todos.

Vamos a iniciar la conferencia vespertina del día de hoy, sábado 15 de agosto. Son las 07:00 aquí, en Palacio Nacional, en la Ciudad de México.

El día de hoy tenemos dos invitados especiales. Nos acompaña el doctor Ruy López Ridaura, director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades de la Secretaría de Salud federal.

El día de hoy tendremos un componente temático muy importante que tiene que ver con COVID-19 y las personas de la tercera edad. Por eso le agradecemos mucho la presencia esta noche del doctor Luis Miguel Gutiérrez, él es el director general del Instituto Nacional de Geriatría y estará con nosotros esta noche para abordar este tema muy, muy importante.

Vamos a iniciar la conferencia de hoy -es la número 169 ya- con el escenario nacional. Un millón 171 mil siete son las personas que hasta el momento se han estudiado como casos sospechosos de COVID-19; de este grupo, 568 mil 359 ya dieron negativo a la prueba contra el virus SARS-CoV-2, por lo tanto, se descartan como casos de COVID; sin embargo, 517 mil 714 dieron positivo a esta misma prueba, por lo tanto son los casos acumulados hasta el momento que tenemos de COVID-19.

Dentro de este mismo grupo, además de 517 mil personas, también están confirmadas y actualizadas al día de hoy 56 mil 543 personas que lamentablemente han perdido la vida a consecuencia de las complicaciones de esta enfermedad.

Veamos la siguiente diapositiva. Hoy sábado termina la semana epidemiológica 33, por lo tanto es el último día donde prácticamente donde vemos los movimientos de la semana 30 a la 31, porque el día de mañana estaremos integrando la estadística de la semana 32, que inicia con la semana 34, que es la que empezará mañana domingo.

Estamos cerrando la semana 31 con una disminución que hasta este momento se ha sostenido en menos 14 por ciento en relación a la 30 y a la 31, y también con una tendencia descendente en relación a la presentación y ocurrencia de defunciones, siendo de menos 36 la semana 31 en comparación a la 30.

Nuestro indicador de casos activos estimados lo tuvimos prácticamente toda la semana en este ocho por ciento, que también que de semanas anteriores ha disminuido; mañana, que iniciemos la semana 32, vamos a ver cómo continúan o no estos comportamientos a nivel nacional.

Veamos la ocupación hospitalaria.

Para el corte de ayer a la medianoche a nivel nacional la ocupación era del 39 por ciento, por lo tanto, se tenían 19 mil 534 camas disponibles, todas las entidades tienen al menos un 35 por ciento o más de disponibilidad, lo cual está por encima de ese margen de seguridad, de hecho, 28 entidades federativas, es decir, la gran mayoría tienen inclusive al menos 51 por ciento o más de disponibilidad hospitalaria en relación a las camas para pacientes graves.

Si vemos la siguiente diapositiva están las camas específicas con ventilador para pacientes críticos. Aquí la ocupación nacional es de sólo un 34 por ciento, se tenían siete mil 94 camas con ventilador disponibles en todo el país y en este caso inclusive la ocupación es menor, prácticamente todas las entidades tendrían al menos un 45 por ciento más de disponibilidad y podemos ver que 29 entidades federativas, la gran mayoría tienen inclusive 55 por ciento o más, es decir, más de la mitad del total de sus camas con ventilador disponibles al corte del día de ayer.

El día de ayer se presentó, se actualizó el semáforo de riesgos COVID-19, el cual entra en vigor precisamente la semana 34, inicia vigor el día lunes, esto es porque una vez anunciado, que fue el día de ayer, se dan estos días para que se puedan llevar a cabo los arreglos necesarios, sobre todo informar a la población, ustedes que nos están escuchando desde sus hogares o a través de sus servicios móviles, que puedan ustedes estar enterados si viven, por ejemplo, en los estados de Baja California Sur, Zacatecas, Nayarit, Colima, Aguascalientes o Hidalgo, estos seis estados que el día lunes estarán con el mayor riesgo conocido que tenemos, que es precisamente el máximo, por lo tanto, este representa el color rojo y el riesgo lo que representa es precisamente, uno, por un lado de poder contagiarse y tener COVID-19 y que si esto sucede y continúan ciertas tendencias de incremento, también pudiera incrementarse la ocupación hospitalaria. De ahí la importancia de poder acatar las recomendaciones que se dan de los diferentes niveles de gobierno para entonces poder controlar el riesgo que en su momento se tiene y lógicamente los casos.

Si vemos la siguiente diapositiva, tenemos ahora los estados en naranja. Son 25 estados que salen con el nivel de riesgo alto. También las recomendaciones específicas para este color.

Si vemos la siguiente diapositiva, tenemos por primera vez desde que inició el semáforo de riesgo COVID un estado, en este caso es el estado de Campeche el que obtiene el nivel de riesgo medio que está ejemplificado por el color amarillo.

En este punto es importante decir, cuando tenemos estados que ya no están en el mayor riesgo posible, que es el máximo o rojo, que están en naranja, o como en este caso, que están en amarillo, las autoridades sanitarias locales, es decir, de cada uno de estos estados, pueden a su vez a través de la evaluación o del conocimiento directo de los determinantes que tienen a nivel estatal, pero también, muy importante, a nivel municipal, definir si desena incrementar su nivel de riesgo y mantener acciones que podrían corresponder a un nivel de riesgo superior.

Es decir, una entidad federativa que está en naranja puede incrementar su riesgo y mantenerse en máximo, es decir, en color rojo; o una entidad que está en el color amarillo, si así lo decide, puede incrementar su riesgo a naranja en su momento mantener acciones de naranja por el tiempo que ellos consideren. Esto lógicamente siempre priorizando la mejor de las acciones que protejan a la población que cada una de estas entidades lógicamente tiene a interior de ellas.

Pasemos a la siguiente diapositiva. Aquí están, lógicamente, las acciones que deben de llevarse a cabo, independientemente del nivel de riesgo en que nos encontremos. Esto es lo que estamos promoviendo como actividades que debemos de adoptar a partir de ya y de aquí en adelante, y que vengan ahora a formar parte de nuestros hábitos diarios, hábitos saludables: lavarnos las manos frecuentemente, toser y estornudar en el ángulo interno del codo, lo que se conoce como etiqueta respiratoria, usar el cubrebocas correctamente, esto es sobre todo en espacios cerrados o en áreas donde no se pueda guardar la sana distancia, que precisamente es la última recomendación, que es mantener la sana distancia.

