MODERADOR: Preside este evento 31 Reunión de Embajadores y Cónsules de México, el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

Licenciado Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores.

Embajador Julián Ventura Valero, subsecretario de Relaciones Exteriores.

Doctor Jesús Seade Kuri, subsecretario para América del Norte.

Maestro Maximiliano Reyes Zúñiga, subsecretario para América Latina y el Caribe.

Maestra Martha Delgado Peralta, subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos.

A continuación, tiene la palabra el licenciado Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores.

MARCELO EBRARD CASAUBON, SECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES: Con su permiso, señor presidente.

En primer lugar, muchas gracias por recibirnos en Palacio Nacional. Todas y todos estimamos mucho esta oportunidad de convivir con usted y sobre todo tener claras cuáles son las preocupaciones y prioridades para la política exterior en el 2020.

En la mañana tuvimos, ya como es de su conocimiento, la sesión inaugural de esta reunión, que es la trigésimo primera. Ahí tuvimos oportunidad de compartir algunas de las prioridades que usted nos ha marcado para este año, especialmente en lo que tiene que ver con contribuir para la seguridad y la paz en México, lo que esperamos ahora en los diálogos, en las negociaciones, no sólo con los Estados Unidos, sino con otros países del mundo.

También hicimos mención de la encomienda de hacer valer la voz de México, sus posiciones y la protección de las y los mexicanos en todo el mundo, desde Jordania o África, hasta Chicago, Los Ángeles o El Paso.

Tuvimos también oportunidad de conversar brevemente ya con los secretarios, la secretaria de Gobernación y los secretarios de Marina, de la Defensa Nacional, el comandante de la Guardia Nacional, que ya nos compartieron cuáles son los planes este año y cómo piensan avanzar en esa encomienda y esa preocupación que usted tiene.

De manera, presidente, que no me extendería yo porque venimos a escucharlo a usted, por supuesto, pero sí quisimos manifestarle y hacerle patente nuestro agradecimiento.

Sólo diría, para terminar, que les decía yo en la mañana que somos optimistas respecto al 2020, siempre hay que ser optimistas, pero ¿por qué somos optimistas en este año si todo se ve tan difícil o cuando menos una buena parte?, las malas noticias que hemos escuchado de algunas partes del mundo, el aumento de conflictos, guerras comerciales, incertidumbre, en fin.  ¿Por qué podemos y debemos ser optimistas?

Yo hacía una reflexión que brevemente repito, que es: México tiene una democracia consolidada y respetada en el mundo como pocas. Hoy tenemos en democracias, incluso que considerábamos ajenas o exentas de riesgos importantes de carácter institucional, tenemos ejemplos de que hay dificultades y que son muy contados los sistemas democráticos que tienen el respaldo, la estabilidad y la capacidad política que tiene la democracia mexicana.

Y también comentamos que toda política exterior se inicia y depende de la política interior, como usted lo ha señalado muchas veces, y que cuando hay un gobierno que tiene el respaldo de la mayor parte de la sociedad y representa lo que esa sociedad… son sus aspiraciones, en esa medida también se tiene la fortaleza para que no sea la política exterior buscar apoyos de los que se carece en el ámbito interno, sino que sea la política exterior la manifestación del acuerdo, del consenso y del avance de un país respecto a todos los países del mundo. Entonces, somos optimistas por esas dos razones.

Tenemos un gobierno que usted encabeza con el respaldo de una amplia porción de nuestra sociedad muy vasta diría yo, y tenemos una democracia vigente funcionando, y por eso hay voz y por eso hay un peso específico de México en el mundo.

Y decirle que aquí está su equipo, señor presidente, para llevar a cabo esas encomiendas este año y para que la voz de México, como lo he dicho, tenga presencia en todos los ámbitos del mundo.

Muchas gracias por recibirnos de nueva cuenta. Y gracias, compañeras y compañeros.

MODERADOR: Damas y caballeros, escuchemos el mensaje que nos dirige el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos, cónsules, embajadores de México en los distintos países del mundo.

Nos da mucho estar con ustedes en esta reunión tradicional, porque se celebra a principios de año. 

Quisiera mencionarlos a todos por su nombre y cuando menos hablar de los embajadores, diplomáticos eméritos de carrera que están aquí que nos acompañan, que son ejemplo de lo que ha sido la política exterior de nuestro país, pero a lo mejor con mencionar a uno de ustedes se sienten representados.

