Las raíces del problema son de larga data y se relacionan con el hecho de que  la sociedad en que vivimos no considera al trabajo del hogar como una ocupación real, sino como parte de las actividades que las mujeres realizan “naturalmente”, y que, extrañamente, estarían ligadas al hecho de ser mujeres.

La discriminación y estigma de las que son objeto las trabajadoras del hogar han sido una de las marcas distintivas de este grupo social. Se les discrimina no sólo por el tipo de trabajo que ejercen, sino por su origen socioeconómico, nivel de escolaridad, lugar de procedencia, apariencia física y la lengua que hablen y la cultura que portan.[1]

El trabajo del hogar remunerado se ha caracterizado por las condiciones de precariedad y de inestabilidad, mismas que se reflejan en la inexistencia de contratos, bajos salarios, exhaustivos e indefinidos horarios de trabajo, y las pocas o nulas prestaciones a las que tienen acceso.

Con la aprobación en el Senado del proyecto de decreto que reforma diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo y de la Ley del Seguro Social, del 14 de mayo pasado se da un paso importante para que las personas trabajadoras del hogar cuenten con condiciones laborales dignas y más igualitarias, con derecho a seguridad social, vacaciones pagadas, aguinaldo, contrato escrito, horarios regulados, entre el reconocimiento de otros derechos.

Otro avance es que la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) propuso que las trabajadoras del hogar perciban un salario mínimo diario de 248.72 pesos y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha puesto en marcha un programa piloto para comenzar a afiliar a las trabajadoras del hogar, que al cierre del mes de mayo había recibido más de 6,000 solicitudes.

El INMUJERES reconoce que este gran avance ha sido fruto de la lucha de las mujeres trabajadoras del hogar que se organizaron y seguirán luchado para hacer efectivos sus derechos en lo que entren en vigor las reformas y se pongan en práctica.

Para más información sobre el proceso de afiliación a trabajadoras del hogar al IMSS da click aquí

 

 

 

 

 

[1]         Angélica González y Edwing Solano, “Repercusiones de la discriminación hacia las trabajadoras del hogar. Análisis cualitativo de la Enadis 2010”. Defensor. Revista de Derechos Humanos, núm. 01, año x, México, enero 2012, p.27.