En México, como en el resto de América Latina, la pirámide poblacional se está invirtiendo, por lo que este cambio que impacta en la dinámica social requiere hacer visibles nuevos retos y necesidades para el bienestar de las personas, principalmente en el caso de las mujeres y las adultas mayores que carecen del reconocimiento de tareas que generan tiempo libre para el resto de las y los integrantes de sus familias e invisibilizan el trabajo y necesidad de pago por el trabajo de cuidados realizado.

Para 2018, en nuestro país, las mujeres adultas mayores con 60 años o más[1], fue de 7.3 millones, mientras que, en el caso de los hombres, fue de 6.2 millones.

Las mujeres adultas mayores en nuestro país pasan la mayor parte de sus vidas cuidando a integrantes de sus familias sin remuneración que les permita contar con un ingreso por el trabajo realizado, tal es el caso del cuidado de niñas y niños derivado principalmente de su rol de abuelas, o por el estereotipo social que las asocia a distintos tipos de cuidado y protección, ya sea de personas enfermas, de sus parejas o de la realización de otros trabajos domésticos como cocinar, limpieza del hogar, u otros.

Prácticamente todas las personas adultas mayores realizan trabajo doméstico. Datos de la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (ENUT) en 2014, muestran que:

  • 97% de las personas adultas mayores realiza tareas domésticas
  • El 70% tiene que ver principalmente con la gestión y administración del hogar (70%).
  • 72% aporta su trabajo en la limpieza de la vivienda;
  • Una tercera parte de ellas y ellos colabora en el cuidado de personas de su propio hogar y 15 % brinda ayuda a otros hogares -principalmente en tareas de cuidado-
  • 8.4% de ellas y 6% de ellos brinda cuidados continuos a otros integrantes de su propio hogar con enfermedad crónica, temporal o discapacidad.
  • 6.4% realiza trabajo voluntario o comunitario;

Teniendo en cuenta estos factores, el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) promovió la formación de un Grupo de Trabajo de Cuidados con la finalidad de construir un Sistema Nacional de Cuidados con perspectiva de género, derechos humanos e interculturalidad para garantizar el derecho a cuidarse, cuidar y recibir cuidados.

Actualmente este grupo de trabajo se encuentra integrado por el Instituto Nacional de Geriatría (INGER), Instituto Nacional para el Desarrollo Social (INDESOL) y el INMUJERES, con lo que se busca que las políticas públicas dirigidas a las personas adultas mayores se enfoquen a lograr una vejez saludable y activa. Además de que se reconozca y valore el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, a través de la prestación de servicios públicos, infraestructura y políticas de protección social, y la promoción de la responsabilidad compartida tanto al interior de los hogares y las familias como en el ámbito nacional.

 

[1] Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores (LDPAM) en el artículo 3ro señala que: las personas adultas mayores son aquellas que cuenten con sesenta años o más de edad y que se encuentren domiciliadas o en tránsito en el territorio nacional.