La implementación de medidas de mitigación orientadas a la reducción de las emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero, y la implementación de medidas de adaptación que permitan disminuir la vulnerabilidad de las comunidades humanas y los ecosistemas, representan las dos grandes alternativas de acción frente al cambio climático.

Mitigación de emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero

La mitigación consiste en la implementación de medidas orientadas a la reducción de las emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero1.

Las emisiones son la liberación en la atmósfera de gases y compuestos de efecto invernadero y/o sus precursores y aerosoles, en una zona y un período de tiempo específicos, y pueden ser generadas por actividades humanas como la combustión de combustibles fósiles para la producción de energía, la deforestación y el cambio de uso de suelo, pero también pueden ser provocadas por procesos naturales que afectan las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

Implementación de medidas de Adaptación orientadas a la reducción de la vulnerabilidad

La adaptación puede definirse como “las iniciativas y medidas encaminadas a reducir la vulnerabilidad de los sistemas naturales y humanos ante los efectos reales o esperados de un cambio climático”; existen diferentes tipos de adaptación: preventiva y reactiva, privada y pública, y autónoma y planificada”.1

La adaptación es un proceso de aprendizaje interdisciplinario, multidimensional y transversal, que requiere considerar el conocimiento local, el papel de los individuos y las organizaciones de la sociedad civil.2

La vulnerabilidad es el grado de susceptibilidad o de incapacidad para afrontar los efectos adversos del cambio climático –especialmente aquellos relacionados con la variabilidad del clima y los fenómenos extremos–, y depende del carácter, magnitud y rapidez del cambio climático a que esté expuesto un sistema, así como de su sensibilidad y capacidad de adaptación.1

La evaluación de la vulnerabilidad y la implementación de medidas de adaptación deben realizarse a nivel local respondiendo a condiciones particulares.

La gestión efectiva del riesgo ante los efectos del cambio climático implica generalmente el desarrollo de una cartera de acciones que permitan reducir el riesgo y responder a los eventos y desastres a partir de un enfoque integrado, en lugar de mantener un enfoque único en una acción, o un sólo tipo de acción. Cuando parten de información científica sólida e incorporada a las circunstancias locales, los enfoques integrados son más eficaces. 2

Tanto las medidas de mitigación como de adaptación se desarrollan con base a lo que los científicos denominan escenarios de cambio climático, que pueden definirse como representaciones plausibles y a menudo simplificadas del clima futuro. Estas representaciones se basan en el análisis de un conjunto de relaciones climatológicas, se construyen con la finalidad de investigar las consecuencias potenciales del cambio climático antropogénico. A menudo, los escenarios de cambio climático son utilizados para llevar a cabo las simulaciones de los impactos del cambio climático, así como para averiguar la vulnerabilidad de ecosistemas y comunidades.