En cumplimiento con las nuevas directrices establecidas en la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), basadas en impulsar la producción agropecuaria y pesquera de forma sustentable, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) desarrolla tecnologías para la recuperación y conservación de áreas agrícolas y pecuarias con la cobertura de material vegetal.

Investigadores del instituto –organismo descentralizado de la SADER- detallaron que los procesos de recuperación y conservación de suelos, a través del buen manejo de materiales vegetativos, tienen la función de ser un filtro natural y propician el paso lento del agua al momento de desplazarse sobre la superficie.

De igual forma, evitan el desprendimiento de las partículas del suelo, esto es: nutrientes, minerales y otras propiedades básicas en la mejor producción y rendimientos de granos y hortalizas, y son una cubierta que lo protege del impacto directo de las precipitaciones pluviales -lluvia, llovizna, nieve, aguanieve y granizo-, así como de las mismas gotas de lluvia, explicaron.

Los especialistas del INIFAP, adscritos al Campo Experimental Saltillo –cuya área de influencia abarca una importante extensión de zona árida y semiáridas-, indicaron que existen dos tipos de cobertura vegetal: la foliar ubicada a nivel del dosel o follaje de las plantas, y basal, que es la que se encuentra a nivel del suelo.

Entre los procesos desarrollados desatacan metodologías para calcular la cobertura vegetal, como es el método de marco de puntos para el primer tipo de cobertura, basado en el conteo de proyecciones verticales y perpendiculares interceptadas por el dosel.

Otro es el método de Canfield, para el basal, que consiste en colocar una cinta métrica sobre el suelo con el fin de determinar el porcentaje de cobertura con respecto a la longitud total del transecto (perímetro).

Luego de realizar la medición en las áreas de estudio, los expertos establecen que si la cobertura foliar y basal es menor al 45 por ciento es conveniente implementar prácticas de manejo de pastizales, tanto para su recuperación como para su conservación.

Estas prácticas, agregaron los investigadores, consisten en: siembra de especies nativas e introducidas, exclusión al pastoreo de áreas degradadas, uso de sistemas de pastoreo y el ajuste de carga animal, entre otros.

Cabe señalar que, en el país, se registran zonas con sobrepastoreo por parte de la actividad pecuaria y la intervención del ser humano, lo que ha provocado la reducción de la cobertura vegetal en el suelo. En esa condición resulta importante la contribución de la tecnología en la conservación de áreas agrícolas y pecuarias.

Estas y otras tecnologías e innovaciones están al alcance de los productores del país en la página de Internet del INIFAP.

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