De acuerdo en que la diversidad entre individuos, variedades, poblaciones, ecosistemas, así como la salud y capacidad de adaptación a los cambios ambientales de los seres vivos, se relaciona a su genética, en el ámbito forestal, investigadores del área de biología molecular analizan el ADN (Ácido Desoxirribonucleico), ARN (Ácido Ribonucleico) y las proteínas de las especies maderables y no maderables para conocer y mejorar la utilidad, manejo y planes de conservación de los organismos que se encuentran en peligro en el país.

En el laboratorio de Germoplasma y Biotecnología Forestal del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Conservación y Mejoramiento de Ecosistemas Forestales (CENID COMEF), del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el experto en biología molecular y bioinformática, Dr. Miguel Ángel Vallejo Reyna, señaló que su labor radica en generar conocimiento sobre los rasgos genéticos de especies importantes para eficientar los cultivos de los productores y los programas de conservación de la biodiversidad.

Explicó que tras la secuenciación –métodos y técnicas bioquímicas indicadoras del orden de adenina, citosina, timina y guanina- del genoma humano, que permite obtener la información del ADN del hombre a través de los datos que arrojan los medios computacionales como enfermedades hereditarias; en la bioinformática forestal se logran interpretar, biológicamente,  millones de datos que le dan sentido y certeza a una investigación.

El contenido de las moléculas son claves en la identificación de las características de los árboles y para analizar su ADN, se utilizan compuestos químicos que tiñen las moléculas y permiten su visualización con rayos ultravioleta emitidos por un fotodocumentador –aparato sensible a los colorantes que documenta los geles-.  

Con relación a los trabajos de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) para la protección y aprovechamiento de las especies nativas, se puede decir que, frente al Cambio Climático, los estudios moleculares e informáticos que analizan la diversidad genética localizada en poblaciones naturales, serán muy importantes “si nosotros perdemos material genético que tenga posibilidad de adaptarse a estas condiciones, ponemos en riesgo las especies. Tener este conocimiento es la única manera de generar programas novedosos orientados hacia su conservación y uso sostenible” añadió.

Atendiendo las necesidades del país, entre las labores en el laboratorio destacan las investigaciones con cedro rojo y poblaciones de primavera -árboles tropicales-; además de las aportaciones a bancos de germoplasma como el de chayote en Veracruz, y orquídeas. En el CENID COMEF, se cuenta con una computadora de alto rendimiento que almacena y analiza archivos con millones de datos de secuenciación genética de distintas especies.

Actualmente se desarrolla el análisis genómico de la especie maderable tropical Cedro rojo, que se enfoca en la fisiología de la germinación debido a que la semilla es importante para la conservación al ser resultado de la cruza de dos individuos. Y en 2020, se iniciará el proyecto de Pino Pátula, para evaluar su resistencia a la sequía, frío y salinidad, entre otros.

El Dr. Vallejo, señaló que se trata de descubrir cuáles son las características genéticas implicadas en los procesos germinativos para tener información que ayude a conservar la semilla a mayor plazo y evitar colectas constantes. Los nuevos estudios ayudarán a la prevención de enfermedades y al manejo forestal para un uso más sustentable de la biodiversidad.

Internacionalmente hay programas para secuenciar los mapas genéticos de las especies como “Genoma de diez mil plantas”, esfuerzo científico que pueda determinar herramientas para la preservación de estos seres. Aclaró que por el Cambio Climático existe una pérdida acelerada de diversidad por lo que la humanidad tiene que aplicar medidas que permitan conservar las especies por los productos, bienes y servicios que le proveen para vivir.

Cabe mencionar que, así como los roedores son utilizados como modelo de estudio en medicina, en plantas el modelo de estudio es la arabidopsis (Arabidopsis thaliana) –planta herbácea silvestre-, cuya secuenciación genómica fue la primera en la historia para plantas en el 2000 mientras que el álamo negro (Populus trichocarpa) es el modelo de estudio en árboles y su genoma fue secuenciado en 2006.

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