A un año de la pandemia por Covid-19, es momento de pensar en la recuperación económica de los países a nivel global, pero sobre todo reconocer los problemas existentes que llevaron a que la crisis sanitaria afectara a las poblaciones de diferentes formas remarcando las brechas de desigualdad.

Por ello, de manera virtual, en el marco del Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible 2021, se llevó a cabo el el evento de alto nivel La participación de las mujeres en la fuerza de trabajo en los esfuerzos de recuperación del COVID-19: desafíos y oportunidades en la promoción del trabajo decente para las mujeres, organizado por los gobiernos de Chile y Argentina, acompañado de grandes instituciones a nivel internacional como ONU Mujeres, la CEPAL, la OIT, el Inmujeres México así como la participación de grandes panelistas representando a  países de América Latina y el Caribe.

Como se ha recalcado oportunamente, la pandemia ha afectado de manera diferente a hombres y mujeres, donde ellas se han visto rebasadas por la falta de políticas públicas con perspectiva de género que las apoyen para ir cerrando las brechas que desde antes de la crisis ya eran notorias.

En el marco de este foro las panelistas se centraron  en dos temas fundamentales: la participación de las mujeres en la recuperación económica  y la atención en la brecha digital que detiene el desarrollo de las mujeres y niñas en los diferentes áreas de crecimiento.

“Si bien la pandemia no conoce de género, sí ha impactado a las mujeres de manera desesperante y se vuelve un desafio económico crítico y por ello debemos apresurarnos con estrategias y acciones globales”, puntualizó la ministra de la mujer en Chile, Mónica Zalaquett.

Según estudios recientes de la CEPAL;  actualmente existe un retroceso de 18 años, es decir, 12 millones de mujeres afectadas tras la crisis sanitaria y las graves problemáticas que vienen arrastrándose desde décadas atrás.  

Una de cuatro mujeres a nivel global no tiene la posibilidad de estudiar o tener un trabajo remunerado, puesto que este 75% se dedican exclusivamente a las tareas de cuidado. Mientras que en el caso de los hombres se trata de uno de cada 10 casos calculando el 9 por ciento. 

Hablando de la brecha digital, solo una de cuatro mujeres tiene acceso a los servicios de internet o cuentan con el equipo necesario para mantenerse conectadas. Por ello, Bárcena tambióen llamó a unirse a la Alianza para digitalizar a las mujeres, en donde se beneficiarían a 46 millones de hogares  y cada 4 de 10 mujeres y niñas podrían estar conectadas de forma permanente.

Por lo anterior, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, reiteró el compromiso de ese organismo con la Alianza Global por los Cuidados y la Alianza Regional para la Digitalización de las Mujeres en América Latina y el Caribe, iniciativas lideradas por México y Chile, respectivamente. “Llamamos a acelerar el paso hacia una justicia económica, climática y de género y transitar hacia una sociedad del cuidado”, puntualizó.

Abonando a la reflexión, la secretaria ejecutiva del Inmujeres, Patricia Uribe Zuñiga, recalcó la importancia de poner  en el centro la economía de cuidados para que de forma orgánica se establezca como una prioridad que ayudaría a combatir las desigualdades; económicas, sociales, culturales y políticas.

“La alianza global de los cuidados es la vía para avanzar en la integración laboral de las mujeres, los cuidados no pueden seguir sobrecargados en los hombros de las mujeres de forma desproporcionada, tenemos que avanzar de manera más rápida y no al paso en el que vamos”, señaló.

Mientras tanto, la representante permanente de la república de Argentina,  comentó la importancia de enfocar las estrategias con perspectiva de género pues  el retroceso que se está viviendo es histórico y atenta contras los derechos de las mujeres y niñas. “El dolor de las personas que se ven privadas de derechos, que sufren discriminación debe interpelarnos por ello es necesario adoptar políticas públicas contundentes encaminadas a acabar con los patrones de desigualdad estructural a reorganizar la vida social de nuestros pueblos apuntando obligaciones más justas e igualitarias sin opresión ni discriminación por clase, nacionalidad, sexo o género”

Por su parte, Manuela Tomei, directora del Departamento de Condiciones de Trabajo e Igualdad de la OIT destacó: “Es hora de que las trabajadoras domésticas se conviertan no solo en contribuyentes sino también en beneficiarias de una agenda trasformadora para la igualdad de género”.

Las participantes coincidieron en que la falta de perspectiva de género engrandece las problemáticas para una recuperación con igualdad, especialmente en las nuevas generaciones de niñas y niños. Por lo que se requiere una política fiscal que establezca un ingreso básico de emergencia para las mujeres que perdieron sus empleos durante la pandemia; inversiones en la economía del cuidado; inversión en una Canasta Básica Digital que permitiría dar acceso a Internet y dispositivos a las mujeres aún no conectadas, así como apoyos a las mujeres emprendedoras.