Para el Inmujeres es fundamental escuchar las voces de las mujeres y comprender sus realidades para impulsar las políticas dirigidas a derribar los obstáculos que impiden el goce de sus derechos y a cerrar las brechas de desigualdad.

Por ello, en el marco del Día Internacional de las Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas y de la Diáspora entrevistamos a Beatriz Amaro Clemente, Evelia Estela Catalán Casiano y a Mijane Jiménez Salinas, integrantes de la Colectiva de Mujeres Afromexicanas en Movimiento (MUAFRO), con el fin de dar a conocer sus aportes, sus luchas y lo que falta por hacer para alcanzar la igualdad, así como un cambio transformador hacia una cultura sin racismo, discriminación, ni violencia hacia las mujeres afromexicanas.

Los pueblos afromexicanos y en particular las mujeres afromexicanas han estado sin política pública con enfoque de derechos humanos, intercultural y de género desde hace más de 500 años. Un avance importante de su lucha fue que el Censo de Población y Vivienda 2020 incluyera al pueblo afromexicano.

No obstante, las mujeres afromexicanas alertan la importancia de saber leer los datos, puesto que el panorama nacional que da el Censo 2020 pareciera indicar que la población afromexicana tiene condiciones similares al resto de la población.

“Esto es engañoso ya cuando nos vamos a leer los datos más específicos; tenemos que analizar estos datos que no concuerdan con nuestra realidad, porque entre mayor es la densidad de población afromexicana en los municipios, también es mayor la vulnerabilidad y desigualdad”, dijo Beatriz Amaro Clemente.

"Por ejemplo, el censo 2020 indica que la media nacional de hijos nacidos vivos es de 2.1 hijos por mujer, pero en municipios con 70% o más de población afro es de hasta 3.3 hijos por mujer; en analfabetismo, mientras que la media nacional es de 4.7% en esos municipios es de 18% y en el caso de las mujeres la cifra es de 19.6%. Cuando se analiza la población económicamente activa, la media nacional es de 62%, pero apenas llega a 48% en los municipios con mayoría de población afromexicana. Si se desagrega por sexo apenas 25% de las mujeres somos económicamente activas".

Evelia Catalán agregó que hay una importante brecha digital, que con la pandemia incrementará la brecha educativa, principalmente entre las mujeres. En este sentido, la media nacional de viviendas con acceso a computadoras es de 37.6% mientras que en municipios con más del 70% de población afro es apenas del 8.3%. Respecto al acceso a Internet, la media nacional es de 52%, pero en los municipios con mayor población afromexicana, el Internet llega apenas a 11.8% de las viviendas.

"Estamos llamando al Estado a que lea los datos de manera muchísimo más específica y a que genere las políticas públicas necesarias", recalca Beatriz Amaro Clemente.

Por ello, es necesario hablar de los problemas estructurales que enfrentan las mujeres afromexicanas, problemas que van desde la falta de acceso de servicios en las comunidades, como la falta de agua potable entubada dentro de la vivienda y donde un 40% de las viviendas no tiene específicamente un cuarto para cocinar y todo ello implica una sobrecarga de trabajo de cuidados de las mujeres.

En lucha por la igualdad

Las mujeres afromexicanas luchan por avanzar hacia su autonomía económica. Destacan la necesidad de que haya fuentes de empleo en los municipios y comunidades. Los programas de empleo y los proyectos productivos deben tener enfoque de género, interseccional e intercultural focalizado en la región, acompañados con capacitación para las mujeres en finanzas, mercadeo, con acompañamiento y seguimiento hasta que los casos de éxito sean replicados en las comunidades, "eso implicaría un ingreso para la economía de las familias y con ello el desarrollo de los territorios y el bienestar de las comunidades", señaló Catalán Casiano. 

Otro tema fundamental es el derecho al territorio y el derecho a la tierra, "conocemos a compañeras que se dedican a producir en el campo y resulta que cuando llegan los programas para el campo, no le llegan directamente a la compañera, sino al dueño de la tierra [...] entonces se necesita que estos programas incorporen acciones afirmativas. Por ejemplo si mi compañera quiere trabajar la tierra, que pueda decir que no es dueña de la tierra, o que se la prestan, o que se la rentan y se ponga el nombre de la persona dueña de la tierra, pero que el apoyo llegue directamente para quien realmente la trabaja y produce", indicó.

