El milagro de la vida en el planeta Tierra emanó de las profundidades de sus extensos océanos, sostiene la ciencia. El agua es el elemento mejor asociado con la existencia de todo ser vivo porque está presente en lugares inhóspitos en los confines del universo, así como en los tejidos más remotos del cuerpo humano.

Las antiguas civilizaciones reconocieron su fertilidad y muchas de ellas se asentaron a las faldas de importantes raudales y lagos, como los egipcios en el río Nilo; Mesopotamia entre el Tigris y el Éufrates; los Han de China en el río Amarillo y los mexicas en el Lago de Texcoco.

Crónicas de la lluvia. Leyendas de los pueblos indígenas sobre el agua, los manantiales y los ríos

Del agua extrajeron los más valiosos frutos y con ella fecundaron la tierra que les dio alimento en abundancia. En agradecimiento, determinaron honrarla con una sublime adoración a una deidad que la representara.

Para los mexicanos, la más conocida es Tláloc, de tlālli (tierra) y octli (néctar), es decir: el néctar de la tierra o comúnmente llamado dios de la lluvia. Su magnificencia fue arraigada en Mesoamérica, principalmente por los mexicas, quienes le rendían tributo a través de rituales y ofrendas con las que pedían la llegada de las lluvias para reverdecer sus cultivos.

Otros dioses adorados en territorio antiguo mexicano son: Chaac, dios del agua en la cultura maya; Pitao Cocijo, deidad de la lluvia en la cultura zapoteca; y Dzahui, dios de la lluvia en la cultura mixteca.

Tenerlos contentos era una actividad importante para estas civilizaciones porque, así como el agua en su estado más puro representa la vida, su poder y furia a manera de tormentas o su ausencia, en forma de sequías, podían desencadenar las más impresionantes tragedias naturales.

Crónicas de la lluvia. Leyendas de los pueblos indígenas sobre el agua, los manantiales y los ríos

Hoy en día se puede ver que esa veneración se ha ido desvaneciendo entre las nuevas generaciones. Las civilizaciones actuales le han perdido el respeto al líquido sagrado, desperdiciándolo y ensuciándolo.

Océanos, mares, ríos, lagunas y lagos en todo el mundo reciben constantemente el desprecio de la humanidad representado por desperdicios y residuos tóxicos que se han convertido en una amenaza para el equilibrio de la biodiversidad.

Los relatos, inspirados en leyendas, mitos y fábulas son un recordatorio de la relación tan frágil, pero al mismo tiempo tan mágica, que los seres vivos tienen con el agua. La misión aún es cuidarla y admirarla en la lluvia, en su caudal, en las nubes, en el hielo y en el vapor que se necesita para crear ese efecto asombroso en cada arcoíris.

Esta obra es el resultado del trabajo de recopilación de diversos testimonios en algunas comunidades indígenas del páis. Los textos son adaptaciones escritas por César Eduardo García Martínez, con el apoyo de Verónica Chávez Aldaco e ilustradas por Jorge Corona Vargas. Los invitamos a acercarse a las historias ancestrales a través de esta nueva publicación.

Crónicas de la lluvia. Leyendas de los pueblos indígenas sobre el agua, los manantiales y los ríos

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