A pesar de que las mujeres representan más del 50% de la población del país, no cuentan con las mismas oportunidades ni los mismos beneficios que los hombres en múltiples ámbitos de la vida social como en el laboral y en la remuneración que reciben por realizar el mismo trabajo que su contraparte masculina.

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Igualdad Salarial, la Embajada Británica en México realizó el conversatorio “Cerrar la brecha. La importancia de cerrar la brecha salarial de género”, en el que se habló sobre la desigualdad de oportunidades y de salario para las mujeres en los centros de trabajo.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en México, la brecha salarial entre mujeres y hombres era de 18.8% en 2019 y representa una de las brechas más amplias de los países miembros de la OCDE, muy por encima de la brecha salarial promedio identificada de 13 por ciento.

De acuerdo con el estudio Discriminación estructural y desigualdad social, realizado en conjunto por Segob, Conapred y la CEPAL, la brecha salarial en México persiste con posiciones ocupacionales y escolaridades similares, los hombres reciben en promedio un ingreso laboral por hora trabajada 34% mayor al de las mujeres. Esto implica que el ingreso laboral de las mujeres debería incrementarse en más de un tercio para ser equivalente al de los hombres.

La presidenta del Inmujeres, Nadine Gasman Zylberman dijo que “a medida que más mujeres se enfrentan a dificultades económicas debido a la COVID-19, la lucha por la igualdad salarial cobra una nueva urgencia porque quienes ganan menos son quienes más daños sufren por la discrepancia en los ingresos"; como ejemplo citó que ONU Mujeres identificó que en Estados Unidos, las mujeres afroamericanas ganan sólo 62 centavos, las mujeres indígenas 57 centavos, y las latinas 54 centavos por cada dólar que ganan los hombres blancos.

Para comprender el por qué de la brecha, la presidenta de Inmujeres mencionó algunas de sus principales causas: 

  1. •    La discriminación en el lugar de trabajo.
  2. •    La diferencia en los sectores laborales en los que históricamente se han desempeñado los hombres.
  3. •    La escasa participación de las mujeres en puestos de liderazgo y de alta dirección.
  4. •    La falta de políticas de conciliación de la vida personal y profesional.

Por ello, en el Gobierno de México “estamos promoviendo cambios en el marco normativo laboral que permitan condiciones para la inclusión de las mujeres en el mercado laboral, priorizando la igualdad salarial. También, estamos estableciendo medidas de conciliación de la vida laboral, familiar y personal en las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal (APF); así como incentivar el principio de paridad en la designación de nombramientos en mandos directivos de la APF”.

Asimismo, desde el Inmujeres implementamos la Norma Mexicana en Igualdad y no Discriminación, basada en la normatividad nacional en materia laboral y en las disposiciones internacionales, como la CEDAW reconoce a los centros de trabajo y busca cambiar la cultura laboral de las organizaciones, al fijar las bases para el reconocimiento público de los centros de trabajo que demuestren entre otras cosas: la incorporación de la perspectiva de género, garantizar la igualdad salarial y otorgamiento de prestaciones y compensaciones al personal; entre otras acciones que generen ambientes libres de violencia y discriminación.

Para concluir, Nadine Gasman hizo un llamado a todas las instancias del Gobierno Federal y de la iniciativa privada a “redoblar esfuerzos para cerrar la brecha salarial. Sigamos promoviendo el cierre de las brechas de desigualdad de género desde sus trincheras. Con su colaboración y al compartirnos buenas prácticas también contribuyen de manera importante a la búsqueda de soluciones viables y, sobre todo, efectivas”.