MODERADOR: Preside esta ceremonia de conmemoración del Día de la Armada de México el licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

Lo acompaña en el presídium:

Almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina.

General Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional.

Diputada Laura Angélica Rojas Hernández, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión.

Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Senadora Mónica Fernández Balboa, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República del Honorable Congreso de la Unión.

Doctora Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación.

Canciller Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores.

Ingeniero Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones y Transportes.

Doctora Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, secretaria de la Función Pública.

Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Autoridades civiles, militares y navales que nos acompañan.

Damas y caballeros:

Sean cordialmente bienvenidos.

Conmemoraciones como la que nos cita en este solemne recinto, la Rotonda de las Personas Ilustres, sirve para tener presentes quiénes somos y dejar en claro hacia dónde vamos. Es por ello que hoy recordamos a personalidades que coadyuvaron a formar el México de hoy y que sus restos se hallan inhumados justo en este lugar.

De igual forma, recordamos a unos héroes que cimbran el suelo patrio cuando se menciona su nombre en la lista de honor que tendrá a bien dar lectura el licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, seguido del Toque de Silencio y una salva de honor.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Teniente José Azueta.

VOCES A CORO: ¡Murió por la patria!

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Cadete Virgilio Uribe.

VOCES A CORO: ¡Murió por la patria!

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Teniente Juan de la Barrera.

VOCES A CORO: ¡Murió por la patria!

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Cadete Juan Escutia.

VOCES A CORO: ¡Murió por la patria!

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Cadente Francisco Márquez.

VOCES A CORO: ¡Murió por la patria!

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Cadete Agustín Melgar.

VOCES A CORO: ¡Murió por la patria!

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Cadente Fernando Montes de Oca.

VOCES A CORO: ¡Murió por la patria!

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Cadete Vicente Suárez.

VOCES A CORO: ¡Murió por la patria!

(TOQUE DE SILENCIO)

(SALVA DE HONOR)

MODERADOR: Para proseguir con esta solemne ceremonia se dará lectura a una reseña histórica relativa al Día de la Armada de México en voz del cadete de tercer año del Servicio de Sanidad Naval, estudiante de Medicina, Carlos David Reyes Bocanegra.

CARLOS DAVID REYES BOCANEGRA, CADETE DE TERCER AÑO DEL SERVICIO DE SANIDAD NAVAL: Cada 23 de noviembre las y los mexicanos celebramos el Día de la Armada de México en reconocimiento a la primera operación naval y heroica labor en defensa de la libertad y soberanía de nuestra patria.

Durante los años que siguieron a la guerra de Independencia, el comandante peninsular, José Dávila, en aquel entonces intendente de la provincia de Veracruz, desconoció la emancipación nacional y se apoderó del fuerte de San Juan de Ulúa, cuya posición estratégica favorecía a los españoles quienes recibían abastecimientos y tropas desde Cuba.

En este contexto, el secretario de Guerra y Marina, el mexicano general José Joaquín de Herrera expresó: ‘Habiendo cambiado el aspecto de la guerra, a la Marina sólo toca consumar esa grande obra y consolidar para siempre la independencia nacional’.

Fue entonces que durante el gobierno de Guadalupe Victoria se nombró como jefe de Departamento de Marina de Veracruz al capitán de Fragata, Pedro Sainz de Baranda y Borreiro, con el objetivo de reorganizar a la escuadrilla naval y apresurar el desalojo español de Ulúa.

La experiencia del capitán Pedro Sainz de Baranda le permitió elaborar un plan estratégico al frente de una flotilla mexicana que formaría la línea de batalla para el ataque de aquel gran histórico 23 de noviembre de 1825, fecha que marcaría el abandono final de los españoles de nuestro territorio nacional.

En este momento se izó el Lábaro Patrio acompañado con una salva de honor de artillería y, como lo escribió el almirante Miguel Carranza y Castillo, apasionado de la historia naval mexicana: ‘Y la Independencia se consolidó en el mar’.

