–Además, la pintura ayuda a expresar emociones y a socializar con los demás, señaló la profesora, quien acumula ya 17 años como docente. Actualmente trabaja en el Centro Cultural San Francisco, del Inapam, donde sus alumnos aprenden esas y otras actividades.

El seis de agosto pasado se abrió la exposición de trabajos de profesores y alumnos de ese centro cultural del Inapam. Comprende paisajes, aves, flores, rostros en lápiz, acuarela y óleo; también expresiones que conjugan la satisfacción y la alegría de compartir un espacio maravilloso, donde las personas se relajan y se sienten productivas.

–Para dibujar a lápiz hay que combinar luces, sombras y darle volumen. Los alumnos hacen ejercicios para aprender el claroscuro en objetos. Por ejemplo, si dibujan una luna, de un lado ponen la luz y del otro, la sombra. El claroscuro es la sensación de volumen producido por el juego de luz y de sombra sobre los objetos –explicó la maestra Lupita.

–El lápiz que se usa es el HB, porque es más suave, hasta llegar a los oscuros, como el B3. Más duro cuando empiezas, para que no se marque mucho la raya y más suave cuando tienes más experiencia.

–¿Qué es lo más difícil de dibujar? –se le preguntó.

–Son los rostros y las manos. Cuando marcas los ojos y logras ver la mirada desde diferentes puntos, quiere decir que está bien hecho.

–¿Con qué material es más fácil trabajar?

–El óleo, en comparación con la acuarela, es más fácil, pues se puede encimar la pintura. Si se comete un error, puedes poner otro color encima. En cambio, con la  acuarela no se puede poner otro color.

–¿Qué les ha dejado la clase de pintura? –preguntamos a algunos alumnos que se acercaron a la exposición.

Para mí, pintar es como meditar. Uno no se puede distraer, porque pierde la perspectiva –comentó Silvia Feria.

–La actividad de estos talleres ayuda a olvidar problemas de salud, y lo más importante, nos sentirnos productivos –agregó Margarita Siller.

–A mí me ha despertado el deseo de dibujar. Hacía mucho que no lo tenía –señaló Roberto Zúñiga.

La experiencia de la maestra Lupita, como la llaman sus alumnos, comenzó con sus clases en el Seguro Social. Posteriormente estudió en Bellas Artes y asistió durante muchos años a clases particulares, con maestros reconocidos.

Los Centros Culturales Inapam son espacios donde se ofrecen diversas opciones de formación y desarrollo humano a personas de 60 años y más. Algunas de las actividades del Centro Cultural San Francisco son, pintura en porcelana, copage en madera, estampado en tela, modelado en plastilina, vitrales y dibujo y pintura, entre otras.

El Inapam cuenta con cuatro centros culturales: Alhambra, Aragón, Cuauhtémoc, y San Francisco. En estos centros se imparte iniciación artística, educación para la salud, lenguas extranjeras, talleres de artesanías y de artes plásticas, y computación.

Guadalupe Garduño Marmolejo, maestra voluntaria en el Centro Cultural San Francisco del INAPAM.

Margarita Siller, adulta mayor estudiante de pintura del Centro Cultural San Francisco del INAPAM.

Maestra voluntaria Guadalupe Garduño Marmolejo y dos estudiantes de pintura del Centro Cultural San Francisco del INAPAM.