PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Estimado presidente Biden, amigas, amigos de la delegación del gobierno de Estados Unidos:

Nos da mucho gusto tener esta reunión bilateral, estar con ustedes, que tienen una vinculación con nosotros más allá de lo estratégico, inclusive de la vecindad. Es una relación fraterna, de amistad entre nuestros pueblos.

Estimado presidente Biden:

Tengo la certeza que es usted un gobernante humanista y visionario, y que hay condiciones inmejorables para iniciar una nueva política de integración económica y social en nuestro continente.

El tratado comercial entre Canadá, México y Estados Unidos ha demostrado ser un valioso instrumento para consolidar nuestros procesos productivos, aprovechando el gran potencial que representa el mercado interno en nuestra región. Sin embargo, en nuestros puertos del Pacífico aún sigue creciendo el arribo de barcos repletos de mercancías procedentes de Asia.

Y la pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿no podríamos producir en América lo que consumimos? Claro que sí. Es asunto de definición y de planear conjuntamente nuestro desarrollo futuro.

Unirnos y asociarnos en América equivale a consolidar en definitiva la región más importante del mundo. Las ventajas son muchas. Entre otras, contamos con fuerza de trabajo joven y creativa, con desarrollo tecnológico y con una gran riqueza de recursos naturales. Las distancias entre nuestros países nos permiten ahorrar en transporte y existe suficiente demanda en nuestros mercados.

El consumo per cápita de América es de 18 mil 100 dólares anuales, mientras que el de Asia es de cuatro mil 400 dólares. No obstante, la integración productiva que proponemos debe también contar con el respaldo de inversión pública y privada para el bienestar de todos los pueblos de América, sin excluir a nadie.

Recordemos que, el 13 de marzo de 1961, el presidente John F. Kennedy dio a conocer en la Casa Blanca ante embajadores de América Latina y el Caribe el plan conocido como Alianza para el Progreso. En ese entonces, Estados Unidos invirtió, en 10 años, 10 mil millones de dólares que, a los precios de hoy, serían 82 mil millones de dólares en beneficio de los pueblos de América Latina y el Caribe.

Sin embargo, ha sido lo único importante en realidad que se ha hecho en materia de cooperación para el desarrollo en nuestro continente en más de medio siglo. En consecuencia, sostengo que es el momento de terminar con ese olvido, ese abandono, ese desdén hacia América Latina y el Caribe, opuesto a la política de la buena vecindad de ese titán de la libertad que fue el presidente Franklin Delano Roosevelt, y comenzar con usted, porque no habría otro dirigente que pudiera llevar a cabo esta empresa, comenzar con usted una etapa nueva entre los pueblos y naciones del continente a partir del respeto y de la ayuda mutua.

Presidente Biden:

Usted tiene la llave para abrir y mejorar sustancialmente las relaciones entre todos los países de continente americano. Sé que es una iniciativa compleja, polémica, y estoy consciente de que su puesta en práctica implica numerosas dificultares, pero a mi juicio no hay mejor camino para garantizar el porvenir próspero, pacífico y justo que merecen nuestros pueblos, nuestros compatriotas, así como todos los pueblos del continente y las futuras generaciones.

La propuesta, presidente Biden, es integral, implica consolidarnos como región económica en el mundo, fortalecer la hermandad en el continente americano, respetar nuestras diferencias y nuestras soberanías, y procurar que nadie se quede atrás y que juntos vayamos en busca de la bella utopía de la libertad, la igualdad y la verdadera democracia.

Somos muchos los que no hemos dejado de soñar en una integración justa y fraterna entre todos los pueblos y países de nuestro continente, porque, como decía Simón Bolívar, el libertador: ‘Si el cielo nos concede el deseo de la América unida, este continente podría llamarse, esta América unida podría llamarse ‘la reina de las naciones y la madre de las repúblicas’.

Bienvenido a su casa, presidente Biden. Usted es nuestro amigo y el pueblo estadounidense lo es también. Somos pueblos vecinos y pueblos hermanos.

Muchas gracias.

JOSEPH BIDEN, PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA (INTERPRETACIÓN DEL INGLÉS AL ESPAÑOL): Muchas gracias.

Bien, señor presidente, amigo, es un placer acompañarlo de nuevo en esta décima Cumbre de Líderes de América del Norte en la Ciudad de México.

El mes pasado celebramos 200 años de relaciones bilaterales con México y, mirando la vista atrás y mirando nuestra historia compartida, queda claro que, si estamos más seguros, trabajaremos mejor juntos. México es un socio de verdad y cuando trabajamos en conjunto con valores comunes y respeto mutuo no hay nada que no podamos hacer.

Hoy vamos a hablar sobre cómo podemos profundizar más en nuestra relación, no solamente con México, sino con el hemisferio occidental; esto incluye fortalecer nuestras cadenas de suministro para que seamos hasta más competitivos.

Vamos a hablar también sobre nuestra seguridad compartida, incluida nuestra acción conjunta para abordar la plaga del fentanilo, que ha matado a 100 mil estadounidenses hasta ahora, y cómo podemos abordar la migración irregular, y creo que eso ya está muy bien encaminado. Sobre todo, estamos comprometidos con lograr un mejor futuro que se basa en la paz y la prosperidad para todos nuestros pueblos.

Señor presidente:

Hoy día y en los próximos años espero seguir construyendo este futuro mejor. Y quisiera agregar que en los últimos 15 años hemos gastado miles de millones de dólares en este hemisferio, decenas de miles de millones de dólares en el hemisferio, pero lo que debemos hacer es lo que usted ha hecho, y lo felicito por haberlo hecho: debemos seguir apoyando y construyendo instituciones democráticas en el hemisferio.

Algo que pude hacer en el G7 fue lograr un acuerdo en que habría un proyecto de miles de millones de dólares de infraestructura para el hemisferio occidental, para Latinoamérica y para África.

Así que hay mucho que podemos hacer, tenemos mucho de qué hablar, y espero poder hacerlo, porque siento confianza, confianza en que lo podemos lograr. Me siento confiado de que estamos en una coyuntura de cambio de verdad.

El último cambio fundamental que ocurrió en la política global fue después de la Segunda Guerra Mundial y ahora estamos en una coyuntura totalmente distinta, estamos en un punto de inflexión, lo que hagamos en los próximos años va a cambiar cómo lucirá el mundo en las próximas décadas, y tenemos la oportunidad de hacerlo y creo que estamos en un muy buen lugar para poder hacerlo.

Ahora bien, con esto, los Estados Unidos brindan más asistencia al exterior que cualquier otro país, todos juntos, en todo el mundo, no solamente en el hemisferio, sino a todo el mundo.

Desafortunadamente, nuestra responsabilidad no termina con el hemisferio occidental, estamos en el centro de Europa, en Asia, en el Medio Oriente, en África, el sureste asiático; así que ojalá pudiéramos enfocarnos en solamente una región, pero nos enfocamos en múltiples regiones y en esto tenemos que trabajar. Siento confianza en que podemos hacer mucho más en los próximos años.

Gracias por recibirnos y espero nuestra conversación.

MARCELO EBRARD CASAUBON, SECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES: Agradecemos a los medios.

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