Noche de Museos en el Museo Indígena del INPI

En el marco de las festividades indígenas del Día de Muertos, en la Noche de Museos de octubre el Museo Indígena Antigua Aduana de Peralvillo del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) tendrá el honor de mostrar una ofrenda tradicional yaqui para Tolosanto, nombre de la ceremonia en esta cultura originaria del sur de Sonora. Como parte de la ceremonia, habrá danzas de Venado y Pascola, así como una muestra gastronómica representativa de la región.

Tolosanto. Ceremonia yaqui de Día de Muertos.

Día de Muertos. Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la humanidad

Para las culturas indígenas, la muerte no es un final absoluto sino un eslabón que vincula la existencia humana con los ciclos de la naturaleza y los poderes sobrenaturales. Se cree que los muertos pueden comunicarse con el mundo de los vivos e interceder por ellos ante las fuerzas sagradas del trasmundo. Mediante las ofrendas del Día de Muertos –festividad reconocida por la Unesco como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad–, las familias indígenas agradecen a sus ancestros por su intervención, honrándolos con los alimentos que disfrutaban en vida, acompañándolos con oraciones y alumbrando su camino de ida y vuelta.

Tolosanto, ceremonia yaqui de Día de Muertos

En la cultura yaqui, el cosmos se divide en dos grandes ámbitos: el Pueplum, entorno de las comunidades humanas, y el Huya Ania o “mundo del monte”, territorio sagrado de la naturaleza y de las fuerzas sobrenaturales, del cual dependen el sustento y la regeneración de la vida. Se cree que, al morir, el wepul jiapsi (alma) se va al Cielo, pero los espíritus de los difuntos también se convierten en guardianes del Huya Ania. De acuerdo con la creencia yaqui, estos espíritus solo pueden regresar al mundo de los vivos hasta el tercer año de su fallecimiento, pues antes de ello debe celebrarse su “cabo de año” y, tras este, debe permanecer como custodio de la puerta del Cielo.

La festividad del Tolosanto comienza desde el 1 de octubre, cuando se realizan algunas oraciones y en el exterior de la casa se comienza a levantar el tapanco donde se colocará la ofrenda. El tapanco es una mesa elevada, constituida por una plancha de varas de batamote soportada sobre postes de álamo o mezquite. Simboliza la propia casa tradicional yaqui y la mesa de la última cena, pero también evoca la estructura donde, en tiempos prehispánicos, se incineraba a los difuntos.

Sobre el tapanco se depositan flores naturales y de papel, por lo regular rojas y blancas; frutas como mandarina, caña, granada, manzana, plátano y sandía; guisos como wakabaki (caldo de res y verduras), frijol con puerco y carne con chile; tamales, pan de dulce y tortillas de harina, además de agua, sal, dulces, cigarros, café, pinole y piloncillo. Del “vapor” de estos productos se “alimentan” los espíritus. Debajo, sobre la tierra, se colocan veladoras y velas, por lo general cuatro para cada difunto, cuyos retratos también cuelgan cerca del suelo.

En las comunidades yaquis, el Tolosanto tiene una dimensión comunitaria y una familiar. El 31 de octubre se preparan los guisos que se colocarán en la ofrenda, y esa noche se espera la llegada de los “angelitos”. A la maña siguiente, se realiza un rezo general por todos los difuntos de la comunidad y, después, el “grupo de la iglesia” (conformado por el maestro litúrgico, las cantoras y los temastianes) visita cada casa. Allí rezan por todos los difuntos cuyos nombres tiene anotados la familia en un libro especial y, al terminar, se les ofrecen guisos y algunos alimentos del tapanco, además de dulces para los niños, pues se cree que a los espíritus les gusta convidar.

Por la noche y madrugada del 1 al 2 de noviembre se lleva a cabo la velación en el panteón, donde algunas familias construyen su tapanco. Se realiza una plegaria general por parte del “grupo de la iglesia” y luego sus integrantes recorren cada tumba, donde los familiares acompañan a sus difuntos con rezos y canciones populares. Aunque los alimentos se reparten después de estos ritos, el tapanco se mantiene hasta finales de noviembre, cuando los espíritus regresan al Cielo.

¿Cuándo y dónde?

Esta Noche de Museos se llevará a cabo en el Museo Indígena Antigua Aduana de Peralvillo del INPI el próximo miércoles 30 de octubre de 2019 a las 18:00 horas.

El recinto se ubica en Paseo de la Reforma Norte 707, colonia Morelos, alcaldía Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, frente a la tercera sección de la Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco. Es muy fácil llegar por Reforma, pues se puede acceder al recinto desde las paradas del metrobús Peralvillo y Tres Culturas. Las estaciones del metro más cercanas son Garibaldi, Tlatelolco e Hidalgo. No se cuenta con estacionamiento. La entrada al museo y todas las actividades son gratuitas para todo público. Mayores informes al teléfono 55 5529 4699 o en las redes sociales Twitter @MiMuseoIndigena y Facebook /Mi Museo Indígena.