Les propongo que mencione yo aquí a Bernardo que está aquí, es Bernardo Sepúlveda. El maestro Bernardo Sepúlveda, que encarna la política diplomática de México, como otros destacados y distinguidos diplomáticos.

Estamos muy optimistas, porque en este primer año nos ha ido bien, en general, sobre todo porque contamos con el apoyo, con el respaldo de los ciudadanos, como lo mencionó Marcelo Ebrard.

Si estamos bien en política interior, es muy probable, muy seguro que estaremos bien en política exterior. La mejor política exterior, se ha llegado a decir, es la política interior.

Y estamos bien en el apoyo, el reconocimiento de los ciudadanos, porque se ha definido con mucha claridad cuál la nueva política que se aplica en el país. El propósito de desterrar la corrupción como un distintivo del nuevo gobierno, el no permitir la corrupción en el país, eso ha ayudado mucho a demostrar que hay un cambio.

Lamentablemente había mucha corrupción tolerada en el país y se pensaba o se llegó a decir que la corrupción era parte de la cultura del pueblo de México. Algo absurdo, porque en nuestro pueblo hay una gran reserva de valores culturales, morales, espirituales.

La corrupción no se da de abajo hacia arriba, la corrupción se permite, se fomenta de arriba hacia abajo. Si el gobernante del más alto nivel tiene un recto proceder y no permite la corrupción, ese ejemplo permea y ayuda en la moralización de la vida pública.

Esto ha sido muy importante y hemos acompañado esta política de cero corrupción con algo que es complementario, el no permitir la impunidad, las dos cosas. Nos ha ayudado mucho, porque el gobierno tiene autoridad moral y si se tiene autoridad moral, se tiene autoridad política.

No sólo ayuda en nuestro país. Ustedes que nos representan en el mundo seguramente ya están notando, percibiendo que en este aspecto está cambiando la imagen de nuestro país en el mundo. Y esto es muy bueno y nos ayuda, no sólo por razones de índole moral, esta política también nos ayuda porque ahorramos y se liberan muchos fondos para el desarrollo.

Cuando hay corrupción, no alcanza el presupuesto; cuando no hay corrupción, el presupuesto rinde. Y lo que estamos ahora demostrando es que sin corrupción y con un gobierno austero se pueden liberar fondos para el desarrollo.

Y no hace falta aumentar impuestos ni aumentar el precio de los energéticos, ni endeudar al país. Se puede financiar el desarrollo si no hay corrupción y si no hay lujos en el gobierno. Esto ha quedado de manifiesto.

Yo les pongo el ejemplo de que en el último año del sexenio pasado la Presidencia de la República ejerció un presupuesto de tres mil 600 millones de pesos; el año pasado nosotros ejercimos 800 millones, un ahorro del 75 por ciento y no tuvimos problemas para conducir el gobierno y llevar a cabo nuestras tareas de ejecutar las acciones del gobierno.

Esto ha ayudado y ha permitido liberar fondos, repito, para el desarrollo y de manera especial financiar los programas de bienestar. Se están dispersando recursos para la mayoría de los mexicanos como nunca.

En poco más de un año, en estos 13 meses, puede probarse que en la mitad de los hogares del país, la mitad de las familias de México están recibiendo cuando menos un programa de bienestar; y lo más importante es que en el 97 por ciento de los hogares de comunidades indígenas, donde viven los más pobres de México, el 97 por ciento están recibiendo un programa de bienestar.

Estamos invirtiendo, porque esto no es un gasto, alrededor de 300 mil millones de pesos. Es un timbre de orgullo poder decir que todos los adultos mayores de México tienen una pensión, ocho millones de adultos mayores, dos mil 600 pesos bimestrales.

Un millón de niñas y niños pobres con discapacidad reciben también una pensión del mismo monto.

Estamos otorgando 11 millones de becas a estudiantes pobres para preescolar, primaria, secundaria, todos los estudiantes de preparatoria de escuelas públicas, todos tienen beca.

Y se están otorgando becas a 300 mil estudiantes de nivel superior. Es como si se tuviese a todos los alumnos de la UNAM, 300 mil con becas de dos mil 400 pesos mensuales.

Y así otros programas. Hay 900 mil jóvenes contratados que están trabajando como aprendices en talleres, en empresas, porque queremos que los jóvenes tengan garantizado el derecho al estudio, al derecho al trabajo.

