Ciudad de México

Secretario de Educación Pública, Otto Granados Roldán: Gracias, Eduardo.

Y muy buenos días a todas y todos ustedes.

He preparado una presentación para compartirla con ustedes acerca de cómo vamos en la Reforma Educativa, dividida en 10 capítulos que muy rápidamente voy a comentar.

Si nosotros pudiéramos dividir la Reforma Educativa en tres componentes, de manera muy didáctica, muy sencillita, podríamos hablar de que pretende mejores contenidos, mejores escuelas y mejores maestros.

Esta presentación justamente trata de hacer un corte de cómo vamos hasta el día de hoy en estos tres grandes pilares y en los distintos componentes que integran cada uno de ellos.

Nada más para recordar un poco el nacimiento o el marco que dio origen a la Reforma Educativa.

Recuerden ustedes que en febrero de 2013 se publicó en el Diario Oficial la Reforma Constitucional promovida por el presidente Peña de la cual derivaron modificaciones en tres leyes que son las que la soportan centralmente, la Ley General de Educación que tuvo un proceso de reformas derivado del cambio del 3º Constitucional, la nueva Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación que lo convirtió en un órgano constitucional autónomo y la Ley General del Servicio Profesional Docente que esa es enteramente nueva a consecuencia de la Reforma.

Y luego de ahí derivaron distintos componentes de los cuales yo destacaría básicamente cinco: el nuevo Modelo Educativo, la construcción de un Servicio Profesional Docente, la construcción de un Sistema Nacional de Evaluación Educativa, el incremento a la Cobertura y distintas políticas públicas específicas enmarcadas en lo que llamaos Escuela al Centro.

Cómo vamos en cada uno de estos. El primer elemento que hay que destacar que fue central y que me parece que es un hecho clave para comprender las complejidades políticas, institucionales y técnicas de la reforma es que supuso dar un primer paso que era la recuperación de la rectoría por parte del Estado mexicano a partir de lo que teníamos antes, que era un sistema clientelar, corporativo y discrecional a lo que tenemos ahora, un sistema de obligaciones y derechos, claro, transparente, meritocrático y verificable para la profesión docente, una instrumentación de la Reforma en prácticamente todo el país, sin bien es cierto que en algunos estados a distintas velocidades.

Tenemos hoy un censo de escuelas, maestros y alumnos que se levantó originalmente en 2013, los resultados se dieron a conocer en 2014 y ha venido sufriendo ya por parte de nosotros actualizaciones en algunos de nuestros componentes, la autonomía constitucional del INEE, como ya comenté y la creación del FONE, el FONE quiere decir Fondo de Apoyo a la Nómina Educativa, que fue un sistema que permitió recentralizar para ordenar y transparentar de mucho mejor manera los pagos al personal federalizado, a los maestros federalizados.

Recuerden que en el país existen maestros Federales que fueron transferidos en la descentralización del 93 y un cierto porcentaje de maestros estatales que no tienen relación laboral con nosotros, sino que dependen específicamente de las autoridades estatales.

En segundo lugar. Nos permitió empezar un proceso de profesionalización del magisterio y de formación continua.

A la fecha y esto me parece muy importante, llevamos ya un conjunto de maestros que han participado en los concursos de ingreso.

Cuáles son algunas de las novedades que aportó, que introdujo la Reforma. La primera de ellas es que a diferencia del proceso previo a 2013 ahora cualquier persona que tenga una licenciatura, un grado en educación superior puede participar en los concursos de ingreso, antes eran solamente los egresados de las escuelas normales.

Y esto ha tenido enormes virtudes en el sentido de que nos ha permitido tener un sistema de reclutamiento mucho más fino, mucho más calificado, con mayor, digamos, niveles de competencia entre los aspirantes que quieren entrar a la carrera docente.

Si nosotros considerásemos, por ejemplo, el número que llevamos ya de personas participantes hasta la fecha en concursos de ingresos, que son 656 mil aproximadamente, y luego los contrastamos con los que han sido efectivamente contratados después de este proceso, que viene en un orden de prelación por el puntaje obtenido por cada participante, quiere decir que están ingresando uno de cada cuatro concursantes.

