El Fondo de Población de las Naciones Unidas realizó la presentación del Informe del estado de la población mundial 2020: “Contra mi voluntad: desafiar las prácticas que perjudican a las mujeres y las niñas e impiden la igualdad”, documento fundamental para conocer la situación de la mayoría de las mujeres y las niñas cuando se enfrentan a diversos obstáculos discriminatorios que dificultan la igualdad.

Día tras día, cientos de miles de niñas de todo el mundo son sometidas a prácticas que les causan daños físicos y/o psicológicos con el conocimiento y el consentimiento plenos de sus familias, amigos y comunidades. Estas prácticas reducen y limitan su capacidad para participar plenamente en la sociedad y desarrollar todo su potencial. Las consecuencias se propagan por toda la sociedad y apuntalan los mismos estereotipos y la desigualdad de género que motivaron aquellos actos tan perjudiciales.

El reporte es crudo, reflejo de la realidad que están viviendo las mujeres y las niñas en el mundo, pero "Es posible revertir la situación de desigualdad en contra de las mujeres. Tenemos las herramientas para erradicar las prácticas nocivas que viven las mujeres y las niñas. el Reporte nos dice que estamos a tiempo de actuar para frenar las posibles consecuencias de mantener las cosas como están. Nos da, además, algunas pistas de cómo hacerlo", comentó Nadine Gasman Zylbermann, presidenta del Inmujeres, durante la reunión virtual.

El documento dice que todas las prácticas nocivas por las que pasan las niñas repercuten negativamente en su dignidad, su integridad y desarrollo a nivel físico, psicosocial y moral, su participación en los espacios públicos, su salud, su educación y su situación económica y social. Como consecuencia de ello, las mujeres y las niñas tienen menos opciones a su disposición y es más probable que otros tomen decisiones por ellas que las dejen a merced de hombres mayores desde el punto de vista sexual, legal y económico.

Estas prácticas violentas son resultado de “estructuras de poder patriarcales que legitiman la necesidad de controlar la vida de la mujer y surge de estereotipos de género que fomentan la desigualdad”, precisó Gasman. Un grave ejemplo de estas estructuras es el matrimonio infantil, que a pesar de está prohibido casi en todo el mundo, cada día se producen 33 mil casos a escala mundial y se calcula que, de las niñas y mujeres vivas en la actualidad, 650 millones se casaron siendo menores y para 2030 estarán casadas otras 150 millones de niñas menores de 18 años, según datos de UNFPA en 2020.

“Los números suelen ser fríos, pero es necesario visibilizar que todos los matrimonios y uniones infantiles son en sí mismos una expresión de violencia sexual y de género, que viola los derechos humanos de las niñas, perpetúa la discriminación y las hace más vulnerables a sufrir diferentes tipos y modalidades de violencia”, indicó la presidenta del Inmujeres.

Por ello, en el Inmujeres creamos el Programa Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres 2020-2024, que contempla acciones puntuales para atender las necesidades de niñas y adolescentes, donde una de sus estrategias prioritarias es la transformación de comportamientos y normas socioculturales contrarias a los derechos humanos de mujeres y niñas, incluido el matrimonio infantil y uniones tempranas forzadas, así como acciones que favorezcan el empoderamiento de las niñas.