Anteriormente sólo se les llamaba ninis, se acuñó esa frase pero nunca se hizo nada por los jóvenes, y en buena medida el problema de la inseguridad y de la violencia se debe al abandono de los jóvenes.

Se produjo en el periodo neoliberal mucha desintegración de las familias, se abandonó a los jóvenes, se abandonó al campo.

Enfrentamos el fenómeno migratorio, que es como una paradoja, porque se fueron muchos mexicanos en este periodo del 83 la fecha, en estos últimos 36 años, se fueron a buscarse la vida, sobre todo a Estados Unidos, dejaron a sus familias, se agravaron los problemas sociales, el abandono de las familias, la desintegración de las familias; y ahora los migrantes están enviando a sus familiares en el país este año alrededor de 36 mil millones de dólares, esas remesas son la principal fuente de ingresos que tiene nuestro país, por eso hablaba yo de esta paradoja.

Aún con todo esto que aportan nuestros paisanos, que son como héroes vivientes, aún con esa aportación que significan las remesas, nosotros no queremos que se tengan que ir los mexicanos por necesidad a buscarse la vida a Estados Unidos; queremos que el mexicano pueda trabajar y ser feliz donde nació, donde están sus familiares, donde están sus costumbres, sus culturas. Por eso estamos invirtiendo en el campo, impulsando la creación de empleos.

Hay un programa que es extraordinario, consiste en sembrar árboles frutales, maderables. Se llama el programa Sembrando Vida. Yo siempre he sostenido que el campo es la fábrica más importante del país, porque tenemos todo, tenemos las tierras, hay agua, tenemos la experiencia que viene de lejos, de siglos, en el cultivo de la tierra.

Entonces, estamos regresando al campo y este programa consiste en darle trabajo a ejidatarios, pequeños propietarios, comuneros, y se les da un apoyo, un jornal para que cultiven su tierra.

El año pasado se avanzó en 500 mil hectáreas y se le dio trabajo, no temporal, sino permanente, a 220 mil sembradores; este año se amplia, vamos a llegar a un millón de hectáreas y se va a dar trabajo a más de 400 mil sembradores, campesinos.

Con esto se generan empleos, se atempera el fenómeno migratorio, se reforesta nuestro país, se producen alimentos, se produce madera, alimentos y madera que importamos, teniendo la posibilidad de producir en México tanto los alimentos como las materias primas.

Entonces, este programa es muy importante. Piensen que, si se traslada la Ford con todas sus plantas a nuestro país, a México sería muy difícil que generarán 400 mil empleos, y además cuánta inversión. El programa Sembrando Vida este año tiene un presupuesto de 26 mil millones de pesos, con eso se da trabajo a más de 400 mil mexicanos, campesinos.

Estos programas son también bien recibidos por la gente, porque nos van a ir ayudando a enfrentar el grave problema de la inseguridad y de la violencia.

Se olvidó por mucho tiempo que la paz y la tranquilidad son frutos de justicia y se quería resolver el problema solo con el uso de la fuerza. No se puede enfrentar la violencia con la violencia.

En otras partes eso es lo que prevalece, esa es la mentalidad predominante, todo quererlo hacer con el uso de la fuerza. Nosotros tenemos una concepción distinta, pensamos que si hay empleo, hay bienestar, si se atiende a los jóvenes vamos a poder serenar al país. Eso es lo básico.

Desde luego, ahora ya se cuenta con la Guardia Nacional, eso fue un logro importante. Ayudaron todos los partidos, el que se creara esta Guardia Nacional, porque no se tenía una corporación para darle seguridad a los ciudadanos.

Se cuenta desde luego con el Ejército, con la Marina, pero no podían estas instituciones atender el problema de la inseguridad y de la violencia, estaban constitucionalmente impedidas estas instituciones para ayudar en tareas de seguridad pública.

Se contaba con la Policía Federal. Esta corporación no llegó a consolidarse, se contaba si acaso con 10 mil elementos, 10 mil efectivos para atender la demanda de seguridad de todo el país, sin formación, con profesionalismo, sin instalaciones.

Ahora ya la Guardia Nacional tiene 70 mil elementos y está ya desplegada en 150 coordinaciones territoriales y va a llegar a tener 140 mil elementos y se va a desplegar en 260 coordinaciones territoriales.

Y se está actuando con mucha responsabilidad, de manera estricta, para que todos los elementos de la Guardia Nacional tengan la preparación suficiente y que al mismo tiempo se respeten los derechos humanos, que haya un uso adecuado, correcto, del uso de la fuerza.