Un tema prioritario es el acceso a los servicios de salud y el derecho al cuidado de la salud, en especial que las mujeres afromexicanas sean tratadas con dignidad. Su lucha implica que se rescaten los saberes comunitarios, la medicina tradicional y reconocer el trabajo que realizan las parteras, porque gracias a ellas, las mujeres en las comunidades que no pudieron tener acceso a una clínica u hospital por la pandemia fueron bien atendidas.

El acceso a la justicia y el derecho a vivir una vida libre de violencia es uno de los temas prioritarios y en el que insisten se necesita que el funcionariado esté capacitado con perspectiva de género, enfoque de derechos humanos, intercultural e interseccional para que no se revictimice a las mujeres.

Otro de los temas ejes de lucha es el acceso a la educación, que la historia de la población afromexicana sea incluida en los libros de texto y se capacite al personal docente, porque la educación es un pilar base para acabar con el racismo y la discriminación. En este sentido, Mijaje Jiménez Salinas, quién también es presidenta de Mano Amiga de la Costa Chica, A.C., resaltó "estamos buscando la educación intercultural, porque de pronto en los programas de televisión, no nos vemos representadas estamos buscando también que los medios de comunicación dejen de ser racistas". 

La participación y la representación política de las mujeres afromexicanas es otro de los ejes de lucha. Jiménez Salinas ha sido una ferviente impulsora para que existan acciones afirmativas para las mujeres afromexicanas y si bien, tras el reciente proceso electoral varias de sus compañeras resultaron electas como regidoras o síndicas, la realidad es que de esa lucha quienes se han beneficiado son los hombres. 

“Las mujeres afromexicanas hemos estado luchando por los espacios de toma de decisiones; sin embargo, los espacios ganados han sido coptados por los compañeros hombres. Eso se tiene que saber, que nosotras no estamos en los espacios en donde deberíamos estar”, expresó. Al respecto, coincidieron en que desde las instituciones se tiene que trabajar para que las acciones afirmativas por las que las mujeres afromexicanas han luchado se respeten bajo el principio de paridad de género, ya sea por los partidos políticos o por los sistemas normativos.

Pese a todas las dificultades e invisibilización de las mujeres afromexicanas, su lucha es sorora, intergeneracional y colectiva, para el bienestar y el desarrollo de sus comunidades y de nuestro país:

"Vivimos el racismo en carne propia, la discriminación por ser mujeres, por ser negras, por ser de bajos recursos por todos los porqués, pero no queremos que sea el dolor el que impere en nuestras luchas, sino más bien estas diversas formas de resistencia que tenemos para seguir haciéndonos visibles y para seguir exigiendo que nuestros derechos sean garantizados... queremos ser parte del cambio en nuestro país. Estamos siendo constructoras de paz en nuestros territorios, en nuestras comunidades, queremos vivir en paz, queremos vivir en armonía entre todas las personas, con nuestra madre tierra, con todo lo que nos rodea, con toda la vida que tenemos junto a nosotras. Lo que estamos haciendo siempre es con miras a que haya un mejor desarrollo en nuestras comunidades y que haya un mayor bienestar para las familias afromexicanas”, concluyó Evelia Estela Catalán Casiano.

Por su parte, Mijane Jiménez, puntualizó "hemos logrado un diálogo intergeneracional con diversas mujeres afromexicanas en donde hemos unido esfuerzos y energías, pero sobretodo resistencia y lucha. Desde las juventudes estamos buscando impulsar la temática de la niñez porque también los movimientos sociales son adultoscentristas y no nos dan espacio. Hay que pensar en la niñez, en la adolescencia y en la juventud afromexicana que hoy más que nunca está fuerte".

Finalmente, Beatriz Amaro finalizó diciendo "Aquí estamos, aquí seguimos, aquí sobrevivimos, aquí resistimos y estamos generando estos espacios de resistencia, de resiliencia colectiva sobre todo en tiempos de pandemia".

Desde el Inmujeres refrendamos nuestro compromiso para conocer las necesidades de las mujeres afromexicanas e impulsar con las diversas instituciones y autoridades de los tres niveles de gobierno a que se realicen las políticas públicas necesarias.