Vamos a ver ahora algunas estadísticas a manera de introducción que tenemos esta noche, que es precisamente COVID-19 y la tercera edad.

Desde un principio de la epidemia, aun cuando no teníamos prácticamente casos confirmados de COVID o estábamos esperando que estos casos llegaran al país de manera importada, ya basados en la bibliografía internacional o lo que había sucedido en otros países hasta ese momento, se decidió clasificar al grupo de las personas de la tercera edad, específicamente para México los mayores para efectos de COVID-19, los mayores de 60 años, clasificarlos como población vulnerable, junto con otros grupos que ustedes también conocen, por el hecho lógicamente de tener un mayor riesgo de padecer, enfermedad grave y por lo tanto también mayor riesgo de fallecer a consecuencia de las complicaciones de COVID-19.

A medida que la epidemia fue evolucionando -y esto también lo hemos presentado en diferentes conferencias- fuimos evidenciando y fuimos viendo con base en la estadística acumulada que efectivamente este grupo empezaba a presentar y que se caracterizaba por estar relacionado, precisamente, a este riesgo.

En las barras de color azul oscuro ustedes ven las personas que lamentablemente han perdido la vida hasta el momento y están clasificadas por grupo de edad quinquenal. Podemos ver que las barras de mayor tamaño, es decir, la mayor cantidad de personas que lamentablemente han fallecido pertenecen a los grupos de 60 a 64 y de 65 a 69, que es precisamente donde inicia el grupo que por edad habíamos clasificado por riesgo.

Sin embargo, una manera adecuada de poder en su momento ver si realmente hay una afectación importante en relación a los grupos de edad, es verlo por letalidad o en su momento por mortalidad, y es precisamente lo que vemos en la curva de color verde, aquí está representada la tasa de letalidad, es decir, de todas las personas que enfermaron en ese grupo de edad o que tenían esa edad, y que fueron casos confirmados de COVID, cuántas fallecieron, ese porcentaje es la tasa de letalidad de COVID.

Y vean ustedes cómo a medida que se va incrementando la edad -vamos avanzando en los grupos de edad hacia la derecha- esta curva de color verde se va a la vez incrementando. Los grupos de menos de 59 años, por ejemplo, llegaban a alrededor de un 18 por ciento de letalidad y a medida que vamos avanzando en los grupos de edad vemos que hay grupos que llegan hasta a un 45 por ciento de letalidad específica para el grupo de edad quinquenal.

Otra forma, como podemos ver también esta gráfica y un poco inferior este riesgo es a través de la siguiente diapositiva, en donde ahora agrupamos a todas las personas solamente en tres grupos:

Los menores de edad, los ponemos como menores de 18 años; los grupos de jóvenes y adultos jóvenes en edad activa, que están entre los 19 y los 59 años; y marcamos directamente el grupo de riesgo definido para México, que es el de mayor de 60 años.

Nuevamente en la línea verde vamos a ver la tasa de letalidad. Vean ustedes cómo también esta tasa, cuando hacemos esta agrupación, es por mucho muy alta en relación de los mayores de 60 a los que tienen menos de 60 años; de un seis por ciento de letalidad en el grupo de adultos jóvenes o jóvenes como tal, llegamos hasta un 32 por ciento de letalidad en las personas mayores de 60 años.

Ahora, esto lógicamente pudiera no sólo estar relacionado con la edad, más bien la edad es un factor que también contribuye en muchas partes del mundo y también en México a la presencia de comorbilidades, y de comorbilidades sobre todo aquellas que están relacionadas con enfermedades crónico-degenerativas precisamente por la edad.

Veamos en la siguiente diapositiva cómo se asocia la ocurrencia de la enfermedad. Estos son todos los casos confirmados a COVID-19, es decir, todas las personas que han enfermado a COVID-19 , pero las agrupamos en mayores de 60 años y menores de 60 años.

Los mayores de 60 años son las barras de color café claro, los menores de 60 años son las barras de color verde oscuro. Veamos la gran diferencia que hay en función de la frecuencia y la asociación que hay de estas comorbilidades para los mayores de 60 años, sobre todo en hipertensión y diabetes.

Hablábamos de comorbilidades que están relacionadas con enfermedades crónico-degenerativas y que las podemos ver muchas veces con mayor prevalencia precisamente en estos grupos; entonces, al asociarlas, podemos ver un poco esta tendencia.

No así, por ejemplo, la obesidad, que no se clasifica necesariamente como una enfermedad crónico-degenerativa. La obesidad puede iniciar desde la infancia y ser, sin embargo, también una comorbilidad que contribuya.

En el caso de epoc, también vemos una diferencia importante, seis contra uno por ciento; la enfermedad cardiovascular, cinco contra uno; la insuficiencia renal crónica, cuatro contra uno por ciento.

Veamos la última diapositiva de este grupo, que es la siguiente, ahora solamente vamos a seleccionar a las personas que lamentablemente fallecieron a causa de COVID-19 y también hacemos la misma diferencia, los agrupamos por mayores de 60 años, que es la barra azul oscura, y por menores de 60 años que es la barra azul claro.

Y aquí, en las defunciones, que sería la peor complicación, el peor desenlace de la enfermedad, vemos cómo también la hipertensión y la diabetes tienen una mayor frecuencia de presentación en los mayores de 60 años; no así la obesidad o algunas otras de las enfermedades que estamos viendo, destacando sí, la enfermedad cardiovascular, que también es una enfermedad que mantiene una alta prevalencia en los grupos de mayores de 60 años.

Entonces, esto como una introducción, con información de lo que ha sucedido hasta el momento en la epidemia de COVID en México a este grupo de edad para que podamos pasar al componente temático, donde le doy la palabra al doctor Ruy López Ridaura, para que nos introduzca el tema.

RUY LÓPEZ RIDAURA, DIRECTOR GENERAL DEL CENTRO NACIONAL DE PROGRAMAS PREVENTIVOS Y CONTROL DE ENFERMEDADES (CENAPRECE): Muchas gracias, doctor José Luis Alomía. Buenas noches.