Es decir, podemos pensar que están entrando los mejores de ese número tan importante de participantes. Y esta es una tendencia que normalmente suele ocurrir en todo el mundo, aún en los países que tienen más alta calificación en PISA, como los países nórdicos, entran a la carrera docente aproximadamente el 30 por ciento mejor de todos los que concursan o aspiran a ingresar a la carrera docente. Y lo mismo ha pasado con los sistemas de promoción a cargos directivos.

En segundo lugar. Esto nos muestra ya, y lo voy a comentar en dos momentos de la presentación, que este sistema, además de sus méritos desde el punto de vista del esfuerzo, de la transparencia, de la capacidad y la preparación de los maestros, de los que van a ingresar o los que ya están adentro del servicio, está empezando a arrojar, si bien ligeramente o de manera inicial, una contratación de mejores maestros, y un desempeño de mejores maestros.

Y voy a dar algunos indicadores. Por ejemplo, el Banco Mundial nos mostró, hace posiblemente un par de meses, un estudio preliminar que ya nos muestra de manera muy clara que comparado a los maestros que teníamos antes de la Reforma con los que están entrando después del 2014, que es cuando empezamos los procesos de evaluación, están mostrando resultados relativamente mejor calificados.

Pero hay otros indicadores adicionales que nos permiten asumir que estamos en esa dirección correcta. Se ha dicho en estos meses y, básicamente, en el contexto de la agenda político-electoral en la que vivimos, que hay una asimetría entre los procesos de evaluación, voy a comentar ahorita un poco más adelante cuántos y cuáles son, con los procesos de formación continua, la verdad, es que los datos duros nos muestran que no es así.

Nosotros, por ejemplo, en 2015, el Programa de Capacitación de la Secretaría, ciertamente, no arrojó sus mejores resultados. En 2016 avanzó un poquitín, pero, tan bien, una ejecución digamos bastante insatisfactoria.

Pero en 2017, particularmente, tuvimos ya una cifra récord de participantes en estos procesos de capacitación, nuestra meta. Y hasta ahora, nosotros abrimos la plataforma para el año 2018 el 31 de enero, y al día de hoy llevamos ya prácticamente un millón de docentes inscritos en nuestros cursos de capacitación.

Pero no solamente hablamos en términos cuantitativos, sino en términos cualitativos, el año pasado, al final de este programa, consultamos a los maestros, les hicimos una especie de encuesta de satisfacción, en la que participaron aproximadamente 13 mil, que fueron los que respondieron esta encuesta.

Y nos dio resultados, en todos los casos, francamente, satisfactorios, aquellos que consideran los distintos cursos, la metodología, las lecturas, las cápsulas, etcétera, etcétera, digamos, bueno, excelente, en todos los casos superó la cifra de 12 mil, tuvimos más o menos unos 13 mil, 13 mil 500 que participaron, las tasas de satisfacción podrían estar alcanzando más del 90 por ciento en la actualidad.

Ahora bien, la otra forma de medir cuál es el impacto, la eficacia que estén teniendo los cursos de capacitación es cómo están desempeñándose los maestros en los distintos procesos de evaluación o, incluso, eventualmente en los logros de aprendizaje de los estudiantes.

Vamos a ver, por ejemplo, un elemento que me parece central, las distintas evaluaciones son básicamente cuatro, ingreso, promoción, diagnóstica y una que se llama desempeño, esa es una de las más importantes, porque tratar de identificar fortalezas y debilidades en los maestros que ya están activos con distintos años de servicio en la escuela mexicana y tiene cuatro escalas de calificación en educación básica y cinco en educación media superior, es insuficiente, suficiente, bueno y destacado, en el caso de la educación básica.

Si nosotros comparamos las cifras, por ejemplo, del 2015, con las del ciclo actual, 2017, 18, van ustedes a ver que los que obtuvieron el resultado destacado, que es el más elevado, subieron de 7.9 por ciento al 15.8 por ciento, aquellos que obtuvieron el resultado bueno se fueron del 40.8 al 44.2 por ciento y, por consecuencia, los que obtienen los resultados más bajos, pues tienden a descender, naturalmente, del 13 por ciento al 8.9 por ciento en los insuficientes y los suficientes, o sea, los que pasaron apenas los distintos componentes de la evaluación, bajaron del 38.4 al 31.2 por ciento.

Cuántos participantes hemos tenido ahora en los distintos procesos del servicio profesional docente.

