En el centro de México, antiguo asentamiento de la gran Tenochtitlan, pudo haber existido un grado de aceptación hacia las personas homosexuales. Los frailes eran los encargados de recopilar sus vivencias en tierras recién descubiertas; un tema específico de sus crónicas fue el temascal. Estos hombres escribieron sobre algunos eventos, en los que se juntaban personas completamente desnudas del mismo o de diferente sexo. Entre estos estas compilaciones está: “El códice de Tudela”, “El códice Florentino” y “El códice Borgia”, donde hablan bastante sobre el tema, por ejemplo:

“Y aconteçia meterse en este baño muchos onbres e mujeres, y allá dentro, con la calor, onbres con mujeres e mujeres con onbres e onbres con onbres y líçitamente husavan; y en México avía onbres vestidos en ábitos de mujeres y éstos eran sométicos y hazían los oficios de mujeres, como es texer y hilar, y algunos señores tenían uno y dos para sus viçios”. (Tudela, 1980: f0 62-r). [Sic]

Como sabemos el catolicismo nunca ha aceptado la unión de dos personas del mismo sexo, ya sea romántica o sexualmente, ni tampoco ve correcto a personas que se muestran completamente desnudas frente a otras sin importar que sean de sexos opuestos y menos si no hay de por medio una unión conyugal; así que la libertad en cuanto a un cuerpo sin vestimenta seguramente confundió a los religiosos con lo que creyeron una acción homosexual. 

Muxes y la comunidad LGBTTTIQA+

Algunos creen que la cultura mexica tenía más parecido con los españoles de lo que creemos, por ello fue fácil adaptarnos al nuevo sistema de vida, pero es justamente en el año de 1990 que el sociólogo David Greenberg, en su libro “La construcción de la homosexualidad”; nos deja ver bajo su punto de vista que el dios Xochipilli pudo haber sido una deidad que, dentro de su tutela, tenía el de proteger a las personas con preferencia por personas del mismo género. El hecho de aceptarse homosexual, sobre todo siendo un hombre, podría acabar en la muerte a menos que pidiera la protección del dios, lo que implicaría comenzar a usar ropa femenina y realizar trabajos destinados a las mujeres.

Es poco lo que se sabe sobre la homosexualidad en esa época, pero de tener razón lo citado y mencionado anteriormente, existe un grupo de personas en quienes prevalece ese antiguo ritual: las/los Muxes de Oaxaca, el tercer género. Dentro de los cánones actuales la gente podría pensar en un grado de travestismo o identidad queer. Nada lejos y al mismo tiempo cerca de la realidad, pues un(a) muxe es un hombre que está contento de serlo, pero al mismo tiempo le gusta llevar el rol femenino, aprende todo aquello que las mujeres de la comunidad le pueden enseñar y por lo general termina haciendo todo el trabajo doméstico, además, tiene la responsabilidad de cumplir con la manutención de sus padres. Están orgullosos de llevar sus raíces zapotecas, en donde los géneros gramaticales no existen ni pueden hacerlos más hombres o mujeres. Actualmente se puede hablar de una mayor inclusión y un orgullo tener a un(a) muxe en la familia, pero para ello tuvieron que pasar años tratando de recuperar la idea de que hay algo más que lo impuesto en la conquista. 

El/la muxe no sólo ganó su lugar replicando la idea de que se debía abstener a cierta vestimenta y labores, se ha reconstruido con el paso de los años, así mismo ha dejado claro que siempre ha existido, y que tiene el derecho de salir a su comunidad a vender, así como también bordar o convivir con el resto de las personas de su comunidad. Cabe mencionar que no sólo ayuda a su familia, sino también al que lo necesite; los/las muxes tuvieron un gran aporte con la gente que se quedó sin hogar en el primer terremoto de septiembre del año 2017, llevando ropa y/o vivieres. Tienen gran respeto por los otros dos géneros, lo dejan claro porque ellos no pertenecen a ninguno de ellos, porque son el tercero, aquel que había desaparecido y faltaba para que todos estuvieran completos.   

Muxes y la comunidad LGBTTTIQA+

El camino de la comunidad LGBTTTIQA+ sigue siendo muy largo, antes de lograr lo que la comunidad muxe ganó, una convivencia donde lo que se consideraba anormal o raro, ahora es común porque siempre existió, pero estaba olvidado. Toca demostrar al resto del mundo que pese a las diferencias que hay entre colectividades, donde incluso los ancestros tuvieron conflictos, el respeto será lo que permitirá la igualdad entre todos. Al final del día “amor es amor” y nadie más puede elegir con quién debe estar una persona.

Glosario

Comunidad LGBTTTIQA+ : Se hace referencia a la población que tiene una atracción sexual y/o afectiva por al alguien del mismo sexo y género o hacía ambos sexos y géneros; dentro de la comunidad también se encuentran las personas que tienen una identidad o género que no corresponde con el sexo asignado al nacer y otros más no se sienten identificado con ningún género o identidad. Las letras significan: (L) lesbiana, (G) gay, (B) bisexual, (T) travesti, (T) transgénero, (T) transexual, (I) intersexual, (Q) queer (A) asexual y (+) el signo de más representa al resto de persona que aún no se identifican en ninguna de las definiciones anteriores.

Sexo: Se refiere a la forma física y biológica con la que se nace, es decir, hombre o mujer.  

Género: Es cómo se espera que se relacione y manifieste una mujer o un hombre. Esta parte es compleja, ya que la actitud esperada se refiere muchas veces a la impuesta desde un punto normativo donde una mujer debe ser femenina y un hombre siempre debe ser varonil.

Orientación sexual: Es la inclinación que tiene una persona hacía un sexo o género, ya sea de forma sentimental o sexualmente.

Identidad sexual: Es la forma en cómo se refleja la persona o cómo se percibe, por ejemplo, masculino o femenina, independientemente del sexo biológico con el que nace. 

Muxe: Se refiere a las personas nacidas de sexo masculino que desempeñan labores, visten y se desenvuelven como el género femenino en la zona zapoteca, está considerado un tercer género.

Lengua zapoteca: su principal característica es su forma neutral igual que el inglés, no hay géneros en los sustantivos; el término él o ella no fue necesario hasta la llegada del idioma español, por eso no existen los o las muxes, sólo es muxe, sin un artículo antes. 

Investigación: Azalea Monterrubio / Jatsiri Pizarro