• Servicios de rehabilitación reducen secuelas discapacitantes

“Las enfermedades crónico-degenerativas como diabetes mellitus, hipertensión y su principal factor de riesgo, que es la obesidad, son potencializadores de discapacidad no traumática, por eso es tan importante prevenirlas”, afirmó la directora de la Clínica de Medicina Física y Rehabilitación de la Zona Sur, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), Brenda Irma Guízar Ramírez.

El director general de la institución, Pedro Zenteno Santaella, destacó que, en el modelo de salud del Issste, más que dedicarse a curar enfermedades y atender complicaciones, ahora se trabaja por evitarlas y se fomentan hábitos de vida saludable, para que la población se mantenga en óptimo estado de salud y no sufra discapacidad.

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En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, la especialista Guízar Ramírez hizo recomendaciones para prevenir esta situación: implementar mecanismos de autocuidado responsable, vigilar el peso corporal, hacer ejercicio de manera regular, procurar la alimentación balanceada y acudir a la unidad médica a realizar un chequeo del estado de salud por lo menos una vez al año, “de tal manera que logremos mantener nuestro cuerpo en las mejores condiciones posibles y se reduzca la posibilidad de tener una enfermedad o limitantes asociadas”.

En cuanto a la importancia de contar con servicios de rehabilitación, explicó que estos contribuyen a reducir secuelas discapacitantes; su premisa es potenciar al máximo la recuperación funcional en cada paciente y mejorar su calidad de vida.

“La rehabilitación impacta de manera positiva porque reduce significativamente los tiempos de atención, los días de licencia médica, el consumo de medicamentos y permite que el paciente se reincorpore a su vida diaria, familiar, social y laboral”.

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La Clínica de Medicina Física y Rehabilitación, de la Zona Sur del Issste, atiende derechohabientes de la Zona Metropolitana del Valle de México; las principales causas de consulta son enfermedades crónico-degenerativas como: artrosis, cervicalgias (dolor de cuello), lumbalgias (dolor de espalda) y artrosis de tobillo, que afectan principalmente a personas adultas mayores.

“Llevamos un año de reactivación de servicios tras la pandemia de COVID-19 y hemos atendido más de 100 mil pacientes por año”, informó.

Para tratamiento, esta unidad especializada cuenta con áreas de robótica, hidroterapia, mecanoterapia, terapia ocupacional, terapia física, electroterapia, terapia del lenguaje, rehabilitación ortopédica, neurológica, pediátrica y cardiopulmonar.

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María Virginia Medina Velasco compartió su experiencia como paciente de esta clínica de rehabilitación del Issste: “Me operaron de la espalda (de las lumbares) y ahorita estoy tomando rehabilitación, he recibido una atención excelente, tanto de médicos como de enfermería. Guillermo, el fisioterapeuta, muy dedicado, se pone con uno a hacer los ejercicios, nos alienta”.

Datos del Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), bit.ly/3XEflIO, refieren que, debido al envejecimiento de la población y al aumento de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), ese año se identificaron seis millones 179 mil 890 personas con discapacidad en México, equivalentes a 4.9 por ciento de la población total; las formas de discapacidad más frecuentes fueron la motriz y la visual, de ahí la relevancia de sensibilizar a la sociedad para prevenir.

 

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