Como ya dije, son cuatro familias de evaluaciones, bueno, si ustedes ven la meta que alcanzamos ya en el mes de diciembre de 2017 de un millón 277 mil maestros que han participado en los distintos procesos de evaluación. Es francamente una cifra impresionante desde cualquier punto de vista.

Para un sistema educativo tan grande, como lo mencionó el Vocero Presidencial, nosotros tenemos un sistema, nomás quisiera recordarlo, de casi 37 millones de alumnos, 1.2 millones de maestros, 260 mil escuelas.

El haber alcanzado entre 2014 y diciembre del año pasado una cifra de esta dimensión de participantes es francamente un récord.

Les voy a dar un ejemplo, que me parece muy relevante:

Uno de los sistemas educativos en América Latina que tiene un desempeño exitoso y algunos de sus componentes se parecen al nuestro es el Chile. Chile tardó en construir su servicio profesional docente 10 años. Y Chile es un sistema que tiene aproximadamente seis millones de alumnos. Nosotros tenemos 36 en todos los niveles, de preescolar hasta el posgrado.

De seguir esta tendencia, que es nuestro propósito, como ustedes han visto, prácticamente cada ocho días estamos haciendo procesos de evaluación, en los últimos del fin de semana participaron, si mal no recuerdo, 36, 38 mil; entonces, estaríamos en condiciones de alcanzar una meta para el final de la Administración del presidente Peña de más de un millón 800 mil maestros que hayan participado en este proceso central.

Déjenme hacer, si me tienen un poquitín de paciencia, una acotación que es muy importante.

A veces se dice, Eduardo, que esta evaluación es solamente un examen o que está descontextualizado. No es verdad.

Un examen típico de evaluación del desempeño tiene tres componentes:

El primer componente se divide en dos. Es un informe de autoevaluación que hace el maestro de su práctica pedagógica y es un informe que sobre él da el director de la escuela. El segundo componente es la elaboración de un proyecto de mejora que puede ser referido, a su escuela, a su grupo, a una disciplina curricular o lo que sea.

Y el tercero es, ciertamente, un examen que tiene alrededor de 80 reactivos.

Los dos primeros componentes, no hay en el mundo y la literatura comparada así lo demuestran, que los dos primeros componentes no hay ningún otro que sea tan contextualizado al entorno en el que trabaja o vive el maestro al que se aplica una evaluación.

Qué pasa después de la evaluación. Nosotros les entregamos, a cada uno, no al millón 277 mil, porque acuérdense que la mitad son de ingreso, pero a la otra mitad, un informe individualizado, donde los aplicadores de la evaluación le dicen al maestro cuáles son sus fortalezas y cuáles son sus debilidades.

Por lo tanto, a partir de ahí, el maestro puede estar en aptitud de tomar los cursos de capacitación a los que ya hice alusión previamente de un menú muy extenso. Entonces, habiendo identificado dónde están sus debilidades, por ejemplo, si es matemáticas o algún tema de práctica pedagógica, puede encontrar en ese menú de capacitación exactamente lo que cree que puede darle mejores resultados.

Y la prueba de que está funcionando son algunos de las mejorías que mostré en la lámina precedente.

Para la parte de ingreso y esto es uno de los pilares centrales de la Reforma, así lo estableció la Reforma al Artículo 3º Constitucional y particularmente la Ley General del Servicio Profesional Docente, todos aquellos maestros que concursan para obtener una plaza de ingreso lo hacen a partir de que se publica una convocatoria que es pública y abierta. Y ahí se dicen un poco las características del concurso, cómo es el puntaje, la lista de prelación de la cual está se obtiene.

A partir de este que es un proceso absolutamente transparente, meritocrático y que depende del esfuerzo y la capacidad de cada uno de los participantes, hemos ya asignado al día de hoy aproximadamente ciento cincuenta y tantas mil plazas que han entrado específicamente por concursos y las otras 30 mil restantes hasta dar esta cifra de casi 190 mil, son promociones de maestros que han ascendido a Subdirector o de Subdirector a Director de la escuela ya no por influyentísimo, ya no por una recomendación como venía ocurriendo en el pasado, sino específica y estrictamente a partir de un concurso de mérito.

El haber logrado ya asignar hasta ahora aproximadamente 190 mil plazas o promociones por concurso es un cambio radical en la estructura del Sistema Educativo mexicano.

El cuarto componente tiene que ver con el nuevo modelo educativo. Como ustedes saben, hemos hecho dos o tres evaluaciones de cómo vamos en la propia Secretaría, en el modelo educativo. Entrará en vigor el próximo mes de agosto en su primer componente.

