El Senado de la República organizó el conversatorio virtual “Derechos humanos de las mujeres: retos ante el #COVID19", donde Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL presentaron conferencias magistrales en las que abordaron los impactos que tiene la pandemia para las mujeres en términos de la desigualdad y de su autonomía, así como el papel del Estado para garantizar los derechos y el bienestar. Puede ver el evento completo aquí: https://bit.ly/2AuCkA9

En la inauguración, Nadine Gasman, presidenta del Inmujeres, comentó que México regresa paulatinamente a la “nueva normalidad’: “esperamos que esta sea más solidaria, más cuidadora y más justa. Es necesario reconocer que son las mujeres quienes han sido las más afectadas durante la pandemia y quienes tendrán más desafíos para la recuperación post Covid-19”. Asimismo, dijo que la pandemia trae un replanteamiento del modelo de vida y la oportunidad de tener a más mujeres en puestos de liderazgo como lo han demostrado las mujeres al frente de algunos países; “tener mujeres como líderes multiplica las maneras de abordar el problema”, destacó.

En este sentido, María Noel, Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, reconoció a México como líder en el trabajo legislativo hacia la igualdad y la paridad; refirió que 75% de los congresos de la región están dominados por hombres, así como 85% de las alcaldías, por lo que “México vive la paridad y es un ejemplo que queremos para los otros países”, destacó.

En su intervención, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero dijo que ante la crisis actual, la vulnerabilidad de las mujeres no se queda solo en el incremento de la violencia doméstica o en el trabajo de cuidados, sino que “las mujeres en esta pandemia han sido mucho más propensas a perder su empleo durante la misma o a recibir salarios menores, incluso a tener que trabajar sin salario alguno. El tema económico las ha afectado de forma verdaderamente fuerte”, dijo.

En su participación, Michelle Bachelet aseguró que la crisis por COVID-19 es la más compleja en décadas con impactos severos en lo económico y social, que a diferencia de otras, esta es una crisis humana por lo que los derechos humanos son la ruta para hacer frente a los impactos diferenciados que el virus ha acentuado. “Con la pandemia por Covid-19 ha quedado en evidencia la necesidad de tener respuestas globales a desafíos globales”, dijo. En este sentido, agregó que es necesario reforzar y utilizar el multilateralismo como modelo para que nadie se quede atrás.

La Alta Comisionada resaltó que la pandemia por COVID-19 también representa un alto riesgo para las mujeres y las niñas debido a la discriminación y desigualdades preexistentes, en especial para las mujeres que trabajan en el sector informal, para las mujeres de zonas indígenas y rurales, las afrodescendientes, así como para las trabajadoras del hogar y las migrantes; también se refirió a las trabajadoras sexuales y las que tienen alguna discapacidad, por lo que dijo que para proteger mejor a todas las personas, la respuesta a pandemia debe considerar las necesidades y demandas de la mujeres en su diversidad.

Asimismo, se refirió a la violencia contra las mujeres como una problemática muy visible desde antes de la pandemia, que, para abordarla, los servicios de apoyo deben declararse esenciales y permanecer abiertos, como lo hizo México, a la par de innovar con sistemas accesibles para alertar a las autoridades y proteger a las víctimas; además, muy importante, informar a las víctimas sobre los servicios disponibles y qué deben hacer para acceder a ellos, dijo.

Por su parte, Alicia Bárcena puntualizó que “el impacto social de la pandemia tiene rostro de mujer”, en tanto que el actual modelo económico ha prevalecido la cultura del privilegio que naturaliza las desigualdades, la discriminación y la desigualdad. Estas desigualdades son producto del “enorme impacto asociado a un modelo de tres décadas de concentración de la riqueza y de desigualdades entrecruzadas. Hay que romper con los patrones culturales patriarcales, discriminatorios, violentos y con el predominio de la cultura del privilegio, para avanzar hacia la cultura de los derechos y la igualdad”, destacó.

En este contexto, dijo que alrededor de 110 millones de mujeres en América Latina y el Caribe se encontrarían en situación de pobreza y que 54% de las mujeres se ocupan en empleos precarios con bajos salarios, sin protección social ni seguridad de permanecer en sus trabajos, debido a que se ubican principalmente en la informalidad.

Entre las políticas para garantizar los derechos de las mujeres propuso establecer un ingreso básico de emergencia por seis meses equivalente a una línea de pobreza, incrementar la participación laboral de las mujeres en sectores estratégicos de recuperación económica, apoyar en las mujeres de las micro, pequeñas y medianas empresas financiar servicios integrales contra la violencia de género, proteger a las migrantes e invertir en la economía del cuidado, un factor clave para dar dinamismo a las economías.

En el evento, estuvieron presentes: Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores; Maria-Noel Vaeza, Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe; Martha Lucía Micher, presidenta de la comisión para la igualdad de género en el senado; Belén Sanz Luque, representante de ONU Mujeres en México; Mónica Fernández, Presidenta de la Mesa Directiva del Senado; Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República; además de senadoras integrantes de la Comisión para la Igualdad de Género.