MODERADOR: Damos inicio a esta ceremonia con los honores al presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas.

(HONORES)

MODERADOR: Preside esta ceremonia del 149 Aniversario Luctuoso de Benito Juárez García, el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

Lo acompañan el gobernador constitucional del estado de Guerrero, Héctor Antonio Astudillo Flores.

La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

El director general del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, Adelfo Regino Montes.

La presidenta municipal de Acapulco de Juárez, Adela Román Ocampo.

La presidenta municipal de Guelatao de Juárez, Oaxaca, Consuelo Santiago García.

Asimismo, damos la bienvenida a los representantes de los medios de comunicación y a quienes nos siguen a través de las redes sociales.

Reciban todos la más cordial bienvenida.

Escuchemos el mensaje de bienvenida a cargo del gobernador constitucional del estado de Guerrero, licenciado Héctor Astudillo Flores.

HÉCTOR ANTONIO ASTUDILLO FLORES, GOBERNADOR DE GUERRERO: Ciudadano licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; ciudadana secretaria de Gobernación, doctora Olga Sánchez Cordero; licenciado Adolfo Regino Montes, director general de los Instituto Nacional de Pueblos Indígenas; maestra Adela Román Ocampo, presidenta municipal de Acapulco de Juárez; maestra Consuelo Santiago García, presidenta municipal de Guelatao de Juárez, Oaxaca; señoras y señores, medios de comunicación:

Agradezco a usted, ciudadano presidente, que haya venido a Guerrero, con esta, en 15 ocasiones. Se lo agradezco porque viene usted a escuchar a los guerrerenses, a supervisar los programas sociales, a impulsar programas para abatir la pobreza, también por este importante cívico que reviste la mayor importancia en Acapulco.

Benito Juárez venía del México antiguo y construyó el México moderno. Su origen no podía ser más adverso: huérfano de padre y madre a los tres años de edad, parecía destinado a esa condición frecuentemente insalvable de quienes, careciendo de posibilidades, de pierden en el anonimato.

Sin embargo, la oscuridad de su origen fue iluminada por la luz de su voluntad. Con escasos 12 años de edad llegó a la ciudad de Oaxaca impulsado por un solo afán: el conocimiento. Quería hablar y escribir correctamente en español, quería saber más, entender de artes, filosofía y derecho.

Apuntes para mis hijos, además de notas autobiográficas, son puntos cardinales de la lucha por la república independiente que trasciende en la causa de la libertad.

Juárez fue abogado, defensor de la ley y la justicia, gobernador de Oaxaca, congresista, presidente de la Corte y presidente de la República, pero, sobre todo, fue un patriota.

El destino pone a prueba a los hombres y a los pueblos. México tuvo horas aciagas, pero también al estadista que lo salvó del gobierno teocrático, de las cadenas imperiales y de la anarquía, su nombre: Benito Juárez, y su destino: el laurel de los tiempos.

Carlos Monsiváis se refiere a Juárez como el paisano de paisanos y sintetiza magistralmente las adversidades superadas por el zapoteca: las divisiones de su partido, la ira del clero integrista y los conservadores a la intervención francesa, a las peripecias de su gobierno nómada, al imperio de Maximiliano, a la oposición interna de varios de los liberales más extraordinarios, a sus terquedades en el mando se le persigue, encarcela, destierra, calumnia, veja y ridiculiza, y sus enemigos quieren hacer de su encono el sinónimo de adversidad.

Y, en efecto, teniendo condiciones adversas, Juárez es un vencedor insólito.

A Acapulco llegó Juárez, procedente de su exilio en Nueva Orleans, llegando al puerto, como él lo refiere, a fines de julio de 1855 para prestar sus servicios en la campaña que los generales don Juan Álvarez y don Ignacio Comonfort dirigían contra el poder tiránico de Antonio López de Santa Anna.

