La pérdida de pelo o alopecia puede producirse en cualquier parte del cuerpo; si ocurre exclusivamente en el cuero cabelludo, se le denomina calvicie.

¿ES NORMAL QUE SE ME CAIGA?

El cabello crece en ciclos. Cada ciclo se compone de una larga fase de crecimiento, una breve fase de transición y una fase corta de reposo. Al final de la fase del reposo el pelo se cae y el ciclo vuelve a empezar, al crecer en el folículo un nuevo pelo.

Por regla general, cada día se caen de 50 a 100 cabellos del cuero cabelludo al llegar al final de la fase de reposo. Cuando se superan los 100 por día se puede considerar que ya existe una pérdida de cabello anormal.

La pérdida de cabello se clasifica como focal (limitada a una parte del cuero cabelludo) o difusa (generalizada), aunque también se puede clasificar en función de si aparece cicatrización o no.

¿POR QUÉ ME PASA?

La causa más común de pérdida de cabello:

  • La alopecia androgénica, conocida como calvicie, es provocada por la acción de las hormonas masculinas o andrógenos sobre ciertas áreas del cuero cabelludo.

Otras causas de pérdida del pelo son:

  • Alopecia areata, que es la pérdida repentina del cabello que comienza con una o más zonas circulares de calvicie.
  • Determinados trastornos que afectan a todo el cuerpo, como los que causan fiebre alta, lupus, crisis hormonales o déficits nutricionales.
  • Fármacos, especialmente durante la quimioterapia.
  • Estrés físico: fiebre alta, cirugía, enfermedades graves o pérdida repentina de peso.
  • Estrés psicológico: arrancarse pelos sanos de manera habitual.

¿Y AHORA QUÉ HAGO?

Depende del tipo de alopecia que se padezca, lo cual debe ser determinado por un especialista. Por ejemplo, según sea el caso, se pueden cambiar o interrumpir los medicamentos que están causando la pérdida del cabello, se pueden administrar suplementos de hierro o de zinc si se detectan déficits de estos minerales, etcétera.

Por lo general, cuando la pérdida de cabello se debe a un estrés físico, como la pérdida de peso reciente, una cirugía o  la etapa posterior a una enfermedad grave, no es necesario un tratamiento, ya que el problema tiende a resolverse por sí solo.

Recuerda que cualquier tratamiento debe ser supervisado por un especialista. Aclara tus dudas, acude a tu Unidad Médica y agenda una cita.

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