Para ahorrar, es indispensable, definir una meta: Qué se quiere conseguir y en cuánto tiempo. Un ejemplo podría ser ahorrar para pagar unas vacaciones que se realizarán en seis meses posteriores a la fecha actual con un costo de $17 000 pesos.  Con base en esta información, se debe determinar cuál es la posibilidad de ahorro de la que se que dispone en función del sueldo y los gastos totales. En el apartado de gastos se incluyen tanto los gastos que fijos como la renta u otros que son compromisos fijos, y los variables como el dinero destinado a diversión,  que puede disminuirse o eliminarse para lograr un mayor ahorro.

Continuando con el ejemplo, si la capacidad de ahorro tras todos los gastos fuese de $2500 al mes, significaría que ahorrando esta cantidad, al paso de 6 meses se dispondría únicamente de $15 000 pesos para el viaje, lo que sería insuficiente. Para conseguir la diferencia sin adquirir una deuda, lo más sencillo sería revisar cuidadosamente los gastos mensuales para hacer ajustes que permitan obtener la cantidad necesaria. En el caso concreto del ejemplo, la diferencia requerida para completar el coste del viaje es de $2000; o $335 pesos por mes; o bien $84 pesos a la semana. Ajustando gastos variables para obtener esta diferencia, en 6 meses se habrán conseguido la diferencia necesaria para pagar el viaje. Con un pequeño recorte a los gastos variables que suelen no representar grandes sacrificios, se logró un conseguir una meta financiera.

Si bien el ahorro en este ejemplo fue para pagar un viaje, los motivos para ahorrar pueden ser muy diversos dependiendo de las metas de cada persona. Lo ideal es adoptar el hábito del ahorro mes con mes teniendo la previsión de cualquier imprevisto como meta general, y una meta muy importante es el Ahorro para el Retiro. De este hecho se desprende el refrán que dice: Más vale prevenir que lamentar...  Como reflexión: al día de hoy, ¿Cuentas con suficiente dinero ahorrado para enfrentar una emergencia? Diversos expertos en el tema de finanzas personales sugieren ahorrar el al menos 10% del ingreso mensual, de lo cual un porcentaje puede apartarse para gastos de emergencias, otra parte para el retiro y otro para recreación siempre manteniendo presente que el ahorro que se hace es para un bien mucho mayor a futuro.

Existen muchas maneras de recortar los gastos variables y conseguir ahorrar, en el ejemplo usado, se maneja el ahorro sin invertirlo, es decir, se reserva el dinero sin que este genere ganancias adicionales. Sin embargo, existe la posibilidad de ahorrar en la AFORE, lo cual es además de una opción segura, y muy rentable ya que generará rendimientos al ahorro invertido. 

Finalmente como referencia cabe hacer mención que la Primera Encuesta sobre Cultura Financiera en México Banamex-UNAM mostró que las cinco prioridades de la población encuestada para destinar su ingreso mensual fueron: Alimento 37%, educación 14%, salud 11%, ropa y calzado 9%, y servicios dela vivienda 7%.   Otros aspectos como el ahorro 3%, el pago de seguros 3% y ahorro para el retiro 1% fueron de los que menos relevancia tuvieron de acuerdo con los encuestados[1]. El ahorro a pesar de ser un instrumento para conquistar metas, prevenirse contra eventos o infortunios y solucionar emergencias, es desaprovechado por la gente.

De las personas que sí ahorran, de acuerdo a la encuesta, los motivos principales para ahorrar son salud 15%, emergencias 15%, comida 15%, para compra o remodelación de vivienda 11%, educación 10%, en caso de perder el empleo 6%, para la vejez 6%, para guardarlo 3% y fines personales 3%.  El ahorro, es una práctica que debe convertirse en un hábito y una enseñanza familiar al ser transmitida al interior de la familia. De acuerdo con la encuesta Banamex-UNAM, 26% de los encuestados transmitían el hábito con el ejemplo pero únicamente 1% de los niños tenía una cuenta de ahorro para reforzar el hábito.

[1] (Banamex- UNAM, 2008)