Por la contaminación que generan las excreciones del insecto conocido como mosca blanca en las fibras del algodón, expertos del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), estudian metodologías adecuadas para cuantificar el grado de afectación que provocan las poblaciones de esta plaga, así como su manejo, ya que la infestación, repercute en la economía de los productores de algodón, principalmente, en el norte de México, donde se ubica la mayor parte de este cultivo.

El investigador del Centro de Investigación Norte Centro del Instituto, M.C. Jorge Maltos Buendía, responsable del proyecto Manejo integrado de mosca blanca, Bemisia spp, para incrementar la productividad económica del algodonero en el norte de México, explicó que las alternativas propuestas para los productores están enfocadas a la convivencia con el insecto, sin ocasionar daños en la planta ni erogaciones por parte de los productores.

Manejo integrado, se refiere a la integración de todas las estrategias que permiten combatir la mosca blanca, dejando como última opción el control químico. Se conjugan el control cultural, con la eliminación de hospederos al término de la cosecha del cultivo que colabora en la multiplicación de la plaga; y el control biológico, donde se monitorea la población, tanto de la plaga como de insectos benéficos presentes en el algodón, este último, para relacionar el incremento de la mosca blanca respecto a sus depredadores y mostrar al productor la posibilidad de evitar aplicaciones de insecticidas contra la plaga si se mantiene la presencia en abundancia de los benéficos que favorecen el cultivo, como arañas, catarinas, chinches y avispitas parasitoides –larvas que se alimentan y desarrollan en el cuerpo de otro-, sin contaminar la fibra.

Cabe mencionar que, en 2019, durante el ciclo, se trabajó para conocer la dinámica de la población de la mosca blanca en el algodón y en cultivos que son hospederos, como el melón, en la Comarca Lagunera.

Por otro lado, se realizan evaluaciones de liberaciones controladas de insectos benéficos, traídos de laboratorios, para reforzar la fauna existente en los predios de forma natural, para así, conocer la dosis de benéficos liberados y los intervalos de liberaciones para señalar los efectos sobre la mosca blanca, manteniendo el equilibrio natural, sin el uso de insecticidas.

Sobre los comentarios de los productores, recordó que, ellos al observar el aumento de la mosca blanca aparejado al número de fumigaciones hechas, notaron que las acciones con tóxicos tenían bajo impacto en la plaga y alto en los insectos útiles, depredadores de la mosca blanca. Un escenario diferente cuando el uso de insecticida se redujo, ya que la mosca blanca se mantuvo sin rebasar los niveles de acción debido a la conservación de la fauna benéfica presente en el cultivo de manera natural.

Dijo que es importante el monitoreo semanal por parte de los técnicos para actuar de manera oportuna frente al problema, y que se busca inculcar la vigilancia de los insectos benéficos para dejar que hagan su parte frente la plaga, sin necesidad de aplicaciones tóxicas.

La primera etapa del proyecto se dio con la concientización de los productores y capacitación para el muestreo en los predios. En la actualidad se observa el impacto de las liberaciones controladas de insectos benéficos y evaluación del daño a la fibra. La última etapa en 2021, será realizar estudios de evaluación de resistencia en los insectos, para señalar los insecticidas que no surten efecto en la plaga y evitar su uso en el campo, manifestó el experto.

El algodón es un cultivo rustico tolerante a la sequía en la primera etapa, que requiere de 3 riegos, fertilización y cuidados como la maleza y buen control de plagas.

El M.C. Jorge Maltos Buendía, es originario del municipio de Nazas, Durango. Realizó la licenciatura en la Universidad Antonio Narro en la especialidad de Parasitología, la maestría en el Colegio de Posgraduados en el Estado de México, y se encuentra en preparativos para iniciar el doctorado. Ingresó al INIFAP en 2018, y además de este proyecto, colabora en estudios sobre generación de líneas tempranas de algodón convencional, y selección de chiles resistentes a la secadera en el estado de Durango.

Desarrollar investigación encaminada al manejo de las plagas mediante el uso de estrategias no contaminantes del ambiente ni dañinas para la salud de las personas, es prioridad del científico que, también, gusta de las actividades al aire libre en compañía de su familia.