• De cada mil recién nacidos en México, tres presentan deficiencia de audición

• Tres de cada mil bebés mexicanos nacen con sordera; ofrece instituto tamiz auditivo

Automedicación indiscriminada con antibióticos puede causar sordera, por lo que el director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), Pedro Zenteno Santaella, hizo un llamado a la población a no utilizar medicamentos sin prescripción médica y no poner en riesgo su salud.

A su vez, la especialista en audiología, otoneurología y foniatría del Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”, Yezmín Adriana Sánchez Pérez, explicó que hay un grupo de antibióticos considerados ototóxicos, debido a que pueden causar daño irreversible a las células que conducen la audición.

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Entre las principales causas adquiridas de hipoacusia (incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos) se encuentran la hipertensión y la diabetes mellitus, exposición prolongada al ruido, enfermedades virales infecciosas como sarampión, varicela, rubeola y SARS-CoV2, traumatismos craneoencefálicos y recurrencia de infecciones del oído medio, donde hay supuración crónica.

Otras causas son las congénitas. “De cada mil bebés que nacen en México, tres nacen con sordera, de ahí la importancia del tamiz auditivo neonatal, que se realiza en hospitales del Issste, el cual permite hacer diagnóstico temprano e intervención oportuna a infantes con este problema”, afirmó.

La hipoacusia es motivo de 35 por ciento de las consultas en el servicio de audiología, otoneurología y foniatría del Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”, donde anualmente se brindan alrededor de cuatro mil consultas, detalló la especialista.

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Prácticamente los casos de sordera de tipo congénito son irreversibles; sin embargo, si se detectan al nacer, existen muchas oportunidades para tratarlos. “Si les adaptamos auxiliares auditivos desde pequeñitos van a desarrollar el lenguaje y las capacidades de un niño normal de su edad”, señaló.

La hipoacusia puede presentarse en cualquier edad, pero en los bebés o adultos mayores tienen mayor vulnerabilidad. En ambos casos, el uso de los aparatos auditivos genera buenos resultados.

Recomendó estar atentos a signos de alerta, por ejemplo: en niñas y niños, cuando hay retraso en el lenguaje verbal. “Si papás o pediatras detectan que se está tardando en hablar, balbucear o imitar sonido de los animales, son señales para acudir a consulta médica y descartar o confirmar hipoacusia”.

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En adultos mayores, presentar zumbidos o sensación de oídos tapados, o cuando es necesario repetirles varias veces la misma palabra, sobre todo después de una infección en la que se hayan tenido que administrar antibióticos como amikacina o gentamicina.

Exhortó a no subestimar la pérdida de audición que se presente de forma abrupta, condición que amerita atención especializada en los servicios de urgencias para realizar los estudios pertinentes que permitan tratamiento oportuno.

 

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