El fenómeno de la migración debe ser entendido como una política del Estado mexicano que se instrumenta con precisión desde el ámbito de la seguridad nacional, afirmó el Comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Ardelio Vargas Fosado.

Al tomar posesión del cargo, destacó que asume a plenitud la instrucción del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, de garantizar la protección de los derechos humanos de los migrantes en territorio mexicano. “Compromiso que enarbolaré de manera férrea a lo largo de mi gestión”, aseveró. 

Destacó el compromiso inquebrantable del Gobierno Federal de velar por las garantías de los migrantes. “Los migrantes que transitan por nuestro territorio deben hacerlo con la confianza de que en México no serán víctimas de la delincuencia, ni de los malos funcionarios que se llegan a enquistar en nuestras instituciones”, apuntó.

Asimismo, precisó: “tengo la encomienda de enfatizar la congruencia de nuestra institución, garantizando que el respeto y la dignidad de trato que demandamos para nuestros connacionales en el exterior, sea el mismo que otorguemos en México a los miles de seres humanos que día a día cruzan nuestro territorio en busca de mejores condiciones de vida fuera de sus países”. 

En su mensaje, destacó que “se debe plantear de manera urgente, pero de manera responsable, una amplia reforma migratoria acorde a una nueva realidad basada en el servicio y la atención al migrante”.

De la misma manera, apuntó que atenderá la necesidad imperante de reestructurar el Instituto Nacional de Migración con miras a responder a las necesidades actuales del fenómeno migratorio, “contando con un marco legal que le faculte para alcanzar el grado de operatividad necesario para promover e impulsar su eficiencia, legalidad y honestidad en el servicio”.

Vargas Fosado identificó cuatro rubros que requieren ser atendidos de manera inmediata: combatir el tema de la inseguridad en aquellos lugares donde los grupos de migrantes han sido objeto de la delincuencia; combatir el tráfico de personas que se desarrolla a través de bandas internacionales de delincuencia organizada que operan de manera compleja a través de países diversos de todas las regiones del orbe; combatir la trata de personas, en estos tiempos en que resulta inaceptable que este lacerante y vergonzoso tipo de esclavitud siga existiendo en el mundo, y combatir de manera frontal la delincuencia organizada. 

Por último dijo que la política y atención del tema migratorio debe trazarse en los lugares donde el fenómeno es palpable, “no desde la comodidad de un escritorio, sino escuchando las historias de la migración y experimentando la problemática de los migrantes”.