Muchas gracias.

MODERADOR: A continuación, se llevará a cabo el depósito de una ofrenda floral y se invita respetuosamente al licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; al almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina; así como al general Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional, a montar una guardia de honor frente a la tumba del capitán Pedro Sainz de Baranda y Borreiro, héroe naval.

(DEPÓSITO DE OFRENDA FLORAL Y GUARDIA DE HONOR)

MODERADOR: Enseguida, el almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina hará uso de la palabra.

JOSÉ RAFAEL OJEDA DURÁN, SECRETARIO DE MARINA: Es un honor dirigirme al licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas.

Señor presidente:

Las y los marinos navales le agradecemos a usted esté presente en este acto tan significativo para todos nosotros.

Por supuesto, mi respeto y agradecimiento a las autoridades civiles, militares y navales de los tres órdenes de gobierno que hoy nos acompañan en el presídium, integrantes del cuerpo diplomático acreditado en el país, personal naval en el activo y en la honrosa situación de retiro, medios de comunicación, familias presentes, amigas y amigos.

Muy querido México:

Pueblo, historia, batallas e ideales son conceptos que, sin duda, forman parte de nuestra consciencia nacional en el México de hoy que se encuentra marcado por episodios de gran relevancia que han delineado su destino. Ejemplo de ello es el 23 de noviembre de 1825, fecha en que la recién integrada Marina de Guerra Mexicana logró la capitulación del último reducto español en la fortaleza de San Juan de Ulúa, en el puerto de Veracruz.

Las y los marinos navales podemos decir con orgullo que nuestra Independencia nacional se consolidó en el mar. Celebramos este importante hecho que marcó el porvenir de esta nación, pero también el devenir de una Armada para todos los mexicanos.

De esa manera exaltamos tan noble gesta que contó con el liderazgo del capitán de fragata Pedro Sainz de Baranda y Borreiro, ante cuyos restos, el día de hoy en esta Rotonda de Personas Ilustres, rendimos honores como uno de nuestros máximos próceres navales.

Sin duda, los personajes heroicos son referentes históricos que nos ofrecen enseñanza del todo valiosa; en tal sentido, corresponde a las generaciones venideras saber emular tan nobles actos de acuerdo con la realidad actual que se vive.

Hace 194 años, la victoria nacional fue fruto de una estrategia naval, así como del valor y de la unión de todos los mexicanos. Gracias a esas enseñanzas, hoy sabemos que los intentos por reconquistar el suelo patrio sucumbieron ante la fortaleza moral de un pueblo que pugna por la paz y la libertad.

Hoy sabemos que mucho podemos hacer por nuestra patria desde la trinchera de la honestidad, la legalidad y de la verdad. Hoy sabemos que el patriotismo de nuestros días se forja con actos de solidaridad y de justicia.

Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos:

Para quienes formamos parte de la Secretaría de Marina Armada de México es un honor que sea usted el comandante supremo de las Fuerzas Armadas. Cuente siempre y bajo cualquier circunstancia con nuestra lealtad absoluta. Tenga usted por seguro que en cada uno de los mandos navales, a lo largo y ancho de este grandioso país, la lealtad es igualmente compartida, una satisfacción que se extiende al horizonte de nuestros mares y a esa sensación infinita de navegar singladuras con absoluta lealtad. Un regocijo que experimentamos gracias a la independencia conquistada por los héroes navales del pasado.

Por ello, nuestra institución está lista para seguir velando por los intereses más importantes de nuestra nación y de nuestras familias mexicanas. Una Armada formada con honor, deber, lealtad y patriotismo en el mar, en el aire y en la tierra. Una Armada humanitaria y muy respetuosa de los derechos humanos.

A casi dos siglos de ser una institución al servicio de México, quienes portamos el uniforme naval tenemos el mismo amor patrio de aquellos que nos antecedieron y así lo refrendamos.