El nuevo modelo educativo tiene este nuevo educativo tiene digamos cinco componentes que describo muy rápidamente. El primero de ellos que parte de una idea de qué es lo que pretendemos hacer con la educación, para qué la educación, cuáles son los fines de la educación.

Por qué razón. Porque probablemente en la época en la que estudiamos el señor licenciado don Eduardo Sánchez y su servidor que ya pertenecemos a otra generación, la escuela para nosotros probablemente nos pudo aportar un porcentaje muy elevado de nuestros procesos formativos, ya no es así.

Y por qué no es así. Porque la influencia del entorno social, urbano, familia y, sobre todo, tecnológico, hace que los medios alternos de transmisión de conocimientos y de información compitan ya con la estructura formal del proceso de escolarización.

Y, por lo tanto, el plantearnos específicamente en los fines de la educación lo que la escuela puede dar efectivamente era central para entender muy bien de que se trató del nuevo modelo educativo.

Segunda novedad. Los organizamos ahora en tres componentes curriculares, el antiguo o el viejo modelo educativo era como describió alguien, alguna vez, como una especia de campo de fútbol, como el Estadio Azteca, digamos, muy extenso en materias, en contenidos, etcétera, pero con un grosor de medio centímetro.

Entonces, no tenía ningún sentido el continuar con una estructura que aportaba posiblemente cantidad, un barnicito de un tema o de otro, etcétera, etcétera, sino que había centrarnos en lo que llamamos los aprendizajes clave, divididos en estos tres componentes que ahí se mencionan, los cuales son:

Primero. Los aprendizajes claves mismos desde el punto de vista curricular.

Segundo. El entorno social y natural en el que el chico se mueve.

Y tercero. Este es un componente fundamental, las habilidades socioemocionales, que sí es un componente totalmente novedoso en la estructura de los planes y programas de la educación mexicana.

Vamos a empezar con la primera parte del nuevo modelo, como ya dije el próximo mes de agosto, con nuevos planes y programas, con nuevos libros de texto, que es un esfuerzo no menor que hace el país, que hace el Estado mexicano a ese respecto; y la segunda parte arrancará en el Ciclo Escolar 2019-2020.

Quinto elemento. Dije al principio, mejores escuelas, mejores maestros, mejores contenidos. Qué está pasando con las escuelas. Nosotros emprendimos, digamos, varios cambios de la mayor importancia, en algunos casos de incrementos relevantes. En el Programa Escuelas de Tiempo Completo, por ejemplo, inició esta Administración con aproximadamente seis mil 700 escuelas, hoy tenemos cuatro veces más, más de 25 mil.

Y estas escuelas, además, si uno correlaciona con los resultados de las pruebas de PLANEA, etcétera, etcétera, obviamente, están mostrando los mejores resultados.

La meta sería avanzar mucho más en la medida en que lo permita, desde luego, la disponibilidad presupuestal, pero, también, los recursos humanos acorde al nuevo modelo educativo.

Otro componente central ha sido la inversión que ha hecho este Gobierno. A lo largo de esta Administración, y hasta ahora, la cantidad invertida en modernización, reparación, mejoría, equipamiento de escuelas es una cantidad sin precedente.

Estos 139 mil millones de pesos es la cifra más elevada que ha invertido de recursos fiscales el Estado mexicano, Gobierno mexicano, en los últimos 50 años, y no lo digo yo, lo dice el Informe Anual del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

El siguiente elemento tiene que ver con los temas de cobertura. Quisiera, nada más, para que nos ubiquemos. El esfuerzo que hizo México, México país, a lo largo de todo el Siglo XX, fue un esfuerzo muy importante, uno de los más ejemplares a nivel internacional para atender cobertura.

Eso nos permitió, a lo largo de todo el siglo XX, que en, prácticamente, cualquier rincón, por más apartado que esté de la geografía nacional hay un servicio educativo, sea de CONAFE, sea una escuela regular o cualquier otro tipo de servicio educativo.

