El pasado 28 de mayo, en el Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL) se llevó a cabo la plática: “Comparativa tecnológica entre sistemas electromecánicos y sistemas naturales de tratamiento de aguas residuales”, impartida por el Dr. Armando Rivas Hernández, del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) y organizada por el Programa de Sustentabilidad Ambiental del INEEL.

El Doctor Rivas inició su plática mencionando tecnologías para el tratamiento de aguas residuales a través de procesos naturales (como las lagunas de estabilización y humedales) y mecánicos (tales como lodos activados, filtros rotatorios, zanja de oxidación, torres de oxidación y filtros percoladores). Así mismo, analizó la problemática de las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) que existen en el país, de las cuales solo trabaja el 52%.

Abordó los temas de regulación en materia de contaminantes, y el hecho de que la mayoría de las PTAR fueron construidas antes de que se establecieran esos criterios; también abundó en las enfermedades de origen hídrico. Posteriormente mostró las diferentes etapas de tratamiento de aguas residuales, donde la primer fase incluye la eliminación de sólidos (mediante cribado con rejillas, filtración con arenas y gravas y sedimentación de las partículas más pesadas (formando lodos que contienen diversos contaminantes y que deben ser secados para su disposición final (p.e. como abono o composta)); en la segunda etapa, por otro lado, se consideran principalmente procesos biológicos donde se utilizan bacterias que consumirán materia orgánica no degrada en la etapa primaria. En esta etapa los tratamientos se pueden llevar a cabo con procesos naturales (lagunas y humedales) o mecánicos (lodos activados, filtros, biodiscos, zanjas de oxidación, etc.). Cuando se aplican procesos mecánicos se requiere emplear, adicionalmente, sedimentación secundaria y un proceso de desinfección, por lo que requiere de una etapa terciaria. En la etapa terciaria o avanzada, se aplican diversos procesos, como son remoción de sustancias contaminantes, coagulación química y biológica, filtración, ósmosis inversa, electrodiálisis, etc., con lo que finalmente se obtiene agua tratada que puede ser descargada al cuerpo receptor.

El ponente comentó también, que los sistemas electromecánicos para el tratamiento de aguas requieren de energía eléctrica cuyos costos constituyen el 80% de los gastos de operación; generan ruido, emisiones a la atmósfera y mal olor. Por el contrario, los humedales no generan ruido, no requieren energía eléctrica, su operación y mantenimiento son más sencillos, por lo que demandan menor número de operadores, reducen las emisiones de gases que contribuyen al calentamiento global y su capacidad tiene un amplio rango. También protegen la vida silvestre, y mientras hacen su trabajo de procesar aguas residuales, brindan una vegetación agradable, y permiten la obtención de subproductos comercializables como carrizos, tule y flores, entre otros, que permiten ingresos económicos por la manufactura y venta de artesanías (sustentabilidad), el riego de cultivos y la apicultura. Por otro lado, el Dr. Rivas mencionó también que, en países como Alemania, la construcción de humedales en zonas rurales es un requisito de ley.

Asimismo, realizó una comparación de costos de producción de agua tratada, en donde se resalta que para pequeños caudales el costo de tratamiento mediante un sistema mecanizado avanzado (con remoción de N y P) está entre 4 y 5 pesos/m3, mientras que, con los humedales, es de 60 a 80 centavos/m3. Aunque los costos de construcción de los humedales pueden ser iguales o superiores a los de los sistemas mecanizados, los costos totales se reducen, considerando la operación y el mantenimiento.

Para finalizar, Armando Rivas compartió su experiencia en relación con la instalación y mantenimiento de sistemas de humedales, donde la promoción de la participación social es un aspecto fundamental en el éxito de su implementación y operación.