En igual sentido, estoy cierto que en cada uno de los habitantes de este gran país existe un héroe que lucha día a día por sus propias causas y quien busca su mejoría y la de los suyos desde la legalidad y también teniendo bases para una mejor nación. Por tanto, a cada ciudadano le toca asumir su papel en los diversos momentos históricos que nos corresponde vivir.

Frente a esta tumba honremos la memoria de quien contribuyó a que el pabellón nacional ondeara en lo más alto, anunciando desde el más la anhelada Independencia nacional, y así exaltemos los valores que nos llevaron a la victoria, y que hoy podemos conducirnos a una paz sin precedentes, a una paz cimentada en el honor y la dignidad de nuestra patria.

Muchísimas gracias.

MODERADOR: Continúa esta conmemoración del Día de la Armada con la interpretación del himno Pedro Sainz de Baranda.

(INTERPRETACIÓN DE HIMNO PEDRO SAINZ DE BARANDA)

MODERADOR: A continuación, discurso oficial en voz del licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Mujeres y hombres de la Armada de México, amigas, amigos todos:

Me da mucho gusto participar en esta ceremonia de conmemoración al nacimiento de la Armada de México por la gesta del capitán Sainz de Baranda.

Es muy importante recordar la historia. Lo menciono con frecuencia, cito lo que se le atribuye a Cicerón, que la historia es la maestra de la vida y que el que no sabe o quien no sabe de dónde viene, difícilmente sabrá hacia dónde va.

Pedro Baranda ayuda a consumar la Independencia de México porque siempre las ideas van por delante de los hechos. Cuando se habla de la Independencia de México siempre nos acordamos de 1810, que es el inicio del movimiento de Independencia, y suele también recordarse que es cuando el cura Hidalgo proclama la abolición de la esclavitud.

Se piensa que la esclavitud es abolida en México desde entonces, desde 1810, pero eso no es real. La esclavitud continúa en México, lo de Hidalgo fue una proclama. En los hechos, la esclavitud se abolió en nuestro país 100 años después, hasta 1914, después de la Revolución mexicana.

Lo mismo sucede con la Independencia. Se habla del Grito de Independencia, lo conmemoramos, pero es el inicio; luego hay otra fecha histórica importante: la consumación de la Independencia 1821, pero también esto no es así del todo, la Independencia no concluye, no se alcanza a plenitud en 1821.

Aquí estamos recordando que se logra la Independencia cuando se derrota a una fuerza española que se apoderó del fuerte de San Juan de Ulúa, en Veracruz, en 1825, por el comandante Pedro Baranda. Un hecho histórico importantísimo.

Sin embargo, todavía pasa otro tiempo, siguen los intentos de reconquista y se llega hasta tomar la medida drástica en 1829 de expulsar de nuestro territorio a todos los españoles.

Así ha sido la historia en nuestro país y la defensa de nuestra soberanía. Apenas nos estábamos independizando de España y de nuevo la amenaza de invasión de Francia, la primera intervención francesa, 1838; si hablamos de la expulsión de los españoles en 1829 y de nuevo nos invaden, ahora franceses, 1838, imagínense cuánto costaba hacer valer nuestra Independencia.

A esa intervención francesa se le conoce como la Guerra de los Pasteles, porque aquí cerca había un restaurante de un francés, y unos mexicanos consumieron unos pasteles, y esto originó el reclamo de Francia y lo usaron como pretexto para invadirnos en 1838.

Es importante también este año porque de nuevo en Veracruz -no se podía escribir la historia de México sin el puerto de Veracruz, porque ha sido el escenario de todos estos acontecimientos definitorios en la historia de México- ahí el que defiende al puerto de Veracruz y la Independencia de México es López de Santa Anna y ahí pierde su pierna Santa Anna.

