Las consecuencias del cambio climático afectan a todos, pero no por igual. Sus efectos son más fuertes para las pequeñas comunidades que, en ocasiones, no cuentan con los recursos necesarios para llevar a cabo acciones de adaptación al cambio climático, ni acceder a programas de financiamiento que les permitan mejorar sus condiciones de vida ni mejorar sus capacidades.

Es por ello que el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), con apoyo de Ethos Innovación en Políticas Públicas y el Instituto de Recursos Mundiales México (WRI, por sus siglas en inglés), financiados por la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD, por sus siglas en francés) y la Unión Europea a través de su Programa Euroclima+, realizaron un encuentro con organizaciones de la sociedad civil (OSC) de distintas entidades federativas para identificar retos y oportunidades de financiamiento para la adaptación al cambio climático.

En este espacio, OSC de la Ciudad de México, Estado de México, San Luis Potosí, Veracruz, Morelos, Tabasco, Puebla y Michoacán, conversaron sobre las necesidades específicas de capacitación, información y apoyo para acceder a fuentes de financiamiento que les permitan implementar medidas de adaptación al cambio climático en sus territorios. Esta información será la base para la elaboración de una guía para el acceso a financiamiento climático a desarrollarse en los próximos meses.

Según datos del INECC, México es el segundo receptor de financiamiento climático en América Latina, además de ser beneficiario de financiamiento internacional para la adaptación en las modalidades bilateral, regional y multilateral. Entre 2006 y 2022, ha recibido 562 millones de dólares provenientes de fondos multilaterales para la acción climática. Del 2017 al 2018, la distribución de los recursos de cooperación internacional fue de 60% a proyectos transversales, 35% para mitigación y solo 5% para adaptación al cambio climático. Además, el apoyo que llega a los gobiernos subnacionales y a las comunidades locales es aún menor, lo cual contribuye a perpetuar las desigualdades, generar inequidad en el acceso al financiamiento y dejar de lado a la población que más necesita de estos recursos para adaptarse, bajo el contexto actual de una crisis climática y de pérdida de biodiversidad.

Lo cual plantea la urgente necesidad de democratizar el acceso a los recursos climáticos internacionales y nacionales que ofrecen diversos fondos y mecanismos para beneficio de comunidades, cooperativas y OSC locales, fortaleciendo sus capacidades para que puedan estar habilitadas para acceder a los recursos.

Esta actividad es parte del proyecto “Fortalecimiento de capacidades y guías para el acceso a financiamiento climático para pequeños implementadores comunitarios de medidas de adaptación al cambio climático”, que tanto el INECC como Ethos y WRI están implementando.