El acceso a agua potable para consumo, saneamiento e inocuidad son esenciales para garantizar el pleno desarrollo y adelanto de la humanidad en las distintas etapas de la vida.

Según el INEGI, en 2016, “21.2 millones [de hogares] recibieron agua diariamente, 4.4 cada tercer día, 1.6 dos veces por semana y 1.08 millones de hogares reciben agua sólo una vez por semana”

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México se encuentra entre los países a nivel mundial que podría tener escasez extrema del líquido en los próximos años, lo que representa un reto para el Estado mexicano en cuanto al reforzamiento de una cultura de prevención y reutilización del agua.

La carencia de agua potable afecta la vida cotidiana de las mujeres, se ocupan de que la vivienda cuente con servicios básicos como el agua potable para la preparación de alimentos, limpieza del hogar y actividades de cuidado de hijos, hijas y personas adultas mayores. Lo anterior no es un problema natural sino social que se origina en la división sexual del trabajo y la asignación de roles de género, situando a las mujeres como principales afectadas al realizar mayoritariamente trabajos de carácter reproductivo –trabajo en el hogar y trabajo de cuidado–, en consecuencia, debemos tener presente que incluso las experiencias en el abastecimiento de agua se viven de distintos modos entre las mujeres que viven en comunidades rurales y las mujeres que viven en la ciudad.

De acuerdo con el CONEVAL, las dificultades que tienen las mujeres para el autoabastecimiento del agua potable pueden agravarse para aquellas que realizan doble jornada laboral –trabajo remunerado y en el hogar–, ya sea como trabajadoras formales o informales, tanto en la ciudad como en el campo. La falta de agua potable no sólo es un factor que obstaculiza el desarrollo de las mujeres en la adolescencia y la adultez, también puede generar problemas de salud que afectan principalmente a las mujeres de edad (abastecer de agua a los hogares puede ser una tarea más desafiante para mujeres de la tercera edad que para las jóvenes porque los cuerpos sufren desgaste en ligamentos o articulaciones), se agudiza dependiendo el grado de pobreza, puede implicar un rezago educativo (el abastecer de agua a los hogares puede generar que las adolescentes inviertan más tiempo adquiriendo el agua que en su formación educativa), el gasto de tiempo y energía al adquirir agua merma las posibilidades de que puedan dedicarse a otras actividades –culturales, intelectuales o movilizaciones sociales–, finalmente, hay que analizar si las mujeres están seguras en el trayecto que recorren cuando van a abastecerse de agua o si comprometen su integridad física y emocional, sobre todo aquellas que están en la adolescencia y en la edad adulta.

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Las desigualdades sociales, económicas y culturales generan que el acceso al agua potable para las mujeres en zonas rurales y en la ciudad sea conflictivo. Las instituciones gubernamentales deben incrementar sus esfuerzos para seguir fomentando la generación de políticas públicas transversales enfocadas en una adecuada cultura de gestión del agua y mitigar su desperdicio.

La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), a través del Programa Nacional para Captación de Agua de Lluvia y Ecotecnias en Zonas Rurales (PROCAPTAR), se enfoca en áreas donde problemáticas técnicas y económicas impiden que se dote de infraestructura convencional a las comunidades rurales. Como alternativa, se equipa con sistemas de captación de agua pluvial, la cual es potabilizada por medio de filtros para uso de las personas en cualquiera de sus necesidades básicas. Para las mujeres, esto representa una forma de acceder al recurso hídrico dentro de sus localidades, reduciendo tiempo y esfuerzo para conseguirlo en lugares más alejados.

Aun así, no puede soslayarse que quedan retos por enfrentar en cuanto a la redistribución de responsabilidades sobre abastecimiento, con la que se posibilite un mayor disfrute de las mujeres sobre su tiempo, sin comprometer su desarrollo y garantizando la igualdad.

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Fuentes de consulta

La Agenda Azul de las Mujeres, SEMARNAT-IMAT-PNUD-Red de Género y Medio Ambiente, 2006.

https://www.coneval.org.mx/Informes/Coordinacion/Publicaciones%20oficiales/POBREZA_Y_GENERO_WEB.pdf

https://www.cemda.org.mx/wp-content/uploads/2011/12/agua-mexico_001.pdf

http://cdhdf.org.mx/wp-content/uploads/2015/10/DFensor_07_2015b.pdf

http://www.comda.org.mx/wp-content/uploads/2017/05/INFORMEDHAyS-para-paginas.pdf