Nuevamente aquí con el gusto de estar presentando en la conferencia vespertina. Yo soy el doctor Ruy López Ridaura, director del Cenaprece. Me da un enorme gusto el poder coordinar y presentar un poco de manera más extensa, el doctor Luis Miguel Gutiérrez, quien ha sido una pieza clave también para la parte de planeación que hemos tenido dentro del Cenaprece en el programa de adultos mayores.

El doctor Luis Miguel Gutiérrez también tiene una gran experiencia clínica, pasó mucho tiempo también como jefe del Departamento de Geriatría en el Instituto Nacional de Nutrición ‘Salvador Zubirán’, pero tuvo una visión muy importante e impulsó todo un grupo de gran liderazgo para empezar un nuevo instituto, el Instituto Nacional de Geriatría.

Es el instituto de los 12, de los 13 institutos nacionales de salud, es el instituto más joven y está cumpliendo ocho años de haberse fundado, y fue especialmente el grupo que lideró el doctor Luis Miguel Gutiérrez, quien hizo posible el generar este nuevo instituto que, a diferencia de la gran mayoría de los otros institutos y posiblemente solamente hay tres institutos que no tienen atención clínica, que son el Instituto de Medicina Genómica, el Instituto Nacional de Salud Pública y el Instituto Nacional de Geriatría, el resto de los institutos, cardiología, cancerología, tienen un componente muy fuerte de atención clínica, además de los otros grandes pilares que tienen los institutos en general, que son docencia e investigación.

El Instituto de Geriatría y el otro gran ejemplo también, el Instituto Nacional de Salud Pública, también tienen un componente fuerte de docencia, un componente fuerte de investigación. Pero el componente asistencial se traduce más para una parte importante del desarrollo y evaluación de políticas públicas.

Por eso es que, el tener y el contar un grupo como el que está ahora en el Instituto Nacional de Geriatría, nos ha sido de gran utilidad, porque no solamente es un grupo sólido en formación y en visión, sino también han tenido la capacidad de tener vínculos con diferentes grupos nacionales e internacionales y una gran experiencia para poder definir estas prioridades.

Fue así como -no sé si en la diapositiva previa, esa- fue así como nosotros desde que iniciamos en Cenaprece, en la planeación de los nuevos programas, en Cenaprece desde hace muchos años tenemos un programa dedicado a adultos mayores, que era parte del programa de adultos y ancianos que tenemos desde ya muchos años, y decidimos darle un poco más de fuerza al programa de adulto mayor.

Los programas de adulto mayor, tenemos en el Cenaprece la rectoría, tenemos muchas de las atribuciones que nos permite ir definiendo prioridades y acciones dedicadas al adulto mayor, y tenemos también nuestros pares y programas similares en cada una de las entidades federativas.

Una de las perspectivas que vimos desde un inicio un poco es que se había ido cada vez medicalizando un poco más, que es importante, hay muchas enfermedades que son mucho más prevalentes, importantes en el adulto mayor, pero claramente la atención y lo que se requiere para tener un envejecimiento saludable requiere una colaboración intersectorial de políticas públicas a muchos niveles.

Si vemos al adulto mayor solamente como una persona que lo único que pasa o lo que más le pasa es que tiene más problemas, que ya lo vimos también con los datos que presentó el doctor José Luis Alomía, que tiene muchos más problemas de salud, pues estamos perdiendo muchos otros componentes del bienestar general que requiere una persona adulta mayor para poder tener este estado pleno de funcionalidad, de muchas otras necesidades que requiere para su vida diaria.

Entonces, junto con el Instituto Nacional de Geriatría, reformulamos el programa de acción específico dedicado al adulto mayor que tiene estos cuatro ejes:

Un componente muy importante sobre prevención, prevención especialmente ligado mucho a las enfermedades crónicas. Digo, gran parte de los componentes que hace a una persona adulta mayor frágil y con mayor posibilidad de tener poca capacidad funcional o poca capacidad cognitiva es precisamente la prevalencia de esas enfermedades crónicas de las que hemos hablado ya en múltiples ocasiones.

Entonces, el dar un continuo, el tener claro que, para poder prevenir, para poder tener un envejecimiento saludable hay que tener un buen control de las enfermedades crónicas o prevenir las enfermedades crónicas es una parte muy importante.

Pero otra parte muy importante es también fortalecer la atención primaria de la salud, esto también lo hemos venido platicando y también cuando les vine yo a presentar lo de la estrategia del COVID comunitario, era esta necesidad de tener un primer nivel fortalecido en este esquema de atención primero la salud mucho más cercana a las personas.

Y el componente del adulto mayor también requiere eso y de mucha mayor prioridad, hay una necesidad muy importante. Muchos de los problemas en el adulto mayor son a veces silentes y lo que van ocasionando es que al adulto mayor se le vaya abandonando, se le vaya dejando de lado.

Y en los centros de salud y la acción comunitaria tiene que ir procurando el buscar, el buscar qué es lo que está pasando con los adultos mayores, qué grado de funcionalidad tienen, qué grado de depresión. La depresión es un problema frecuente, común, pero hay que verlo, hay que identificarlo.

Entonces, si tenemos un primer nivel con capacidad resolutiva, pero también diagnóstica de ver, identificar a las personas que requieren atención, es muy importante y en este esquema de una transformación del modelo de atención el componente de adulto mayor es clave. Entonces, también hay una estrategia de capacitación, que también hemos ya empezado desde el año pasado.

Otro componente es esta cosa de la integración, integración multisectorial.

Pero también otro componente que es un poco de lo que también va a hablar más el doctor Luis Miguel Gutiérrez, son los cuidados a largo plazo, ¿qué pasa con las personas adultas mayor que requieren acompañamiento, que requieren cuidadores?

Gran parte de los cuidadores son las mismas redes sociales, pero también estas redes sociales se ven fragmentadas, se ven cada vez más débiles. Entonces, mucho del programa es también fortalecer estas redes sociales, pero también fortalecer la asistencia social para que estas personas adultas mayores tengan mucho más acompañamiento, mucho más cuidado a largo plazo en este tipo de instituciones.

