Si se logra que más jóvenes  estudien y trabajen en carreras relacionadas con las TIC, la meta de alcanzar la igualdad de género y contar con un planeta “50-50” no tiene que esperar hasta el 2030.

La Ciencia y la Tecnología podrían ayudar a las mujeres a fundar empresas, a mejorar los resultados sanitarios – entre ellos la salud sexual y reproductiva-, la energía, el ambiente y la gestión de los recursos naturales, así como el desarrollo de la infraestructura.

La ciencia y la tecnología (CyT) tienen que ver con lo cotidiano. Tienen el poder de alterar y cambiar las trayectorias, ya que influyen cada vez más en todos los aspectos de la vida, como las oportunidades económicas y la aplicación de soluciones en otros sectores productivos.

“En 2015, el porcentaje de mujeres reconocidas como investigadoras de excelencia por el Sistema Nacional de investigadores representaba el 35% de la totalidad de los miembros de este sistema”.

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