Solo 47% de las mexicanas en edad de trabajar forma parte de la fuerza laboral, muy por debajo del promedio OCDE de 67%, de acuerdo con un estudio sobre políticas de género en México.

El estudio impulsado por el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) reconoce que las mujeres mexicanas tienen un vínculo directo, no solo con la competitividad, sino también con la productividad incluyente del país; la cual, es necesario reconocer y potenciar. En estos años el Gobierno federal se ha empeñado en desarrollar políticas más eficaces que combatan la desigualdad y permitan el empoderamiento económico y laboral de las mujeres dentro de un contexto de la búsqueda de la igualdad sustantiva.

Para Inmujeres el establecimiento de la norma laboral y los programas de emprendimiento son sustantivos, de ahí la importancia de que el Sistema Nacional de Igualdad entre Hombres y Mujeres se haya elevado a nivel ministerial. Sabemos que se han registrado importantes avances, las mujeres están incorporadas a todas las actividades productivas y científicas. Pero aún siguen enfrentándose a muy diversas desventajas en la actividad productiva. También, un número creciente de mujeres asumen actividades generadoras de ingresos para el adecuado sustento familiar y de desarrollo y superación personal; pero mientras las relaciones entre hombres y mujeres estén marcadas por diferencias como fuente de inequidad y de desventaja, estarán limitando su desarrollo. Las posibilidades de alcanzar el desarrollo humano sostenido y sustentable, a mediano y largo plazos, están directamente vinculadas con el empoderamiento como el factor más importante para reducir la pobreza, la exclusión y la falta de oportunidades laborales.

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