Y el último componente es también crucial, y en esto ha tenido también un gran liderazgo el Instituto Nacional de Atención para las Personas Adultas Mayores, el Inapam, en donde también estamos viendo toda una estrategia que junto con la estrategia de bienestar y de las pensiones, que ya llevamos y que se están fortaleciendo en esta administración, tener también una fe mucho más integral con cambios normativos y legislativos que permitan que los entornos cada vez sean más amigables hacia el adulto mayor, incluido un componente muy importante, que es muy prevalente y es muy triste que sea tan prevalente, que es el maltrato y el abandono del adulto mayor.

Entonces, estos son cuatro componentes que hemos ido trabajando, está en nuestro programa, ya tenemos varias líneas de acción en cada uno de estos programas, entonces por eso me da un gran gusto el poder en esta sesión vespertina también presentar lo que el Instituto Nacional de Geriatría con el liderazgo del doctor Luis Miguel Gutiérrez ha ido iniciando durante la contingencia que, como muchas otras cosas, al final también solidifican mucho lo que hemos tratado de iniciar desde el año pasado.

Muchas de estas acciones que estamos priorizando, reforzando durante la contingencia, al final van a ser bienes que nos van a acompañar y nos van a ayudar también a tener cada un sistema de salud mucho más fortalecido.

Muchas gracias, Luis Miguel, por esta aquí con nosotros.

LUIS MIGUEL GUTIÉRREZ ROBLEDO, DIRECTOR GENERAL DEL INSTITUTO NACIONAL DE GERIATRÍA (INGER): Muchísimas gracias.

Muy buenas tardes tardes-noches.

Ya el doctor López Ridaura nos ha dado una introducción bastante completa al tema. Cuando en el mes de marzo, abril de este año comenzamos a ver lo que sucedía en Europa y después en Norteamérica, la terrible mortandad que sucedió en las casas hogar, que sabemos hoy que representa casi el 40 por ciento de la mortalidad total a nivel global, el 40 por ciento de todas las personas que en el mundo han muerto por esta enfermedad vivían en casas de reposo y eran personas mayores.

Cuando nos dimos cuenta de esta situación en mediados de marzo, principios de abril, nos dimos a la tarea de prepararnos, anticipando que algo semejante pudiera suceder en nuestro país. Esta catástrofe realmente, podemos decir global, se ha tomado a tal punto importancia que se está reconsiderando qué hacer con los sistemas de cuidados de las personas mayores.

¿Realmente las instituciones son los sitios apropiados para cuidar de ellos?

Pues pareciera que no, porque se convierten en trampas mortales en circunstancias como las que estamos viviendo en la actualidad y probablemente hay que repensar el cómo nos ocupamos de nuestros mayores, cómo nos ocupamos de nosotros mismos, yo ya tengo 63 pronto, y cómo podemos mejorar los cuidados, quizás con un diseño que nos permita permanecer en el mejor sitio posible, preferentemente en mi propio domicilio, pero con los cuidados apropiados y esto necesita de toda una planificación.

Nos dimos a la tarea hace tres años de estudiar el fenómeno de la dependencia, buscando en comenzar a formar un sistema nacional de cuidados en México.

¿Qué tantas personas dependientes existen?

Somos alrededor de 15 millones de personas mayores de 60 años en el país; de estos 15 millones, casi tres millones tienen algún grado de deterioro funcional y cerca de un millón 894 mil personas son totalmente dependientes.

Pero aquí lo más serio, lo más grave, es que, de las personas mayores dependientes, solamente 40 por ciento reportan tener alguien que les auxilie de manera suficiente, el 60 por ciento no tienen suficiente apoyo para sus actividades de la vida diaria.

¿Cómo estamos en México en este sentido?

Como tal, un sistema nacional de cuidados no existe en el país, son muy pocos los países en la región; de hecho, en Latinoamérica el único país que tiene un sistema formal de esta naturaleza es el Uruguay.

Hay otros que tienen varios intentos y que vamos avanzando más o menos al mismo ritmo, pero es muy importante señalar que la diferencia quizás de lo que hemos observado en México con respecto a otros países es que menos del uno por ciento de las personas que viven con discapacidad están en residencias, el 99 por ciento de las personas mayores dependientes en México siguen viviendo en sus domicilios, lo cual no quiere decir que estén en buenas condiciones, ya lo he dicho antes, hasta el 60 por ciento carecen del apoyo que sería necesario.

Dada esta circunstancia y dado que las familias tienen pocos conocimientos básicos en el cuidado de las personas mayores con dependencia, que incluso los profesionales de la salud son raros aquellos que cuentan con competencias profesionales específicas, pues es necesario comenzar a forjar todo un grupo, todo un contingente de profesionales organizado que pueda avanzar en el desarrollo de un sistema de esta naturaleza.

Hemos venido desarrollando las bases para las mejores prácticas, tenemos varios grupos de trabajo al respecto y hemos propuesto ya un modelo de cuidados desde octubre pasado.

La siguiente, por favor. No voy a detallar eso el día de hoy, pero creo que es importante prestarle atención porque ustedes pueden ver cómo van las proyecciones y esto es en base a la encuesta nacional sobre el envejecimiento en México.

Esta es una encuesta que venimos haciendo desde hace 20 años, son datos muy sólidos, seguimos a 20 mil mexicanos a nivel nacional, hemos hecho seis olas de evaluación y a partir de esto podemos hacer proyecciones muy precisas de lo que está sucediendo y de lo que podemos esperar que para el 2050 representa la duplicación del número de personas dependientes, por lo menos dos millones de personas totalmente dependientes.

De cualquier manera, si bien sólo el uno por ciento de las personas mayores en México vive en instituciones, no deja de ser un número importante, estimamos que rebasan las 40 mil personas en total.

Sabemos que en este contexto el riesgo de transmisión masiva es elevado, pero desconocemos exactamente qué es lo que está pasando al interior de estas instituciones, salvo por algunos reportes anecdóticos observados en la prensa.

Pero sabemos que la capacidad de estas instituciones o intuimos, suponemos y de hecho ya nos hemos aproximado a esto y les voy a mostrar de qué manera no tienen ni los recursos ni la capacitación suficiente para poder hacer frente a la problemática.

