La coordinadora general de Mitigación del Cambio Climático del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), Claudia Octaviano Villasana, detalló que la mitigación es responsabilidad de todos los sectores, así como las comunidades para contribuir a la solución, no sin antes entender lo que está pasando en el tema.

Señaló que el problema de las emisiones ha incrementado anualmente, lo que pone en riesgo el calentamiento global y, por lo tanto, hay mayores consecuencias para los habitantes de la Tierra, lo que se hace evidente en diversas zonas del país.

“Lo más importante para el INECC es que el conocimiento en México se difunda, que la gente tome decisiones con base en este conocimiento, y que los nuevos talentos vean una oportunidad para hacer carreras exitosas y un impacto en el mundo, donde puedan hacer una diferencia ante el problema del cambio climático”.

Recordó además que México ha sido el primer país en desarrollo en entregar su contribución a la mitigación del cambio climático ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, lo que demuestra que los países en desarrollo pueden comprometerse con respecto a las acciones.

 

Innovación tecnológica en el contexto del cambio climático

Para lograr una exitosa innovación tecnológica, así como a tener una nueva visión hacia el futuro del mundo, es necesario un cambio de paradigma. Para Luis Aguirre Torres, director corporativo de Green Momentum México, uno de los elementos que se deben incluir para la búsqueda de soluciones ante el cambio climático es la creatividad, ya que –menciona- es un elemento esencial para cambiar nuestra forma de pensar y así, generar soluciones.

En este sentido durante la mesa redonda “Revolución tecnológica y evolución social, la era del Big Data, la electro movilidad y la disrupción de la energía renovable”, Alexander Wehr, director CEO de BMW México, Latinoamérica y el Caribe y Horacio Soriano, director de desarrollo de negocios de Scheider Electric, coincidieron en que no puede haber un cambio de paradigma, si no se cambia la forma de producción: “No es suficiente lanzar un auto eléctrico si la producción de éste no es limpia”, detalló Wehr.

En este sentido, en México ya existen empresas consolidadas que se especializan en el desarrollo de las tecnologías bajas en carbono para contribuir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y beneficiar además en el desarrollo social, económico y ambiental, identificó Antonio Del Río Portilla, director del Instituto de Energías Renovables de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Puntualizó que el gobierno mexicano, las instituciones de investigación y la iniciativa privada se encuentran en un proceso de integración y aprendizaje mutuo, con miras a construir sistemas a largo plazo que garanticen la vida de dichos espacios de generación de conocimiento.

El desarrollo de estas tecnologías abre una posibilidad para resolver problemas sociales para cada región en particular, por lo que Diego Arjona Argüelles, director general del Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias, resaltó que se debe conjuntar el conocimiento desde diversas disciplinas y que, además, “La innovación debe ser pensada desde lo local y debe apoyada por el conocimiento científico”, concluyó.

 

Tecnologías de monitoreo de carbono en la naturaleza

Para entender el potencial de almacenamiento de carbono desde los ecosistemas, Jorge Herrera Silveira, Investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, unidad Mérida, presentó comparativos entre los humedales, bosques y selvas para identificar a los ecosistemas costeros como una de las herramientas más efectivas, ya que éstos duplican la captura de carbono comparado con otros ecosistemas.

En este sentido, Ana Carolina Ruiz Fernández, investigadora en el tema de carbono, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, presentó algunas consideraciones derivadas de su investigación. De acuerdo con ella, 93 por ciento del CO2 del planeta es “secuestrado” y reciclado en los océanos, y su importancia radica en que en éstos se produce del 50 al 70 por ciento del oxígeno que respiramos, por lo que consideró vital cubrir los vacíos en su investigación.

La tecnología al servicio de la identificación de fenómenos causados por la injerencia del hombre en los ecosistemas fue motivo para la participación del Ingeniero Javier Aguilar Lara, director de Soluciones Geoespaciales, del Servicio de información Agroalimentaria y Pesquera, quien presentó algunas herramientas como drones, calculadoras de nitrógeno, aviones no tripulados, e imágenes satelitales que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación utiliza para generar información estadística y geoespacial en el sector agropecuario, que resulta de utilidad en el tema de cambio climático.

Finalmente, Tim Daley, profesor asociado de geografía física, de la Escuela de Geografía, Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente de la Universidad de Plymouth, Reino Unido, presentó algunas reflexiones de su estudio sobre el potencial de reducción de emisiones a través de herramientas naturales como las turberas.

En su investigación encontró cómo es que la turba, un material orgánico rico en carbono, puede ayudar a la reducción de emisiones de metano a la atmósfera. Esta investigación ha contribuido a generar métodos para detectar el reciclaje de metano mediante la reintroducción de bacterias a partir de cambios sutiles en los isótopos del carbono para identificar las fuentes de aumento de metano en la atmósfera.