Como una alternativa a la crisis económica y alimentaria, el sorgo blanco es un grano que, además de proveer vitaminas del complejo B, potasio y hierro, entre otros, permite ahorros importantes que podrían sustituir el uso de maíz en la elaboración de productos de consumo humano, principalmente, en regiones rurales de México, ya que por cada kilogramo de grano de sorgo blanco se consiguen más de 2.3 kg de masa, y del maíz, solo se obtienen 1.7 kg de masa. Si además agregamos que para el cocimiento del grano de sorgo blanco se requiere menor cantidad de calor y de que el sorgo tiene costos de producción menores al del maíz, el costo final del producto como tortillas se reduce de manera importante.

Estudios del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), afirman que, además de la benéfica relación del beneficio/costo que procura su cultivo, la capacidad del sorgo blanco para adaptarse a climas extremos y suelos áridos, hacen de este cultivo una semilla potencial en manos de productores mexicanos que buscan incrementar la obtención de granos para la elaboración de tortillas u otros productos como totopos y galletas que contengan mayor contenido de fibra, carbohidratos y calcio, por mencionar algunos.

Esta tecnología del Campo Experimental Río Bravo del INIFAP, sugiere utilizar híbridos y/o variedades de sorgo blanco que presenten más del 10 % de proteína, que tengan buena calidad de grano y que sean tolerantes a los mohos del grano en campo o al Aspergillus flavus en el almacenamiento, un hongo que contamina cultivos y alimentos como en el caso del maíz. El desarrollo del sorgo blanco para elaborar alimentos, se encuentra disponible para ser utilizado a nivel nacional por todos los productores que requieran una propuesta saludable, de menor costo y amigable con el medio ambiente. Además, es un producto que puede ser de consumo constante por quienes sufren de problemas de intolerancia al gluten (celíacos).

Vale la pena señalar que la presencia de sequias en la zona de siembra del maíz, y su uso en la elaboración del etanol, han provocado que este grano se encuentre a elevados costos para los productores a nivel mundial. Por ello, las aportaciones tecnológicas del INIFAP con el sorgo blanco, coadyuvarían en la producción de alimentos a costos muy bajos en zonas rurales del país.