Entonces, conscientes de ellos, desde el mes de marzo nos dimos a la tarea de trabajar y desarrollamos primero una iniciativa que llamamos de medición y seguimiento de la preparación a la respuesta local a la pandemia en instituciones de cuidado a largo plazo. Esto lo lanzamos en abril, comenzamos a haber un registro de las instituciones a partir de los datos que el Inegi nos hacían ver que había mil 69 instituciones en todo el país, hoy sabemos que hay cerca de mil 800, pudimos a través de estos meses identificar a 700 instituciones más de las que el Inegi tenía registradas.

Hemos establecido contacto telefónico o por correo electrónico con la mayor parte de ellas, no hemos recibido respuesta de la totalidad, pero tenemos ya un registro de estas instituciones desde la fase 2 de la epidemia.

Tenemos al momento, les decía, un censo integrado ya con mil 700 instituciones, 400 han sido ya encuestadas, respondieron a un cuestionario para evaluar su estado actual respecto a la situación de la pandemia, pronto estaremos presentando estos resultados, aquí sólo hay datos muy preliminares.

Nos sorprende que ya para ese momento 328 instituciones ya habían recibido alguna formación para responder a la pandemia.

Pensábamos que iba a ser mucho menor el número de instituciones que tuvieran nociones al respecto, por lo menos nos lo reportan, habría que ver hasta qué punto realmente son competentes, eso no lo podemos asegurar.

Y con el propósito de seguir avanzando en este sentido, desarrollamos una aplicación en conjunto con el Cicese, el centro de ciencias de la computación de la Universidad de Baja California, tenemos ya una aplicación que ya fue piloteada en tres instituciones con muy buenos resultados y en un par de semanas vamos a lanzar en la Ciudad de México un programa más amplio, distribuyendo esta aplicación en todas las instituciones.

¿Qué es lo que pretendemos?

El sistema permite incorporar información individual de las personas, un seguimiento ordenado de la sintomatología y el establecer un reporte oportuno.

Esta aplicación está además dentro de un sistema de geolocalización que nos permitiría tener una noción de dónde esto está ocurriendo con mayor frecuencia.

Entonces, el sistema es bastante interesante, hasta ahora nos está dando buenos resultados y pensamos que antes del final de este año lo habremos distribuido a la totalidad de las instituciones con las que tenemos contacto, esperando que tengan la respuesta que de ellos necesitamos para poder llenar la información.

Y estamos desarrollando un sistema muy ágil que basta con fotografiar la información que ha sido obtenida a mano para que la capture el sistema sin necesidad de meterla manualmente, lo cual lo hace mucho más ágil. Se puede registrar a mano y al final del día se fotografía, el sistema lo captura y esto lo hace mucho más sencillo.

De hecho, esto forma parte de una iniciativa que estamos preparando en conjunto con la Universidad de Manchester, concursando por un fondo interesante del Newton Fund, esperando obtener recursos para poder hacerlo a mayor escala.

Simultáneamente desarrollamos… Antes de este curso, desarrollamos, junto con el Seguro Social, un primer… que le llamamos MOOC, un curso masivo, y este curso masivo tuvo tal éxito, antes de dos semanas teníamos 25 mil participantes que dijimos: Necesitamos algo más en forma y a principios de junio nos dimos a la tarea de desarrollar este curso, que es un curso en línea de 20 horas.

Al momento presente ya llevamos cinco semanas, cada semana abrimos una nueva generación, está dirigido a los profesionales que trabajan en instituciones de cuidados de largo plazo, no tiene ningún costo, por supuesto.

Y de las cinco emisiones que llevamos han egresado ya 765 personas. Las evaluaciones efectuadas al inicio y al final del curso dan fe del progreso que alcanzan durante la experiencia, en general parece que está dándonos buen resultado, hay una buena satisfacción de quienes lo siguen y esperamos que esto también aplique.

Este curso además está basado en una estrategia de segmentación de las zonas al interior de las instituciones y todo un manual de procedimientos del cual dotamos a las instituciones y que estaremos presentando al público en un par de semanas, el día 26 de agosto, en un webinar que vamos a anunciar donde vamos a abrir a la comunidad a lanzar la aplicación y a evitar a un mayor número de instituciones a incorporarse.

A lo largo también de estos meses hemos producido una serie de documentos, porque estamos conscientes de que en realidad el verdadero reto está en la población en general, en las personas mayores dependientes que permanecen en su domicilio, muchas de ellas en condiciones difíciles y aún quienes en buenas condiciones permanecen aislados, puesto que el aislamiento social repercute en forma negativa sobre la salud, sobre el bienestar, sobre el ánimo de todo mundo y quizás más de las personas mayores.

Y por esto hemos desarrollado también toda una serie de documentos orientados, por una parte, a la información; por otra, a la rehabilitación de las personas afectadas por la enfermedad, pero sobre todo a la prevención y los cuidados de las personas mayores y qué es lo en el domicilio debemos hacer. Todo esto puede descargarse desde nuestro repositorio del Instituto Nacional de Geriatría.

Y ustedes pueden ver también además de los documentos precedentes que son relativamente extensos, tres, cuatro páginas, tampoco es difícil de leer, pero pensamos que siempre es importante tener información ágil, fácil de consultar, sencilla, atractiva y tenemos 23 infografías sobre la temática que en general compete a esta condición, pero con una particular preocupación en el bienestar de quienes permanecen confinados en sus domicilios invitándolos, además… Y por eso yo mismo creo que mis canas combinan con el cubrebocas, pero no todas las personas mayores lo creen así y estamos insistiendo en la necesidad de que se protejan y que mantengan realmente el distanciamiento, porque ustedes han visto con los datos que nos han sido presentados hasta qué punto estamos expuestos quienes tenemos más de 60 años con respecto al común de la población y más si estamos, además afectados por alguna enfermedad crónica o degenerativa.

A lo largo de todo este proceso, además se atravesó una circunstancia, algo que veníamos trabajando desde hace… de hecho la colaboración de facto comenzó en el 2013 cuando se creó el grupo de trabajo para el primer global sobre envejecimiento y salud, el instituto se involucró en esa tarea y esto nos ha conducido a que el pasado 27 de julio la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud notificó al secretario de Relaciones Exteriores y al secretario de Salud que nuestro instituto ha sido reconocido como centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud en temas relacionados con cuidados integrados de la salud de personas mayores.

