–En cambio, si se vive con pesimismo,  le damos un sentido negativo y no queremos llegar a ella. Por tanto, cuando se llega a esa etapa, se sufre –explicó la especialista.

Durante el curso Formación de Promotores Voluntarios de Derechos Humanos de las Personas Adultas Mayores, impartido en Baja California Sur en días pasados, resaltó que la vejez no es una enfermedad, ni tampoco una etapa de pérdidas.

–La vejez influye en la manera en que la vivimos. Debemos llegar con optimismo a esta etapa de la vida –insistió Arriaga Vilchis. Hay que darse cuenta que con el tiempo se gana experiencia, presencia, libertad, conocimiento, serenidad, desapego y sensatez.

Después de exponer algunas virtudes y aspectos que deberían disfrutarse en la vejez, hizo hincapié en la promoción y difusión de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.

Derechos humanos

–Los derechos humanos son un conjunto de valores que son aceptados por la humanidad, como los elementos esenciales para la dignidad, el desarrollo y bienestar de la especie humana. Son principios o valores fundamentales para la convivencia de los seres humanos.

–Sirven para evitar la discriminación y maltrato, injusticia, y la falta de oportunidades, entre muchas otras situaciones; son las elecciones que hacemos cada día como seres humanos, el compromiso de ayudarnos unos a otros, de proteger a los más necesitados.

Su importancia consiste en proteger la vida, la integridad, la seguridad, la libertad, la igualdad y la dignidad, y  personas y autoridades tienen la obligación de respetarlos.

El 15 de junio de 2015, la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) realizada en Washington, aprobó la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos de las Personas Mayores.

Otro documento para proteger los derechos de las personas adultas mayores es la Ley de las Personas Adultas Mayores, que tiene por objeto garantizar el ejercicio de los derechos de las personas adultas mayores, así como establecer las bases y disposiciones para su cumplimiento. Se publicó el 25 de junio de 2002.

En México la población de 60 años y más supera los 10.9 millones de habitantes y se prevé que para el 2030 alcance los 15 millones. Por lo que surge una reflexión personal, ¿qué puede hacer cada uno de nosotros, en su persona y su entorno inmediato, para contribuir en la práctica de los derechos humanos?

 

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