Entonces, ya vamos avanzando, eso también es importante. Es importante para enfrentar este que es el principal problema que tenemos, es importante el que desarrollemos más tareas de inteligencia, desarrollar más la labor de inteligencia para usar menos la fuerza, más inteligencia y menos fuerza.

Y algo que es fundamental, el poder mantener siempre la frontera entre autoridad y delincuencia. Si no hay esa separación, no se puede garantizar la paz y la tranquilidad.

No puede haber contubernio entre autoridades y delincuencia. Eso es lo peor, es lo más grave, eso es terrible, porque entonces los que gobiernan son los delincuentes. Tenemos por eso que cuidar la independencia, que no haya mezcla, que no haya asociación delictuosa entre autoridades y delincuencia.

Vamos avanzando en política interna y hemos también avanzando en política exterior en este año. Yo creo que nos ha ayudado mucho el ajustarnos, apegarnos al principio o las bases de política exterior que establece nuestra Constitución, la clave está en apegarnos a lo que está escrito en el artículo 89 de la Constitución.

No sé si otros países han logrado, porque esto es producto de los procesos históricos de cada país, no sé si tengan la dicha, la virtud y la suerte de contar con este párrafo que norma el comportamiento para nuestra política exterior. Es magistral, es lo más acertado que puede haber: la no intervención, la autodeterminación de los pueblos, la cooperación para el desarrollo, la solución pacífica de las controversias, el respeto a los derechos humanos, en fin, apegarnos a eso.

Y esto nos ha ayudado a resolver conflictos y avanzar, todo esto complementado con lo que establece, por ejemplo, el artículo 11 de la Constitución en cuanto al derecho de asilo, lo hicimos valer hace poco.

Y aquí quiero aprovechar para hacer un reconocimiento a nuestra embajadora María Teresa Mercado Pérez, nuestra embajadora en Bolivia, que hizo un trabajo extraordinario, se logró poner en alto la política exterior de México, como siempre, en esto que es una tradición, el derecho de asilo.

Agradecer mucho a los cónsules por todo lo que llevan a cabo de manera cotidiana donde trabajan, a los 50 cónsules de Estados Unidos y a todos los cónsules que nos representan en las distintas ciudades, en los distintos países del mundo.

Quiero agradecer mucho a la embajadora de México en Washington, Martha Elena Bárcena, por su labor, por su trabajo.

Sí saben que la relación con Estados Unidos históricamente ha sido difícil, compleja y hemos tenido ahora la fortuna de mantener una muy buena relación con el gobierno de Estados Unidos. Y esto ha sido posible por el trabajo que se ha hecho, por el trabajo de un grupo de diplomáticos. Se logró, por ejemplo, con Estados Unidos lo de la aprobación del tratado.

Y aquí quiero hacer el reconocimiento a Jesús Seade, que ayudó mucho en este acuerdo, en toda la negociación, que algún día va a escribir lo sucedido, la memoria sobre este acuerdo, que pasó como todas las negociaciones, por momentos de mucha tensión, pero logró al final un buen acuerdo, considero bueno para Canadá, bueno para Estados Unidos y bueno para México.

Y decirles también que ha sido para mí de gran apoyo el contar con el trabajo, la conducción en política exterior de Marcelo Ebrard. Me ha ayudado mucho. Ya ven que no me gusta viajar mucho, no necesito hacerlo, tengo una muy buena representación, Marcelo me representa muy bien en todos los foros y lo va a seguir haciendo.

Y a ustedes agradecerles de todo corazón lo que hacen, su trabajo profesional, es un equipo de primer orden. Todo lo que tiene que ver con el Servicio Exterior es de las disciplinas mejor conservadas, es de las tareas más bien cumplidas en lo profesional, todo lo que es el trabajo de nuestros diplomáticos. Nuestra política exterior es ejemplar, es algo reconocido en todas partes. Ya de nuevo empiezan a hablar de que México, como se decía antes, es el hermano mayor en el caso de la América Latina y del Caribe.

Y en lo que tiene que ver con la vecindad con Estados Unidos lo mismo, hay una relación respetuosa, una relación de respeto mutuo con el gobierno de Estados Unidos y es la relación que queremos mantener con todos los gobiernos y con todos los pueblos del mundo.

Muchas gracias por el trabajo que ustedes llevan a cabo para poner en alto siempre el nombre de México.

Muchas gracias.

---