¿Qué es esto?

Esto se refiere a la vinculación entre los servicios sociales, los servicios médicos, tiene mucho que ver con los cuidados de largo plazo, con la idea de avanzar en la creación de un sistema nacional de cuidados y con toda esta temática que nos ocupa en el momento presente y desde luego desarrollar investigación en este ámbito para promover el envejecimiento saludable.

Dentro de esta iniciativa nos tocó participar ya como centro en el trance de devenir, centro colaborador, en la elaboración de la guía que la Organización Mundial de la Salud produjo para las residencias de larga instancia en el contexto de COVID-19 y esta fue publicada muy tempranamente el 21 de marzo.

Desde entonces se ha actualizado, actualmente hay un policy read que todavía no ha sido traducido al español, pero estará disponible en español en una o dos semanas y lo estaremos difundiendo también con una visión más amplia, ya no únicamente de las instituciones de cuidados de largo plazo, sino todo lo relativo a personas mayores en este contexto.

Y esto en un momento muy interesante además porque el próximo día 1º de octubre, en unas cuantas semanas, se lanza a nivel global el Decenio por el Envejecimiento Saludable. Ya la semana pasada la Organización Mundial de la Salud ya lo anunció, ya es oficial, y el 1º de octubre se lanza y esto representa toda una serie de acciones dirigidas a mejorar la atención de las personas mayores en el mundo entero y aquí, en nuestro caso, en México en particular.

Son 10 los puntos, 10 acciones clave para este decenio, para esta década, desde luego nos interesa incluir a todas las personas mayores, nos interesa muy particularmente combatir la discriminación por edad, que es probablemente la forma más estructural de discriminación y es curioso, pero es la única forma de discriminación por la que todos vamos a pasar, bueno, todos los que tengamos la suerte de alcanzar la edad avanzada, si las cosas siguen como están y no pueden seguir como están, esto tiene que cambiar.

Estamos también en el proceso de transformar la práctica clínica introduciendo los principios de la práctica geriátrica en la medicina general y a todos niveles, y desarrollando los recursos humanos necesarios para este proceso y desde luego contribuyendo al desarrollo, como se propone, dentro de la década en un sistema formal de cuidados a largo plazo, pero de base comunitaria, esa es nuestra orientación.

Nuestra intención no es crear grandes instituciones de reclusión, sino fortalecer la base comunitaria y crear los mecanismos que permitan en ese nivel un buen cuidado de las personas mayores, de las personas dependientes en general.

Trabajamos ya en la creación de un sistema de información, desde la creación del instituto hemos desarrollado notablemente la investigación alrededor del tema y creo que tenemos elementos para determinar ya, para demostrar el retorno social de la inversión en este ámbito.

Promovemos el cambio y la innovación, y nos interesa a contribuir a adecuar el entorno para mejorar la calidad de vida, a final de cuentas, de todos nosotros.

Muchas gracias por su atención.

JOSÉ LUIS ALOMIA ZEGARRA: Muchas gracias, doctor Gutiérrez, por haber compartido con nosotros esta noche tan importante información, sobre todo estas actividades, estos esfuerzos de intervenciones que se están realizando en esta población de adultos mayores.

Reiteramos la invitación que le hace el doctor Gutiérrez a todas las personas que nos están viendo de poder visitar la página oficial del Instituto Nacional de Geriatría, poder descargar los materiales que ahí se encuentran, poder revisarlos a profundidad, no solamente para los grupos de adultos mayores, sino para todos aquellos que estamos en los diferentes grupos de edad y que podemos contribuir de manera directa a una mejor calidad de este grupo de edad, tanto en materia de prevención, de atención, seguimiento y específicamente en el caso del instituto y la rehabilitación también.

Vamos a pasar entonces esta noche a preguntas de parte de los compañeros de la prensa. Aquí levantaron la mano, aquí también, aquí también. Adelante, por favor.

PREGUNTA: Hola, buenas noches. Arturo Contreras, de Pie de Página.

Hoy la agencia Reuters de noticias, publica una nota en la que ejecutivos de AstraZeneca dicen que serán los países que implementen la vacuna los que serán responsables de atender los efectos secundarios de la vacuna.

¿Esto qué implica para México?, ¿y cómo se va a hacer?

JOSÉ LUIS ALOMIA ZEGARRA: Gracias por la pregunta. Comentar que en el caso de México está conformado un grupo técnico especializado para revisar precisamente todo lo relacionado a lo que será en su momento la obtención y aplicación de la vacuna contra el COVID-19.

Este grupo técnico está conformado lógicamente por personal especializado en el tema de vacunación, participan los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad del país; participa el Centro Nacional para la Infancia y la Adolescencia que, en su momento, es la que lleva a cabo el programa nacional, lo tiene a su cargo, el Programa Nacional de Vacunación.

Está participando la Cofepris; está participando también el Conacyt con todo el aporte de investigación y expertise que se tiene no solamente en México, sino en investigadores también a nivel internacional que están llevando a cabo estudios y desarrollo con la vacuna y otros actores importantes, lógicamente, de la misma Secretaría de Salud. Esto, con el fin de que se aborden todos los temas que tengan que ver con la vacuna COVID-19.

Lo más importante, dado que todavía no existe en este momento una vacuna que haya completado todas las fases de desarrollo que, por lo tanto, haya demostrado su utilidad o la prevención del desarrollo de la enfermedad o, mejor aún, que prevenga la enfermedad grave, en este caso de COVID-19, precisamente se necesitará dar un seguimiento muy cercano a los diferentes desarrollos que hasta el momento se tienen.

Este seguimiento incluye en su momento la valoración de las solicitudes que se tengan de estas empresas de, por ejemplo, poder llevar a cabo estudios en la población en México. Esto está sucediendo en diferentes países del mundo.

Es importante que la vacuna, lógicamente, pueda ser probada, pero para que esto se lleve a cabo debe hacerse en un marco lógicamente de seguridad, de ética y lógicamente de colaboración con los países en los cuales se va a realizar este tipo de actividades, y entre ellos incluido también México.

