Es emocionante ver el esfuerzo compartido entre la Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Medio Ambiente y este es solo uno de los ejemplos a seguir porque tenemos proyectados muchos más programas y esfuerzos colectivos conjuntos con la Secretaría de Educación Pública.

Efectivamente necesitamos la ayuda de los pedagogos y de los educadores para poder transmitir a las nuevas generaciones, especialmente a los niños y a los jóvenes el tema de la crisis climática que se expresa como el conjunto de irracionalidades que nos ha traído este mundo moderno.

Necesitamos ofrecer conocimiento e información a los niños y a los jóvenes, pero aquí entra antes que todo un reto enorme, cómo dar información y conocimiento a estas nuevas generaciones sin generar en ellos reacciones negativas, reacciones de angustia, de preocupación extrema, reacciones de parálisis e incluso de evasión. Ese es un primer reto que hay que revisar, cómo suministrar de manera inteligente, con toda cautela, el panorama que se nos presenta que genera muchas reacciones que deben de ser atajadas a través de la introducción de los temas con sumo cuidado. Sin embargo, tampoco podemos evadir la mención cognitiva porque también como sabemos hay en el mundo al menos dos gobernantes de países que niegan la existencia de la crisis climática. Esto desde el punto de vista científico es inadmisible porque es un hecho completamente comprobado, resultado del trabajo de tantas y tantos científicos en esta instancia global que también es inédita porque nunca tantos científicos, miles de científicos se habían organizado para estudiar el equilibrio del planeta. Aquí tenemos con nosotros a la que ha sido representante de México, la Dra. Amparo Martínez quien ha estado siempre presente en estas reuniones internacionales y ha sido nuestra voz, lo cual nos llena de orgullo.

Pero también hay otra dimensión más que no podemos olvidar, la dimensión emocional. No vamos a lograr sujetos comprometidos desde el punto de vista ambiental y social si no los involucramos emocionalmente, y ahí entra el papel del arte y los artistas para poder conectar al individuo con su bagaje de conocimientos. Necesitamos que los niños y los jóvenes se entreguen de cuerpo entero a la defensa del planeta.

Por otra parte, los pueblos originarios que hoy están conformados por 7,000 culturas, hablantes de 7,000 diferentes lenguas nos marcan el camino porque este mundo moderno es un mundo industrial, capitalista, tecnocrático, patriarcal, básicamente se construye cuando se rompe toda esta tradición de miles de años en la que el ser humano concebía a la naturaleza como una entidad viva con la cual está conectado permanentemente. Es importante tener presente esta ecología sagrada de los pueblos indígenas porque justamente el mundo moderno se caracterizó por convertir a la naturaleza en una entidad muerta, en un sistema a explotar, en un ecosistema, en un conjunto de materias primas, en un capital natural, esto tenemos que cuestionarlo a profundidad.

Termino diciendo que no debemos olvidar lo que sucedió el año pasado con esta explosión de los niños que encabezó Greta Thumberg. Nos están haciendo un llamado a los adultos, a los maestros, a los ecólogos. Los niños del mundo están ya muy preocupados, los que tienen información que son los de los países del primer mundo sobre todo, están muy preocupados por el tema de la crisis planetaria.

Termino también diciendo que tenemos que recurrir al pensamiento crítico porque no somos todos los seres humanos los culpables de lo que sucede desde el punto de vista de la destrucción ambiental y ecológica, no somos todos, es un sistema dominado por una minoría y fundamentalmente han sido los intereses de las grandes corporaciones las que han provocado esta crisis climática. Eso está clarísimo ya hoy y tenemos también que aceptarlo.

Necesitamos que los niños y jóvenes se comprometan, se conviertan en militantes, en seres críticos, en seres con conciencia de lo que sucede en el mundo desde el punto de vista ambiental y en paralelo en la dimensión social.