Triunfante el Plan de Ayutla, Juárez acompaña a Álvarez y a sus tropas hacia la Ciudad de México. Los adictos a Santa Anna intentan que la revolución triunfante reconozca a un presidente impuesto por ellos y tratan de convencer a don Juan Álvarez para que reconozca a los mismos generales y personas que pocas horas antes servían a Santa Anna, anota el propio Juárez en sus apuntes.

Juárez es un hombre múltiple, lo demuestra su decisión de incorporarse al corazón del Plan de Ayutla en este puerto de Acapulco. El triunfo del plan coloca al ilustre oaxaqueño en circunstancias de ser ministro de justicia y después, al renunciar Comonfort, sucesor de Álvarez, es presidente de la República.

Es un hombre de leyes, pero también un revolucionario, en el poder es un reformador, es reformador y establece bases sólidas del Estado mexicano. Con cuánta razón ha dicho usted, señor presidente, sobre Juárez, el mejor presidente que ha tenido en la historia de nuestro país. Todavía Juárez gobierna con su ejemplo.

Ciudadano presidente:

Anima su presencia al pueblo de Guerrero al conmemorar aquí 149 aniversario luctuoso de don Benito Juárez. Usted apreciará que el sur ha sido pródigo para servir a las causas de la Independencia y la Reforma, estratégico e inspirador para Morelos y el escenario donde surge el mexicano universal que con la fuerza de la ley y con los mexicanos patriotas supo consumar nuestra segunda independencia nacional. Somos el sur, pero también somos república juarista.

Apuntes para mis hijos es el catecismo cívico que debemos conocer todos los mexicanos. Por ello, para el gobierno del estado de Guerrero es honrosa la publicación de este testimonio y obedece a la presencia de usted en Acapulco, ciudadano presidente, en ocasión del aniversario luctuoso del Benemérito de las Américas.

Vale la pena decir que la presencia de Benito Juárez por Acapulco dejó aquí no solamente su huella, su trabajo y su ejemplo, dejó su nombre, el municipio de Acapulco lleva acertadamente Acapulco de Juárez. Pensar como Juárez, actuar como Juárez, seguir a Juárez es lección y tarea de todos los días.

¡Que viva Benito Juárez!

Muchas gracias.

MODERADOR: Enseguida, hace uso de la palabra la secretaria de Gobernación, doctora Olga Sánchez Cordero.

OLGA SÁNCHEZ CORDERO, SECRETARIA DE GOBERNACIÓN: Con su permiso, señor presidente, Andrés Manuel López Obrador.

Muchas gracias por su anfitrionía señor gobernador.

Con su venía señor presidente.

También quiero saludar a las alcaldesas, quiero saludar también a nuestro querido Adelfo, a los medios de comunicación.

Buenos días a todas y a todos ustedes.

Me llena de entusiasmo y orgullo estar con ustedes para honrar la memoria y el legado de uno de los próceres de la democracia mexicana: el inmortal don Benito Juárez García.

En San Pablo Guelatao nació un niño zapoteca que los años transformaron en un joven seminarista, abogado, liberal y posteriormente en el presidente inquebrantable. Un colosal estadista, un prócer que en los momentos más convulsos para México defendió a la república del embate de un imperio extranjero.

Benito Juárez fue un demócrata en su expresión más puntual, un hombre de leyes que condujo la causa liberal. Esa convicción por la legalidad se tradujo en normas como la Ley General de Administración de Justicia o Ley Juárez, que extinguió los fueros clericales y anuló los tribunales especiales sentando la piedra angular de cualquier democracia: la igualdad.

La obra de Juárez es descomunal. Arrancó el dominio de un poderoso estamento clerical y devolvió ese poder al pueblo.

Las Leyes de Reforma en su conjunto transformaron el sistema ideológico, material, económico, semifeudal en una ética laica y republicana. Esta es la segunda gran transformación de nuestra historia.

Juárez, un enorme estadista de nuestra nación.

Y, por lo tanto, en la democracia reposa la esencia del Estado liberal reformista, que dotó de carácter laico a las instituciones, transformando para siempre el curso de la historia de nuestro país.

