La encuesta ¿Qué piensan los millennials mexicanos del ahorro para el retiro?, elaborada por la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro,  entrevistó a 2,100 jóvenes de entre 20 y 30 años de edad, de diversos niveles socioeconómicos radicados en 10 estados de la República, los cuales conforman la “Generación AFORE”, es decir cotizan el sistema de capitalización individual y contribuciones definidas, y se pensionarán con los recursos que hayan logrado acumular en su Cuenta Individual a lo largo de su vida laboral.

Este hecho pone en consideración que la contribución tripartita y obligatoria para los trabajadores formales en México es de 6.5 por ciento del salario base de cotización, lo que lo ubica como uno de los países miembros de la OCDE y de América Latina con la contribución obligatoria para la pensión más baja, esto ocasionará que al término de la vida laboral la tasa de reemplazo sea del 26% para un trabajador promedio (OCDE, 2016). Adicional a esta estimación, destaca que la generación millennial (33 años o menos) representa 36% de las cuentas totales administradas por el sistema: 20.5 millones que bajo esta proyección no contarán con una pensión que les otorgue independencia financiera en su etapa de senectud.

Algunos de los principales puntos de los resultados publicados a inicio de año fueron que los millennials ven el ahorro como un mecanismo para enfrentar una emergencia o adquirir un bien inmueble; 64% de los encuestados no lleva registro de sus ingresos y gastos; 40% dice preferir mayor sueldo líquido a pesar de sacrificar sus prestaciones incluida la AFORE como una prestación importante; y que 83% de los encuestados desea jubilarse y recibir una pensión.

Este segmento en su mayoría desearía retirarse antes de cumplir los 65 años aunque su esperanza de vida con respecto de las generaciones que le preceden es mayor, lo que implica requerir una mayor pensión para financiar más años de vida. En este sentido 70% de los millennials está consciente de la baja tasa de reemplazo esperada del sistema pensional, la cual consideran insuficiente si no es superior a los $7500 mensuales, y consideran que la edad para iniciar el ahorro para el retiro debe ser antes de los 30 años.

Si bien los resultados referidos en cuanto a la consciencia con respecto del ahorro pudieran ofrecer un panorama optimista, no debe dejarse de lado que la misma encuesta mostró que 6 de cada 10 participantes se identificaron como “inversionistas conservadores” en menoscabo de los rendimientos; y 5 de cada 10 no respondió correctamente a preguntas básicas sobre educación financiera.

Si bien existe un interés al respecto de la jubilación por parte de los millennials, en la práctica la misma encuesta y otros estudios muestran que este interés no se refleja en acciones concretas, al respecto cabe hacer mención que en el ámbito del ahorro su prioridad no es a largo plazo como lo demostró un estudio efectuado por PNC Financial Services,  en el que se detectó  que el ahorro va dirigido a gastos mediatos que confieren status o diversión como es el caso de los viajes o para afrontar imprevistos.

Otro estudio de VidaCaixa, filial de CaixaBank, confirmó que el interés por ahorrar en este segmento etario inicia en promedio a los 22 años, y que el monto total de sus ingreso ahorrados puede alcanzar hasta el 17%, pero para subsanar imprevistos o adquirir un inmueble.  Al respecto del ahorro para el retiro, menos del 10% utiliza los fondos de inversión o las AFORE como medio de previsión dado que consideran que la jubilación es un tema aún lejano, y el hecho de trasladar el consumo actual a 30 o 40 años en el futuro no les resulta conveniente.

Adicionalmente la desconfianza del sistema pensional, por prejuicio o desconocimiento de su funcionamiento así como el analfabetismo financiero presentan una perspectiva que de consolidarse, reflejará una tendencia hacia el año 2050 en la que millones de adultos mayores carecerán de una pensión insuficiente y serán dependientes de ingresos adicionales por parte de familiares o de un pilar no contributivo establecido por el estado.

Ante esta perspectiva ocasionada por brecha entre el interés por el ahorro para el retiro y la aportación voluntaria de facto, la solución podría ser que en lugar de esperar generar interés a los millennials hacia las instituciones, sean estas las que los atraigan directamente hacia el uso de los servicios financieros y otorguen información práctica sobre los beneficios de ahorrar en la AFORE, así como canales y herramientas sencillos para afiliar y promover el ahorro voluntario con perspectiva a largo plazo.

Entre más pronto, mejor para todos. Realiza aportaciones Voluntarias, haz #QueTuAhorroCuente