Ante el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), el Campo Experimental Centro de Chiapas del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), se encuentra en el proceso de registro de dos variedades de cacahuate –planta herbácea- una del tipo Virginia y otra del tipo Valencia, generadas a partir de materiales criollos y de la selección de las plantas de mayor rendimiento y adaptación, así lo dijo el investigador del Instituto, Dr. Eduardo Raymundo Garrido Ramírez.

En Chiapas, el cacahuate se cultiva de manera tradicional y se usa como una alternativa en áreas con problemas de sequía, donde el maíz limita su rendimiento. Aun cuando puede cultivarse en tierras de poca fertilidad, es importante seleccionar la textura y pendiente adecuadas, así como mejorarse con la adición de materia orgánica, para evitar que la erosión o las lluvias intensas arrastren la semilla. Dependiendo la variedad y el tipo de cacahuate, la planta tiene un ciclo de 90 a 125 días bajo condiciones de temporal en esta zona.

Si bien, los productores suelen separar de sus propias producciones materiales para semilla, estas no cuentan con la propiedades genéticas ni sanitarias que se requieren en el mercado, por lo que la tecnología y capacitación de los expertos del INIFAP les permite obtener mejores productos de acuerdo a la necesidad, ya sea para semilla, alimento o industria.

Debido a que los productores demandan semilla de cacahuate de buena calidad y tecnología para la producción, el INIFAP desarrolló también la técnica de encapsulado, que protege a la semilla de plagas y enfermedades, estimula su crecimiento y reduce los agroquímicos. La semilla se cubre con insecticida y microorganismos, que fungen como biofertilizantes, para formar una cápsula que adhiere los componentes, lo que permite economizar en la producción, tener las condiciones fitosanitarias requeridas y minimizar los químicos, algo interesante para quienes buscan realizar agricultura orgánica, explicó.

El cacahuate siembra su propia semilla y cuando la tierra es dura, en la cosecha se puede arrancar la planta y la semilla quedar enterrada, por lo que es importante seleccionar el tipo de suelo para su cultivo.

Cabe mencionar que las principales plagas de cacahuate en Chiapas son las que viven en el suelo y afectan la raíz, como la gallina ciega –larva que destruye las raíces en pocos días-, larvas de Diabróticas –reducen el volumen y devoran las raíces-, y gusanos de alambre –agujeran la raíz-. También están los gusanos lepidópteros –larvas de palomilla- que dañan las hojas; e insectos que se alimentan del jugo de la planta como ácaros, araña roja, chicharritas o trips –insecto alado-. En el caso de enfermedades, la más común e importante es la mancha foliar por cercospora o “peca”, la cual puede causar defoliación a la planta cuando se presenta en etapas tempranas del cultivo.

Sobre el almacenamiento en bodegas, enfatizó la importancia en el manejo adecuado del cacahuate para evitar su contaminación por aflatoxinas –toxina que deteriora las células e induce al cáncer en humanos-, ya que esta semilla es un buen hospedante de Aspergillus flavus –hongo productor de aflatoxinas-. Añadió que, en Estados Unidos y Tamaulipas, hay productos comerciales a base de cepas de Aspergillus flavus que no produce aflatoxinas, una opción de la que falta implementar y validar en estados como Chiapas.

El investigador expuso que con los productores integrados en los Proyectos de Desarrollo Territorial (PRODETER), de la Secretaría de Desarrollo Rural (SADER) que incluye el diagnóstico del sistema de producción, capacitación y transferencia de tecnología, los resultados son de mayor beneficio ya que se busca que los productores puedan abastecerse de su semilla y puedan acercarlo a sus organizaciones. Hay que dar a conocer más la información que se tiene, advirtió.

Así mismo, señaló que implementar un programa de investigación dedicado al cacahuate, importante para Oaxaca, Morelos, Guerrero y Chihuahua, permitiría la elaboración de proyectos amplios para mejoramiento genético de cacahuate, uso de microrganismos para nutrición, inductores de resistencia genética y actualización en el manejo sustentable de plagas y enfermedades, por ejemplo. Además, dar opciones de uso de las cáscaras de cacahuate que pueden ser incorporada al cultivo para mejorar las condiciones del suelo o ser alimento para animales.

Actualmente se capacita a los productores en manejo sustentable del suelo, densidad de población, fertilización, control de plagas y malezas. Se espera que el 2020 puedan realizarse parcelas demostrativas con las nuevas variedades.

Es importante destacar que, en la generación de esta información, han participado principalmente el M.C. Aurelio López Luna en el caso de variedades, tecnología de producción y atención al PRODETER, así como el Dr. Francisco Javier Cruz Chávez en el caso de variedades y encapsulado, ambos investigadores de este campo experimental.