Pero al mismo tiempo teníamos que ir avanzando en la cobertura de otros niveles educativos, por ejemplo, en el caso de preescolar tenemos ya una cobertura de 75.7 por ciento en la edad atípica, nada más que si yo desagrego ese porcentaje en los tres años del preescolar, pues, entonces, en dos de ellos, por lo menos, tengo coberturas ya superiores del 90 por ciento en el segundo y en el tercero, en el primero no, es menor que eso, es de 57, 58 por ciento, porque en el caso de los niños de, digamos, de tres años que van a su primer año de preescolar, todavía no hay una, como llamarle, una cultura más arraigada mediante la cual los padres de familia se atrevan o se animen a mandar a su niño de tres años al primer año de preescolar.

Sin embargo, el que ya tengamos un porcentaje de cobertura en ese primer añito de 57 por ciento, 56 por ciento, nos indica que es una tendencia que va a ir avanzando de manera razonablemente consistente.

En el caso de la media superior la meta de este Gobierno me parece que era de 80 por ciento aproximadamente, hoy juntando las dos modalidades, escolarizada y no escolarizada ya la superamos con 85.7 por ciento, y en el caso de educación superior pasamos del 32.1 por ciento al 38.4 por ciento en esta Administración.

Si nosotros lo contrastamos con su contraste natural, que es la tasa de abandono, cómo ha ido reduciéndose en la actualidad, bueno, el caso de secundaria, iniciamos con el 5.1 por ciento, hoy vamos en el 4.2 por ciento, en la media superior del 14.3 por ciento nos fuimos al 12.8 por ciento, pero debo hacer un matiz en el caso de la media superior, hoy Laura publica un artículo interesante sobre ese tema.

Si ustedes ven la tendencia, digamos, desde el 2006 para acá en la media superior la tendencia era o es a la baja muy consistente, sin embargo, la información ya de este año, la información preliminar de los primeros meses de este año nos indica que se detuvo un poquito esa tendencia.

Por qué se detuvo. Al menos por tres razones. La primera de ellas, por circunstancias económicas, normalmente en los estados con menor crecimiento económico, la tasa de abandono suele no bajar tan rápidamente como en los estados que tienen tasas de crecimiento económico más elevadas.

Voy a dar dos ejemplos, digamos, no sé, Chiapas o Oaxaca, versus el caso de Aguascalientes, perdón que lo cite, yo soy de Aguascalientes, pero Aguascalientes ha venido creciendo a tasas casi del siete por ciento en su economía, pues, entonces, naturalmente las condiciones de todo tipo, incluidas éstas, tienden a ser mejores, primera causa.

La segunda causa es por un fenómeno que no es estrictamente escolar, sino del entorno, por eso lo mencionaba al principio, que tiene que ver con fenómenos como por ejemplo el embarazo adolescente.

La parte de la tasa de abandono se explica normalmente o suele ser más acentuada en el caso de las niñas, evidentemente por esta circunstancia; y en el caso de los niños, por razones económicas.

Pero la tercera, esa sí es más compleja de desentrañar y lo estamos estudiando, interpretando, para identificar muy bien las causas y poder corregirlo, es que en una gran encuesta que hicimos con chicos de prepa, de media superior, para preguntarles, ustedes saben que media superior está dividida en muy diversos subsistemas, bachilleratos generales y de todo tipo.

La encuesta nos arrojó información valiosa en el sentido de que no estaban encontrando suficientemente atractivos los contenidos de la preparatoria, cosa que tendrá a corregirse a partir de la entrada en vigor del nuevo modelo educativo.

Pero sí es una llamada de atención que nos da pistas o información, porque en un mundo en donde, como dije al principio, la escuela formal compite con otros transmisores de información en las tecnológicas, en los medios, en las redes, etcétera, etcétera.

Entonces, es probable, no lo afirmo en definitiva, pero es probable que tenga una relación, una cosa con la otra. Y en el caso de superior, el 7.2 por ciento al 6.77 por ciento.

En la parte de analfabetismo, también los progresos son importantes. Me detengo nada más en un dato, que es el dato de analfabetismo, que nos bajó del 6.2 por ciento a principios de este Gobierno, al 4.4 por ciento, lo cual ya es una cifra muy cercana, nos faltan nada más cuatro décimas para llegar al cuatro por ciento, que es el criterio internacional con el que razonablemente se califica o se afirma que un país está plenamente alfabetizado, como lo ha llamado la UNESCO.

