La mayor parte de la biodiversidad proviene del suelo, y se conoce que sólo se ha identificado el uno por ciento de las especies en esta superficie. Es un elemento en el que se encuentran minerales, bacterias, materia orgánica y nutrientes que son esenciales para los cultivos, por lo que mantener los suelos sanos impacta directamente en la producción de alimentos saludables. Por su relevancia, en el 5to. Diálogo del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), “Conservación del suelo” fue el tema en el que especialistas destacaron su función y cuidado.

A través de YouTube y Facebook, el secretario de la Alianza Global por el Suelo, Oficial de la Tierra y Agua, que encabeza la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) en Roma, Italia, Dr. Ronald Vargas, explicó que se deben fortalecer las acciones con los gobiernos y la sociedad civil -intercambiando y aprendiendo con las distintas regiones- para el manejo y conservación del suelo, para obtener los beneficios de sus servicios ecosistémicos como el reciclado de nutrientes y el secuestro de carbono.

Comentó que el problema de la alimentación es que su distribución no es la adecuada y que países de primer mundo no aprovechan los víveres, se trata de un fenómeno que perjudica a los países no desarrollados. El suelo provee múltiples servicios y se deben aprovechar mediante incentivos, capacitación en el tema que complemente a la agricultura, tecnologías sostenibles y proyectos en campo.

El representante del Servicio de Investigación Agrícola (ARS, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos de América, Dr. Jorge Delgado, indicó que la Revolución Verde fue un ejemplo para desarrollar, con bases científicas, mejores prácticas agrícolas para alcanzar la seguridad alimenticia; con métodos sostenibles de suelo y agua, se potencializaría una producción agrícola mundial, así como políticas públicas que contribuirán a la mitigación y adaptación del Cambio Climático (CC) en sistemas agrícolas.

Delgado abundó en que el trabajo es global, y el interés debe ser enfático en su conservación debido a que el suelo es un reservorio de carbono -uno de los elementos clave para enfrentar y reducir el CC-.

Por su parte, el investigador del INIFAP, M.C. Walter López Báez declaró que del suelo se extrae el 98 por ciento de los alimentos y que para producir más en la misma superficie -evitando la tala de bosques y perdiendo biodiversidad-, se debe potenciar su importancia porque no solo ahí crecen plantas, también del suelo se obtienen nutrientes y se almacena agua, es el hábitat de un ecosistema de seres vivos.

Dijo que, en Chiapas, el INIFAP cuenta con tecnologías que diagnostican los diferentes suelos, y con productores se genera un sistema de producción en maíz/ganado -de forma integral-, “con las investigaciones que realizamos podemos restaurar el suelo para romper problemas estructurales como la compactación y la acidez, posteriormente, trabajamos con agricultura de conservación para sembrar diversidad de cultivos sin afectar al suelo”, describió el especialista del Instituto.

La biota del suelo contiene la mayor concentración de biomasa de cualquier parte del planeta, y se compone por una cantidad inmensa de microorganismos, con una cadena trófica que mantiene el equilibrio de la vida en los ecosistemas naturales y agrícolas. El INIFAP protege la biota con tecnologías en manejo sostenible, producción, uso racional y de conservación para mantener sana la biodiversidad del suelo.