Entonces, en su momento, así como se han estado realizando y publicando diferentes lineamientos oficiales desde la Secretaría de Salud para todos los temas, se va a contar también con un lineamiento específico que va a cubrir todos los temas de la vacuna, incluido este que tendría que ver con el componente específico de las pruebas, en su momento, en población mexicana y de resultar positivas, y de demostrar todos los componentes que la vacuna debe de tener desarrollados y probados, poder entonces también continuar con las diferentes fases de valoración, aprobación y, en su momento, cuando tengamos ya una vacuna que haya demostrado todo esto, el modelo y la metodología que se utilizará para definir la población a la cual se va a aplicar la misma y lógicamente esto llevara a toda la logística necesaria para abordar esto en el país.

Entonces se está trabajando, estamos lógicamente en estos primeros pasos, pero esto lógicamente caminará tan rápido como sea necesario en función de las diferentes fases y momentos por los que la vacuna a su vez también está transitando.

Por favor.

PREGUNTA: Gracias, buenas noches. Alejandro Alemán, de Medicina Digital.

Para el doctor López Ridaura si nos pudiera informar ¿cuántos fallecidos hay por COVID-19?, esta nueva enfermedad, de notificación inmediata y que su manejo corresponde al sistema epidemiológico y estadístico de las defunciones.

Si nos pudiera decir esa cifra qué tanto varía en relación con los fallecidos por PCR, porque el que nos estén informando por fallecidos de PCR nos da una información parcial, no tengo idea de la parte clínica cuánto corresponde.

¿Y por qué se tomó la decisión de no dar a conocer esta información?

Gracias.

RUY LÓPEZ RIDAURA: Muchas gracias, gracias por la pregunta, a reserva de que después también complemente el doctor Alomía.

Ya lo hemos comentado, tenemos, lo que reportamos aquí son las defunciones que están dentro del sistema, del Sisver, que es el Sistema de Vigilancia y en aquellas que tenemos muestras y que se confirman, y también en otras ocasiones hemos presentado las defunciones que aún son sospechosas y que estamos esperando de resultados. Pero esto es lo que tenemos en el Sistema de Vigilancia Epidemiológica.

En efecto, tenemos otro sistema que ya es el sistema que va a irse completando, pero que tiene un proceso mucho más lento. Digo, el que se registre una defunción dentro de un certificado de defunción y después se confirme, se haga la adjudicación y se llega a la estadística final de tenerlo, para eso tenemos sistemas que también cuando presenté lo del exceso de mortalidad, decía que tenemos sistemas que son paralelos, un sistema que va más a través de Inegi, otro que va a través de la Secretaría de Salud y que durante todo el proceso de validación tienen diálogos entre unos y otros hasta tener la estadística oficial.

Este es un proceso mucho más lento, son comités jurisdiccionales, estatales que van haciendo la adjudicación, muchas veces no solamente tienen que ver que en efecto se… digo, se emitieron unos lineamientos también para el adecuado llenado y con un código específico relacionado con COVID, pero muchos de estos casos que no se tienen pruebas, también se tienen que revisar los expedientes clínicos para poder llegar a esa adjudicación.

Entonces, esto pasa aquí y en todo el mundo en donde el registro oficial de las muertes a través de los certificados y la adjudicación oficial de estos certificados es una cosa que va a tomar mucho más tiempo, esa fue la decisión.

Y lo que anunciamos hace ya 10 días fue la estadística del exceso de mortalidad, que no depende tampoco de los certificados, depende de las actas de defunción y lo único que está tomando es el total de defunciones y su contraste con lo que se hubiera esperado de acuerdo a lo observado en los últimos cinco años. Eso tampoco es una adjudicación específica por COVID.

INTERLOCUTOR: Nada más una precisión. El certificado de defunción lo expide la Secretaría de Salud, son certificados numerados, se sabe cuántos certificados se entregaron, cuántos certificados en blanco se entregaron. La ley establece con claridad que en caso de COVID-19 es una información de notificación inmediata, es decir, esa información sí la tienen.

Lo que yo no sé es, si un médico determina clínicamente que es COVID, pues tiene su validez, yo no sé qué más se le tiene que investigar a eso.

Y lo otro, que supongo que sí tiene el dato, es: ¿cuánto representa la determinación de enfermedad clínica en relación con los fallecimientos con PCR?, no sé si sea PCR la mitad, represente la cuarta parte, el 80 por ciento, no tengo ni idea.

Muchas gracias.

RUY LÓPEZ RIDAURA: Como le mencionábamos, ese dato lo hemos presentado, no tengo aquí el dato específico, no sé si lo podamos tener, pero se lo podemos presentar en una próxima reunión de cuántas defunciones ya han ido registrándose en este sistema específico que viene del certificado, pero tampoco no… Aunque es de registro inmediato, sí se requiere una evaluación y una adjudicación, no es automático, el certificado de difusión tiene el diagnóstico y ya se toma, hay todo un proceso de evaluación. El reporte es inmediato, pero se tiene que evaluar.

No sé si puedas agregar algo.

JOSÉ LUIS ALOMÍA ZEGARRA: Sí, solamente comentar que son procedimientos, digamos, diferentes.

Cuando nosotros tenemos en el registro, en el Sisver, un caso sospechoso, ese sería la vía, digamos, de notificación y el procedimiento más rápido, más expedito, por el cual nosotros podemos conocer el resultado de laboratorio de esta persona y entonces los médicos que están en la unidad hospitalaria rápidamente poder, a través del mismo sistema del Sisver, decirnos si la persona que lamentablemente falleció tenía un resultado positivo y, por lo tanto, la clasificación es inmediata, esos son los números, los datos que presentamos y actualizamos todas las noches.

Sin embargo, hay personas que fallecen y que en sus certificados de defunción pueden poner la sospecha del COVID-19 o podrían poner otros diagnósticos relacionados.

Aquí lo importante es que aunque no se pusiera directamente la confirmación o la sospecha de COVID-19 todos aquellos diagnósticos relacionados con la enfermedad pasan, precisamente, a un proceso de dictaminación, es decir, no se dejan estos por fuera, pasan a un proceso de dictaminación, son dictaminaciones que se llevan a cabo en las unidades hospitalarias por comités dictaminadores.