Luego que se logra en 1839 el arreglo con Francia, siete años después la invasión estadounidense, desde 1846 empiezan a invadirnos y de nuevo, además de hacerlo por tierra lo hacen por mar y hay un desembarco en Veracruz.

Esa intervención fue muy dolorosa, fue como un gran zarpazo, porque por esa intervención nos despojaron de más de la mitad de nuestro territorio. Los invasores entraron hasta la Ciudad de México, fue ofensivo, porque se izó la bandera estadounidense en Palacio Nacional. Son de los tiempos más tristes de la historia patria.

Luego, pues ya sabemos, de nuevo la invasión francesa y logramos restablecer nuestra República y se logra la segunda independencia de México.

Pero todavía en el siglo pasado, el siglo XX, en 1914 nos vuelven a invadir los estadounidenses. Por eso recordamos siempre a los oficiales de la Armada de México que lucharon en Veracruz, a Virgilio Uribe, a Mariano Azueta, defensa de nuestra patria.

Es interesante que entonces era presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson, un presidente demócrata que toma esa decisión que reprobamos, aun siendo uno el uno de los principales impulsores de lo que conocemos ahora como la Organización de Naciones Unidas.

En ese tiempo, el secretario de Marina de Estados Unidos era Joseph Daniels, un personaje extraordinario, y bajo sus órdenes estaba en 1914 Franklin Delano Roosevelt.

Cuando México hace valer de nuevo su independencia, su soberanía, 1938, con la expropiación del petróleo, luego de amenazas en el sentido de que si se nacionalizaba el petróleo, si se expropiaba a empresas petroleras extranjeras nos iban a volver a invadir porque las empresas petroleras extranjeras dominaban todo el golfo de México, era un poder dentro de otro poder.

Hay hechos históricos también de la Armada, del Ejercito que debemos recordar en ese periodo. Venustiano Carranza y los constituyentes del 17 deciden que el petróleo es de la nación y empiezan las presiones de las empresas y de los gobiernos extranjeros, tantas presiones que no se podía ni siquiera hacer la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional. No pudo hacerlo ya el presidente Carranza ni el presidente Obregón por las presiones que había y siempre amenazaban con invadirnos si México recuperaba el petróleo que Porfirio Díaz había entregado a los extranjeros.

Había expresiones de marinos destacadísimos que cuidaban los puertos de Veracruz, de Tampico y de militares, diciendo: ‘Nos invaden y vamos a prenderle fuego a los pozos petroleros y el fuego se va a ver hasta Nueva Orleans’. Esa era la respuesta ante la amenaza de intervención en ese entonces.

El general Cárdenas decide nacionalizar el petróleo en una circunstancia muy especial, un acto de patriotismo, de soberanía. Y en ese entonces ya era presidente de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt, uno de los mejores presidentes, de acuerdo a mi parecer, que ha habido en Estados Unidos; un titán de las libertades que supo actuar con respeto a la decisión soberana que tomó el general Cárdenas.

Tan es así, que envía el presidente Roosevelt de embajador a México al que había sido su jefe, al que había estado de secretario de Marina en 1914, a Joseph Daniels. Se convierte en el embajador de Estados Unidos en México y en un aliado del gobierno de México y en un hombre respetuoso de la soberanía de nuestra patria. Por eso se puede consumar la expropiación petrolera, hay otras circunstancias, pero esto es importante.

El general Cárdenas, cuando expropia el petróleo, escribe en su diario que recordaba el tiempo en que había estado de comandante en el golfo, todavía era capitán y había estado de comandante en la zona militar del golfo con sede en Papantla.

Y decía -en el 38, escribía en su diario- que lo visitaba el gobernador de Veracruz, Heriberto Jara, y que platicaban de los abusos que cometían las empresas petroleras extranjeras, y que eso lo tenía presente y que eso influyó para tomar esa decisión de expropiar el petróleo. Fíjense cómo es la vida y la historia. El primer secretario de Marina en 1940 nombrado por el presidente Lázaro Cárdenas fue Heriberto Jara, primer secretario de Marina.

