Han transcurrido tres décadas desde que se tuvo identificación y reconocimiento del SIDA como una epidemia mortal, la cual tiene su origen en el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH). "Esta devastadora enfermedad ha dejado su huella en México ya que a la fecha se contabilizando 100,000 defunciones", aseveró Luis Manuel Arellano, activista y colaborador de la Clínica Especializada Condesa del Gobierno de la Ciudad de México. En la actualidad es de urgente importancia que este sector de la población vulnerable cuente con la información y atención médica especializada, y que se les garantice una vida digna y libre de discriminación.

En este sentido fue que se llevó a cabo el tercer módulo "VIH/SIDA, Reflexiones en torno a la persecución y la protesta"; el cual forma parte del curso Del silencio a la protesta: Historia del movimiento de liberación homosexual, organizado por el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), Archivos Diversos y el Museo de Memoria y Tolerancia.

"Sin el reconocimiento del VIH/SIDA como una pandemia que se consideraba propia de los gays en los años 80, el movimiento de Liberación Sexual LGBTI no hubiera alcanzado la voz y el alcance que tuvo en la sociedad"; opinó el activista Luis Arellano al explicar que debido a la discriminación y exclusión gratuita que recibieron las personas homosexuales por considerárseles portadores del VIH, fue que muchos grupos y colectivos alzaron la voz para desaprobar la discriminación ejercida no solo hacia las personas con la enfermedad sino también hacia la comunidad homosexual.

En las décadas de los años 80 y 90 las nuevas organizaciones de activistas gays incorporaron en sus agendas políticas la lucha contra el SIDA y fue gracias a estas acciones que se fortalecieron las agendas LGBTI. "La lucha contra el SIDA abrió foros a la diversidad sexual y ha entablado una visibilización fuera de la discriminación hacia personas con VIH", mencionó el activista.

En la actualidad se tiene un registro de aproximadamente de 160,000 personas en México que tienen acceso y un tratamiento a los antiretrovirales, y por lo tanto viven con VIH; sin embargo, expuso "se están exceptuando muchas personas más en todo el país que no tienen acceso a estos medicamentos o ni siquiera tienen acceso a que se les hagan las pruebas, ya que los centros de atención a personas con VIH/SIDA están concentrados en la capital del país y son pocos los centros que se encuentran distribuidos en la república, los cuales están alejados de comunidades y territorios vulnerables.

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050/2020