También hay comités dictaminadores en las jurisdicciones sanitarias, porque recordemos que no solo por COVID-19, en general y esto es estadística de todos los años, prácticamente la mitad de las personas que fallecen por todas las causas no fallecen en unidades médicas, fallecen fuera de unidades médicas, inclusive en sus hogares.

Entonces, todo este gran grupo de personas que al momento de fallecer no estuvieron cerca de un proceso de atención médica o de un profesional de la salud que certificó la defunción, llegan a las jurisdicciones sanitarias esos certificados, llegan a los comités estatales de vigilancia epidemiológica donde se llevan a cabo todos estos procesos de dictaminación, esta es la vía que toma un poco más de tiempo, porque se requiere que estos grupos sesiones, revisen no solamente el certificado, revisen el certificado, revisan toda la información, el expediente clínico, si fue atención médica, el registro del perito o del médico legista, si fue una defunción fuera y entonces dictaminan, y de estos comités dictaminadores también tenemos estadísticas que en su momento van a estarse sumando a la estadística oficial, pero justo es este proceso el que lógicamente demora un poco más, pero que tarde que temprano siempre termina integrándose.

De hecho, esa es la razón y no solamente en COVID-19, en todos los tipos de enfermedades que el Inegi, quien es quien lleva la estadística oficial de la mortalidad en el país, y no solo sucede esta demora en México, sucede en todos los países que llevan este tipo de registros, el registro oficial de la mortalidad puede en su momento demorarse hasta uno o dos años inclusive para poder tener las cifras finales.

Pero con estos indicadores lógicamente lo importante es que se pueden estar tomando decisiones, se puede estar monitoreando la enfermedad, cuáles son los determinantes, los factores de riesgo, las causas que llevan a una persona que enferma de COVID-19 a fallecer y entonces poder implementar acciones en los diferentes programas para que esto lógicamente no suceda.

INTERLOCUTOR: Nada más para… rápidamente para el doctor Gutiérrez Robledo. Usted está hablando, doctor, de integrar la parte clínica a la medicina, porque parece ser que esa es una parte que aún… Digo, los médicos generales tratan a las personas de edad; sin embargo, sí hace falta cubrir esa parte, que haya más medicina para las personas de la tercera edad, especialistas que los traten.

¿El instituto en algún momento piensa abarcar esta parte o no está dentro de su diseño?

LUIS MIGUEL GUTIÉRREZ ROBLEDO: Muchas gracias por su pregunta.

Efectivamente, nos interesa; esto difiere también de otros institutos el nuestro. Consideramos que es necesario que el conocimiento geriátrico trasmine a todos los profesionales de la salud y hemos desarrollado una serie de mecanismos para certificar competencias relativas a la atención de personas mayores que son asequibles a todos los profesionales de la salud. Eso ya está bien establecido.

Y estamos trabajando en este momento; de hecho, a finales de este año, ya está muy avanzada, estará concluida la primera unidad clínica al interior de nuestro instituto y esperamos que el próximo año podamos ya ponerla en marcha también con este nuevo modelo de base comunitaria, sí, alta especialidad, pero de base comunitaria.

Nos interesa el promover la atención tanto como se pueda en el nivel comunitario y evitar el recurso al hospital, sobre todo a través de actividades de promoción de la salud, de prevención y de seguimiento cercano a través de iniciativas que seguramente tendremos oportunidad de compartir con ustedes conforme vaya avanzando la década por el envejecimiento saludable, todo esto de manera concertada con lo que está ocurriendo a nivel global.

JOSÉ LUIS ALOMÍA ZEGARRA: Por favor.

PREGUNTA: Buenas noches.

Doctor Alomía, quiero preguntarle: ¿cuántas personas mayores de 60 años han fallecido por COVID-19 a la fecha y cuántas se han contagiado? únicamente los mayores de 60 años.

Y doctor Gutiérrez, quiero preguntarle. Sé que esta encuesta la están realizando a penas en las instituciones, en las residencias, pero ¿en estos primeros datos preliminares han tenido señales de alarma, de contagios dentro de las residencias?, ¿cómo están atendiendo a los adultos mayores que se contagian en estos lugares?

LUIS MIGUEL GUTIÉRREZ ROBLEDO: Hasta ahora la información que hemos tenido, es un cuestionario muy sencillo, porque necesitamos, primero, establecer esa vinculación e ir profundizando gradualmente la obtención de información.

Yo creo que conforme avancemos en el proceso, introduzcamos la aplicación, podremos tener datos muy precisos. En la actualidad lo que le puedo decir es que estamos sorprendidos porque nos encontramos en una situación bastante menos mala que la que anticipábamos en términos de conocimientos básicos acerca de cómo hacer frente a la problemática.

Y, de hecho, la mortandad ha sido mucho menos importante en nuestro país de lo que ha ocurrido en otros países en este ámbito, tuvimos más tiempo para prepararnos, ha habido reacción oportuna y hay en particular en la Ciudad de México un apoyo muy cercano de la Secretaría de Salud, de una colaboración muy estrecha con la Secretaría Inclusión Social y Bienestar que permite que al momento que hay identificación de la sospecha, hay una participación de la jurisdicción sanitaria, muestreo de todos los residentes. Se ha actuado de manera muy rápida y muy eficiente.

JOSÉ LUIS ALOMIA ZEGARRA: En relación a los números, de hecho, están presentes en la diapositiva que expusimos hace unos momentos, las personas mayores de 60 años que lamentablemente han perdido la vida hasta el momento han sido 33 mil aproximadamente y las personas que han de este mismo grupo de edad, es decir, mayores de 60 años que han enfermado de COVID-19 están alrededor de los 100 mil.

Bien, dado que son exactamente las 7:59 de la noche, agradecemos a todos por su asistencia y agradecemos también a la población por habernos prestado atención.

Recordemos siempre que la epidemia de COVID-19 continúa. Si bien es cierto hemos tenido señales de que en la mayoría de las entidades federativas está empezando a tener un control y están empezando a presentarse las primeras semanas de descenso, lo importante es todavía no bajar la guardia, mantener las acciones de prevención de la enfermedad para que entonces este descenso realmente pueda continuar semana con semana y podamos en un momento determinado estar lógicamente saliendo de la mayor carga de enfermedad en estas últimas semanas.

Muchas gracias a todos. Tengan buenas noches.

---