Por eso me da mucho gusto estar aquí y conmemorar esta fecha histórica del capitán Pedro Baranda. La historia de los Baranda de Campeche es también algo extraordinario, excepcional, porque sus dos hijos también fueros militares, Pedro y Joaquín. Pedro fue gobernador de Campeche, de Tabasco, los dos participaron en el movimiento de Reforma, los dos lucharon para defender a la patria durante la intervención francesa; y Joaquín fue alrededor de 20 años secretario de Justicia y de Instrucción Pública en el gobierno de Porfirio Díaz. La familia Baranda es una familia de estirpe revolucionaria, de luchadores independentistas.

Por eso, repito, me da mucho gusto participar en esta ceremonia. Es más, me ejercita la memoria, yo soy apasionado de la historia y esto me ayuda también a no olvidar, a tener muy claro nuestro pasado para seguir defendiendo nuestros ideales.

Termino haciendo un reconocimiento muy especial al almirante José Rafael Ojeda Durán, un hombre leal. Celebro que no me equivoqué al nombrarlo secretario de Marina. No nos conocíamos.

Pasó lo mismo que cuando decidí nombrar de secretario de la Defensa al general Luis Cresencio Sandoval González. No los conocía a ninguno de los dos, pero tenía que explorar, hacer un trabajo de arqueología, de investigación, saber de dónde venían, quiénes eran, conocer su pasado, su trayectoria. Y estudié sus expedientes para decidir con la gran ventaja de que pude hacerlo entonces y ahora con absoluta libertad, porque no tengo compromisos con grupos de intereses creados. A mí me eligió el pueblo de México, mi único amo es el pueblo de México, soy completamente libre, solo le tengo que rendir cuentas al pueblo de México.

En el expediente del general Cresencio Sandoval hay algo que se repetía, hice hasta cuestionarios, se repetía, había una constante: incorruptible. Y por eso, entre otras cosas, decidí nombrar al general Cresencio Sandoval González.

Y en el caso del almirante José Rafael Ojeda Durán, imagínense, cuando estaba en su apogeo la corrupción, cuando se padecía de más corrupción, a finales de los años 80 escribió un libro el almirante Ojeda hablando del daño que causaba la corrupción en nuestro país, porque ahora escribir un libro sobre el daño que causa la corrupción no es ninguna novedad, y espero que se convierta en un lugar común pronto, pero en ese entonces fue muy importante escribir ese libro.

Y luego, analizando su historia, resulta que a él le correspondía desde el sexenio pasado, respetando los escalafones, pero por cuestiones que no viene aquí al caso señalar, se le hizo a un lado y se estaba cometiendo una injusticia.

En las instituciones se tiene que actuar con legalidad siempre y por eso decidí nombrar al almirante José Rafael Ojeda Durán y ha sido un gran apoyo el que he recibido del almirante Ojeda.

Nos han apoyado mucho, con mucha lealtad, tanto la Secretaría de la Defensa como la Secretaría de Marina, ayudándonos ahora en la tarea tan importante de garantizar la paz y la tranquilidad en nuestro país, ayudándonos para que haya seguridad en nuestro país sin titubeos, ayudándonos para que la policía militar, la policía naval pasaran a formar parte de la Guardia Nacional para cuidar, proteger a nuestro pueblo.

Por eso he dicho y repito, son dos instituciones, dos pilares del gobierno y del Estado mexicano la Secretaría de la Defensa y la Secretaría de Marina.

Y reconozco la lealtad de los marinos, de los soldados de México y juntos vamos a seguir haciendo historia. Vamos a seguir haciendo realidad principios, valores, preceptos como la libertad, la justicia, la democracia y la defensa de nuestra soberanía nacional.

¡Que vivan las Fuerzas Armadas!

¡Que viva la Armada de México!

¡Viva México!

¡Viva México!

¡Viva México!

 

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