Ante la puesta en marcha de las medidas destinadas a contener la pandemia del COVID-19, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) hace un llamado a reconocer que este fenómeno tiene impactos diferenciados para las mujeres y las niñas que pueden incidir en mayores índices de violencia, por lo que es necesario que las instituciones dedicadas a prevenir, atender y sancionar la violencia hacia las mujeres refuercen sus medidas de información y de actuación en el marco de sus competencias para mitigar la violencia de género. Asimismo, convocamos a los centros de trabajo y a la ciudadanía a adoptar acciones de corresponsabilidad en el trabajo de cuidados en los hogares.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016, en México, del total de mujeres casadas o unidas, 40% ha sufrido uno o varios tipos de violencia conyugal a lo largo de su vida, lo que indica que la violencia hacia las mujeres en el marco de las relaciones de pareja es un problema de importante magnitud, que puede agravarse ante la necesidad de permanecer en confinamiento en los hogares. En hogares ampliados o compuestos, también aumenta el riesgo de violencia sexual para niñas y jóvenes.

En este sentido, el Inmujeres recuerda que el número 911 es una de las vías para recibir llamadas para atender emergencias relacionadas a distintos tipos de violencia hacia las mujeres, abuso sexual, acoso u hostigamiento sexual, violación, violencia de pareja y violencia familiar. El equipo humano de la línea tiene la responsabilidad de brindar la respuesta inmediata y de activar las rutas necesarias para atender y canalizar cada caso.

Por otra parte, recordamos que el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados recae principalmente sobre las mujeres y es uno de los factores que las coloca en mayor desigualdad para el goce de sus derechos. Si bien, ya realizan hasta tres veces más este trabajo no remunerado en comparación con los hombres, el confinamiento en los hogares puede duplicar o triplicar ese trabajo para ellas.

Por ello, recordamos la importancia de que el cuidado de niños, niñas, personas enfermas, con discapacidad y adultas mayores se debe de realizar en un ejercicio de corresponsabilidad que involucre a los hombres y a todas las personas que integran el hogar. Para el desarrollo de las actividades y funciones en los hogares, proponemos que las familias realicen reuniones para distribuir equitativamente las tareas domésticas y de cuidados.

También, invitamos a los centros de trabajo de los sectores público, privado y social a brindar alternativas que contribuyan a la corresponsabilidad en la redistribución de las tareas del cuidado, como horarios flexibles o trabajo a distancia para madres, padres o personas que tienen a su cargo el cuidado de alguna persona.

En este momento, es importante sumar esfuerzos entre la población, el gobierno, y las organizaciones para responsabilizarnos de la salud colectiva con información veraz y servicios que permitan continuar con los protocolos dictados por las autoridades, por lo que desde el Inmujeres continuaremos en este acompañamiento.