Ahora bien, esta cifra de 4.4 por ciento nos supone aproximadamente unas 287 mil personas a las que hay que terminar de alfabetizar, de aquí al mes de diciembre. No tengo el corte de información al mes de mayo, pero el mes de abril ya habíamos avanzado sobre 10, 15 por ciento de ese gran universo, así que es probable, muy probable de hecho, que podamos terminar la Administración del presidente Peña Nieto con un cuatro por ciento o tal vez un poquitito abajo.

Esa cifra, además, y es muy importante señalarlo, cuando uno la desmenuza por estados y por municipios cambia evidentemente. Hay muchos estados.

Al principio del gobierno del presidente Peña había 12 estados que ya estaban muy por debajo de ese cuatro por ciento, 12 estados, ahora hay 20. Y si hay 20 estados que traen tasas de analfabetismo de 1 por ciento, 11.1, por ejemplo, la Ciudad de México, cosas así, pero hay 10 o 12 estados que todavía traen tasas de analfabetismo de dos dígitos y si yo lo desagrego por municipio, evidentemente las cifras todavía presentan un gran reto.

Voy a poner el caso de Veracruz. Veracruz tiene 212 municipios, hay por lo menos unos 40 que tienen todavía tasas de analfabetismo probablemente del 28, 30, 31 por ciento, los municipios evidentemente, más pobres, los más rurales, lo más rezagados.

Entonces esa es la mala noticia, la buena es que nos permite focalizar mucho mejor los esfuerzos de política pública y de presupuesto ya no a los estados que traen sus tasas ya muy bajas del 1 por ciento o menos, sino específicamente a los estados que tienen las más altas y concretamente dentro de ellos a los municipios en particular.

Ya casi voy a terminar.

Esto nos abre, además, otra gran hipótesis, pero es una hipótesis que cada vez la estamos convalidando más.

Dije al principio para el caso de los maestros cómo están mostrando mucho mejor desempeño. Hay dos elementos o dos evidencias ahora que nos dan información muy alentadora de lo que está ocurriendo a nivel estatal.

La primera de ellas. Son las cifras en los concursos de ingreso, como ya dije al principio, el resultado para los concursos de ingreso tiene dos escalas de calificación, idóneos y no idóneos. Los idóneos son los que entran dependiendo del número de plazas que haya. En los primeros concursos cuando arrancamos en 2014, por ejemplo, Quintana Roo tuvo un 56 por ciento del porcentaje de idóneos, en los de 2017-2018, 73 por ciento. Colima fue del 56 al 68 por ciento, la Ciudad de México se fue del 52 al 64 por ciento, Baja California se fue del 48 al 69 por ciento.

Y así está ocurriendo en muchos estados más. Primera evidencia.

Y la segunda. Adelante, por favor, es que, en el caso de los logros de aprendizaje, quisiera recordar que en el Diario Oficial de la Federación del 13 o 15 de febrero del 2013 cuando se publica la constitucional, se dice ahí que los propósitos del cambio de la Reforma Educativa no eran solamente garantizar el derecho de los niños a una educación de calidad tal, tal, tal, sino alcanzar máximos logros de aprendizaje.

Bueno, en apenas tres años se empiezan a notar ya algunos cambios en algunos estados en particular. PLANEA, como ustedes saben es una prueba que se aplica para medir distintas competencias, centralmente dos, lenguaje y comunicación, lo que antes llamábamos español y matemáticas.

Comparado a los dos últimas pruebas, levantamiento o aplicaciones 2015-2017, el lenguaje y comunicación hubo 11 estados que incrementaron ya su puntaje promedio; y, en algunos casos, de manera importante. Sonora, por ejemplo, en 29 puntos. Colima en 14 puntos, etcétera, etcétera.

Y en matemáticas hubo 18 estados que mejoraron sus puntajes. Sonora, otra vez, en 27 puntos, Coahuila en 17 puntos, San Luis en 15 puntos y demás.

Por qué es importante esta mejoría en puntos. Porque si ustedes, y aquí hay gente que cubre muy bien la información educativa, si ustedes comparan, por ejemplo, las tendencias de PISA con las de PLANEA, son dos pruebas diferentes, no son comparables.

Lo que quiero subrayar aquí es que cuando ciertos estados o ciertas regiones empiezan a subir en sus puntajes, como pasa en el caso de países con PISA, quiere decir que es una tendencia que puede ir consolidándose con el tiempo, y en menor periodo de lo previsto normalmente en el mundo, se pueden alcanzar logros de aprendizaje mucho más elevados en México, y en el caso de estas pruebas.

