Con la edad es posible que los adultos mayores presenten una disminución de sus funciones mentales, este proceso es llamado Deterioro Cognoscitivo Mayor, el cual consiste en la pérdida o deterioro en distintos dominios conductuales y neuropsicológicos, tales como la memoria, la orientación, el cálculo, la comprensión, el juicio, el lenguaje y la personalidad. También se le considera como un Síndrome Geriátrico.

Este deterioro generalmente tiene un origen  multifactorial. Dentro de las causas se puede encontrar la depresión, la privación sensorial, el hipotiroidismo, la presencia de algunos medicamentos, entre otros. Requiere de una evaluación integral para determinar si el paciente cursa con demencia o algún otro problema.

Este estado puede interferir con el funcionamiento social, ocupacional o ambos. Para poder diagnosticar la demencia se debe presentar:

  • Deterioro en la memoria
  • Una o más de las siguientes alteraciones cognoscitivas:
  1. Afasia (alteración del lenguaje)
  2. Apraxia (deterioro en la capacidad de llevar a cabo actividades motoras como abrocharse los botones de la camisa o las agujetas de los zapatos
  3. Agnosia (falla en el reconocimiento de objetos a pesar de que la función sensorial esté intacta, pueden no reconocer objetos de uso común, como una pluma o un reloj)
  4. Alteración de la función ejecutiva (pensamiento abstracto, juicio y razonamiento)
  • Los deterioros de la cognición deberán ser de inicio gradual y con deterioro cognoscitivo progresivo
  • Las alteraciones cognoscitivas no deben a aparecer solamente en periodos de estrés o enfermedad

Prevalencia por género y edad.

Si bien es un padecimiento que recae en mujeres y hombres, el perfil de la demencia en la atención primaria presenta grandes diferencias de género, siendo las mujeres quien más la padecen.

Características del tratamiento.

El tratamiento siempre deberá estar indicado por un profesional de la salud bien capacitado, y sólo debe ser iniciado si se dispone de un cuidador que se encargue regularmente de suministrar los medicamentos.

¿Por qué constituye un problema de salud pública?

La OMS reconoce la demencia como una prioridad de salud pública. Las estrategias tienen por objeto proporcionar información y fomentar una mayor concienciación sobre este síndrome. Entre sus metas más concretas está la de velar por que se intensifiquen los esfuerzos públicos y privados en pro de la mejora de la atención y el apoyo prestados a las personas con Demencia y sus cuidadores.

Retos del ISSSTE en su detección y manejo.

Los métodos en la atención al paciente deben cambiar, especialmente cuando se trata de pacientes con algún grado de dependencia. La mayoría de los pacientes requieren de centros de apoyo donde se les estimule de manera directa, personalizada y adecuada, con el objeto de que su deterioro cognitivo no avance o incluso retroceda.

Uno de los más grandes retos es el impulso de las Casas de Día, así como la creación de las Estancias de Día, con el objeto de aminorar la carga del cuidador.

Esta atención a la familia del paciente con demencia es esencial y debe incluir capacitación y empoderamiento para hacer frente a las cargas emocionales y físicas a las que se ven sometidos.

Actualmente, muchos de los esfuerzos están enfocados en la atención curativa, sin embargo, en el Instituto reforzamos la atención y detección en el primer nivel, donde se ofrece atención integral y multidisciplinaria a los pacientes adultos mayores frágiles y a sus cuidadores.

Asimismo, el ISSSTE, en colaboración con la UNAM, puso en marcha el segundo curso en línea para Cuidadores Informales de Personas Envejecidas, especialmente diseñado para quienes tienen que cuidar a adultos mayores frágiles y con demencia.

http://www.issste.gob.mx/cursocuidadores2/

Te dejamos aquí  algunas medidas preventivas:

  • Disminuir el consumo de tabaco
  • Vigilar y dar tratamiento a los estados depresivos
  • Evitar exposición a pesticidas y a campos electromagnéticos de baja frecuencia
  • Control de sobrepeso u obesidad
  • Control de colesterol alto
  • Mantener una presión arterial normal
  • Disminuir la dieta alta en grasas
  • Aumentar la ingesta de ácidos grasos omega-3
  • Realizar actividad física e intelectual
  • Mantener un consumo moderado de café