Con el objetivo de combatir la brecha de género en el mercado de valores, la Bolsa Institucional de Valores (BIVA) colocó en los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) el Bono de Género que apoyará a mujeres con proyectos laborales, reconociendo la importancia de la igualdad de género no solo como un tema de justicia social, sino también como una cuestión de eficiencia económica.

A nivel nacional e internacional, el mayor rezago y la mayor desigualdad entre mujeres y hombres, se da en la economía. En 2020, según el Foro Económico Mundial, México está en lugar 122 de 169 países en la medición general de la brecha de desigualdad.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, las mujeres constituyen el 50 por ciento de la mano de obra agrícola en los países en desarrollo. Sin embargo, sus imprescindibles contribuciones no son reconocidas en términos sociales ni económicos, y en su lugar, enfrentan condiciones de desigualdad que afectan su empoderamiento e independencia económica.

Como productoras, las mujeres rurales enfrentan limitaciones para ser propietarias de la tierra y acceder a los documentos que requieren las instituciones bancarias para acceder a servicios financieros, al crédito, a la educación financiera, a la asistencia técnica y a la tecnología. En México, solo el 26.6% de las mujeres son titulares de derechos agrarios, ejidatarias y comuneras, en contraste con un 73.4% titulares hombres (RAN, 2020).

Durante la presentación del Bono de Género, la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman Zylbermann, indicó que “abordar esta situación y acortar las brechas de género es de crucial importancia para promover la autonomía y el empoderamiento económico de las mujeres rurales, garantizar sus derechos y avanzar hacia la verdadera igualdad de género. Pero también es importante por las implicaciones de desarrollo económico y social que tiene su inclusión para el país”.

La FAO apunta que si las mujeres agricultoras utilizaran el mismo nivel de recursos que los hombres en las tierras que trabajan, lograrían los mismos niveles de rendimiento. Y que, si accedieran en igualdad de condiciones a la tierra, la tecnología, los servicios financieros, la educación y los mercados, se incrementaría la producción agrícola y se reduciría entre 100 y 150 millones el número de personas con hambre en todo el mundo.

“De ahí la importancia del lanzamiento del primer Bono Social de Género, no solamente porque responde a la Política Nacional para la Igualdad y el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, sino porque marca el inicio de lo que puede ser dentro de la política financiera nacional, una medida especial que nos permita acelerar el paso hacia la igualdad sustantiva”, aseguró Gasman Zylbermann.

Para concluir, la presidenta del Inmujeres pidió a los asistentes a poner a las mujeres en el centro de la inclusión financiera: “es un gran reto y múltiples desafíos, pero estamos aquí con un gran compromiso, una gran expectativa, queremos acompañar su trabajo y conjuntamente hacer esa vuelta de tuerca para visibilizar, valorar y reconocer las capacidades y las potencialidades de las mujeres, en especial a las mujeres que viven en condición de pobreza y que, ahí en esa condición, desarrollan todas las estrategias de sobrevivencia y para ejercer sus derechos económicos y garantizar el bienestar de sus familias, de sus comunidades y de sus municipios”.