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El efecto invernadero es un fenómeno en el que ciertos gases retienen energía emitida por el suelo, después de haber sido calentados por la radiación solar, produciendo una elevación de la temperatura, similar a lo que ocurre en un invernadero. La acumulación de CO2 es culpable del aumento de sequías e inundaciones, mayor frecuencia de huracanes, deshielo progresivo de los polos y otros fenómenos climatológicos. De acuerdo con datos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) se estima que cada año se emiten en el mundo más de 30 mil millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Esto se debe a la quema excesiva de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) en plantas industriales o generadoras de energía eléctrica. Una medida para contrarrestar los efectos de las concentraciones de CO2 es evitar su acumulación en la atmósfera. Por ello, se ha hecho énfasis en su captura en fuentes estacionarias, es decir, donde se produce, como las chimeneas de las plantas generadoras de electricidad, de vidrio, cementeras y otras grandes industrias. Con este procedimiento pueden ser capturadas importantes cantidades de CO2 de una manera segura y confiable al hacer pasar los gases producidos a través de una columna.

El proceso con el que funcionan las columnas es conocido como absorción, un fenómeno fisicoquímico donde las partículas de un contaminante se acumulan sobre la superficie (la sustancia que se absorbe se denomina absorbato y el material sobre el que lo hace es el absorbente). La absorción se distingue de la adsorción porque esta última implica la acumulación de la sustancia sólo en su superficie. Entonces ¿necesitamos absorbentes? ¡Por supuesto! debido a que son capaces de absorber el CO2, ya sea en su superficie, mediante interacciones (débiles o fuertes) entre el absorbente y el absorbato, o dentro de sus poros, mediante la difusión de las moléculas de CO2. Algunos de los absorbentes utilizados son carbones naturales o activados, obtenidos a partir de desechos agroindustriales.

El Departamento de Química del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), realiza investigaciones sobre la captura de dióxido de carbono en nanomateriales basados en óxidos de aluminio, magnesio y calcio, y en sus respectivas mezclas metálicas de hierro y níquel. La cantidad de dióxido de carbono adsorbido se determina usando un equipo llamado termogravímetro (aparato que mide la pérdida de masa de un material cuando es sometido a un intervalo de temperatura), que está unido a un espectrómetro de masas encargado de identificar que la pérdida de masa, sea la del dióxido de carbono.

El CO2 capturado puede ser utilizado en diversas industrias, como en la gasificación de refrescos, elaboración de polvos para extinguir fuegos, preparación de aspirinas efervescentes y otras aplicaciones.

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En el ININ estamos generando soluciones para frenar el efecto invernadero, al aportar información muy valiosa sobre la captura de dióxido de carbono, en importantes óxidos metálicos con forma de nanomateriales. Los resultados obtenidos en las investigaciones contribuirán a abatir la seria problemática del calentamiento global y ayudarán a cuidar el planeta.