La influencia del juarismo puede verse reflejada en cuatro pilares indispensables sobre los que hoy en día se fundamenta el desarrollo de México: leyes, instituciones, pluralismo y democracia.

El tiempo de Juárez coincide con el nacimiento del México moderno, porque fue a partir de las Leyes de Reforma que cristalizaron los fines de la independencia civil en México las que marcaron el inicio de un proyecto de modernización para nuestro país. Años, sí, de lucha liberal, sueño de patria soberana, libre e independiente.

Las instituciones se consolidaron desde entonces y hasta hoy. Se han transformado, sí. En el presente, la Cuarta Transformación de la vida pública de México ha retomado la vocación que el juarismo proyectó: consolidar un Estado que esté al servicio del pueblo, como lo ha dicho en múltiples ocasiones nuestro señor presidente Andrés Manuel López Obrador.

Visionario, Juárez supo que los derechos deberían ser garantizados en la ley, pero jamás por la fuerza. Uno de los legados de Juárez para el Estado mexicano es que formó un andamiaje institucional que fortaleció al país frente a poderes exteriores y puso a disposición de la gente el poder del Estado.

El pensamiento democrático encontró en Benito Juárez a uno de sus más grandes expositores y defensores: el respeto de la voz popular, la conjunción de todas las voces que coexisten en el pluralismo, que constituye uno de los ejes que sustentan la ideología juarista.

Juárez demostró que el respeto a ese pluralismo debe ser irrestricto y debe ser tomado en cuenta para una verdadera representación dentro de la democracia. Es gracias al pluralismo que se puede reconocer al pueblo sus opiniones, sus preocupaciones. Atender la pluralidad garantiza que se tome en cuenta la diversidad de opiniones y permite el enriquecimiento de distintas perspectivas.

Don Benito Juárez García nació en Oaxaca, pero dedicó su vida a México. Le rendimos guardia de honor por su aniversario luctuoso en una de las tierras que fue testigo de su lucha inquebrantable. Fue aquí, en Acapulco, donde se consolidó el Plan de Ayutla, al que se sumó Benito Juárez para poner fin a la oscura noche de la dictadura.

Tenemos la responsabilidad de reivindicar, como lo hacemos ahora desde esta Cuarta Transformación, la importante herencia que el legado juarista ha depositado en la conciencia mexicana. Que la conducción de nuestras acciones y pensamientos se guíen con esa mirada humanista, solidaria y justa de los principios e ideales del Benemérito de las Américas.

Hoy rememoramos la muerte del presidente Juárez, la perpetuidad de su ejemplo de vida, el hombre que fue, sus ideas, piezas claves para el desarrollo y consolidación de nuestra democracia.

La máxima juarista permanece vigente. La democracia es el destino de la humanidad, la libertad, su brazo indiscutible.

Hagamos que medie la razón en cualquier espacio de la sociedad, que la paz sea la realidad más próxima y la justicia social el puerto indiscutible.

Unamos nuestros valores y depositemos nuestras acciones en el umbral de la democracia, tengamos confianza en la sabiduría del pueblo bueno y en la grandeza de nuestro país.

Hoy, en el aniversario luctuoso de Benito Juárez, traemos al presente su legado y testimonio como ejemplo de lo que significa ser una nación que crece libre y soberana.

Que el ideal juarista siga construyendo los destinos de nuestra nación con esos cuatro pilares: instituciones, leyes, pluralismo y democracia.

¡Viva Juárez!

¡Viva la República!

¡Viva la democracia!

¡Y viva México!

Muchas gracias, señor presidente.

MODERADOR: En conmemoración al 149 aniversario luctuoso de Benito Juárez García, el presidente de México, en compañía de los integrantes del presídium, depositará una ofrenda floral y montará Guardia de Honor.

(OFRENDA FLORAL Y GUARDIA DE HONOR)

MODERADOR: Se les invita entonar nuestro Himno Nacional Mexicano.

(HIMNO NACIONAL)

MODERADOR: El presidente de México y comandante supremo de las Fuerzas Armadas se dirige a la escolta de bandera para despedirse de nuestro lábaro patrio.

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