Nada más, les voy a poner el ejemplo de lo que ha pasado con PISA, repito, no son comparables PISA y PLANEA, pero la tendencia si es ilustrativa. En PISA, por ejemplo, hay países como Dinamarca cuyo desempeño en matemáticas y en lectura mejoraron de 500 puntos a 511, y de 496 a 500 puntos entre 2012 y 2015.

Noruega mostró un avance en el mismo periodo de 489 puntos a 512 en matemáticas, y de 504 a 513 en lectura. Quiere decir, entonces, que buena parte del éxito de la Reforma Educativa, evidentemente, requiriendo su consolidación, su continuidad, su instrumentación con la misma o mayor energía en los próximos años, nos va a ir mostrando que los máximos logros de aprendizaje, que se planteó la reforma en la Reforma Educativa en la reforma constitucional, se van a ir alcanzando mucho más rápidamente a partir de la gestión estatal y de la gestión escolar.

Y esto es un fenómeno que ha ocurrido en todo el mundo en países tan diversos, como Canadá, como Sudáfrica, como Polonia, como Portugal. Cuando nosotros vemos, y los medios lo reportan todo el tiempo, que sale el resultado de PISA, que salimos mal, etcétera, etcétera; pero cuando uno lo desagrega y los desmenuza, entonces, ya empieza uno a encontrar otra historia u otra forma de ver la historia.

O sea, la gran pregunta, qué hicieron los estados que mejoraron, que no hicieron o dejaron de hacer los estados que no mejoraron. Entonces, esa diferencia es central.

Está por publicarse o ya se publicó esta semana un libro muy importante de la OCDE, de Andreas Schleicher, que es el Jefe de la División de Educación de la OCDE, que desmonta una gran cantidad de mitos que hay en torno a los procesos educativos, entre ellos, efectivamente, el identificar que en prácticamente todos los países, los más de 50 que han hecho reformas desde principios de los años 80 para acá, suele haber progresos muchísimo más rápido a nivel subnacional que las grandes cifras o las cifra que no nos gustan a nivel nacional, y es un proceso que al final de que eso ocurra cambiará, evidentemente, el panorama nacional.

Último, penúltimo punto, perdón, cómo es la percepción de la Reforma Educativa.

Leo por ahí en los medios historias, en fin, a ese respecto, bueno, en tres encuestas que se hicieron el año pasado en vivienda, en todo el país y cara a cara, pues la Reforma Educativa alcanza un nivel de aprobación del 64 por ciento y debo decir, por cierto, que es el nivel de aprobación más alta de todas las reformas estructurales realizadas por esta Administración, no quiere decir que las otras no sean importantes, y lo son, son tan importantes como la educativa, pero sí, evidentemente, ésta, la educativa, es la que tiene más, que les diré, un sentido o una proximidad a la persona, a las familias, a los padres de familia, que hace, evidentemente, que sea una reforma mucho más valorada, como lo muestra ese 64 por ciento.

Y sí hacemos otras preguntas en relación con algunos de estos componentes el porcentaje es mayor, en población abierta el 79 por ciento aprueba las evaluaciones a los docentes, el 71 por ciento que tengan jornada ampliada, el 71 por ciento que se estén remodelando las escuelas, el 89 por ciento que se busque que los maestros tengan un alto nivel de inglés y, en la última, que esa no fue una encuesta entre población abierta, sino entre maestros concretamente, el 60 por ciento de los maestros piensa que su evaluación es fundamental para su desarrollo profesional.

Aquí término con unas tres conclusiones, me parece, y como ya dije, nada más para redondear, tendremos la entrada en vigor de la primera fase del nuevo modelo en agosto y terminar con los procesos del servicio profesional docente de este año, ya avanzamos bastante, el último o la última tanda la tendremos en el mes de noviembre.

Segundo. Toda la experiencia internacional muestra que el éxito de una reforma educativa depende de su sostenibilidad a lo largo del tiempo y de ciclos de política pública relativamente largos y continuados.

Tercero. Un elemento central de la eficacia de la reforma va a ser construir una nueva gobernanza del Sistema Educativo Nacional y alinear de manera mucho más coherente al conjunto de las entidades federativas con los grandes componentes y propósitos de la propia Reforma Educativa.

Me quedo hasta aquí, señor licenciado y vocero.