La batalla que puso fin a la Guerra de Reforma tuvo lugar en Calpulalpan, Estado de México, el 22 de diciembre de 1860. Este conflicto inició con el pronunciamiento militar encabezado por Félix María Zuloaga, a través del Plan de Tacubaya, que planteaba el desconocimiento de la Constitución del 5 de febrero de 1857, y dividió al país de 1858 a 1860.
Benito Juárez asumió la presidencia interina en 1858, en Guanajuato; después se trasladó a Veracruz, donde estableció su gobierno. Durante la guerra, Juárez decretó las Leyes de Reforma, entre las que estuvo la nacionalización de los bienes eclesiásticos, que ayudó al financiamiento del ejército e inclinó la balanza bélica a su favor.
En 1860, el general conservador, Miguel Miramón, vio que los intentos por tomar la ciudad amurallada de Veracruz eran repelidos por los generales liberales, cada vez más diestros en las armas.
Finalmente, las fuerzas liberales avanzaron hacia la capital, mientras tomaban ciudades que abandonaban los conservadores; alcanzaron la victoria definitiva en Calpulalpan, cuando el general Jesús González Ortega derrotó a Miguel Miramón y este emprendió la huida del país. El presidente Benito Juárez, su familia y ministros pudieron regresar victoriosos a la Ciudad de México, donde fue aclamado y acompañado a Palacio Nacional a principios de 1861.