La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera actualmente a la obesidad como una epidemia global, presente en todos los países y que impacta en todos los grupos de edad. En México, se estima que el 70% de la población padece sobrepeso y casi una tercera parte sufre de obesidad.

La obesidad se origina por un aumento de la cantidad de grasa en el cuerpo y no solamente por un aumento de peso que puede deberse a otros tejidos como los músculos y los huesos.

Tener un peso adecuado siempre es importante. En esta pandemia se vuelve de especial relevancia porque los datos de las investigaciones sugieren que las personas con obesidad tienen un riesgo mayor de hospitalización, cuidados intensivos, y/o muerte por COVID-19. Por ello, es recomendable que quienes tengan obesidad trabajen desde casa y salgan solamente si es muy necesario.

La obesidad “más peligrosa”, es la que se produce por tejido graso acumulado en la zona abdominal (perímetro de cintura superior a 102 cm en hombres y a 88 cm en mujeres), ya que está asociada a un mayor riesgo de infartos y otras enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial.

Se considera que una persona es obesa cuando su Índice de masa corporal (IMC: la relación que guarda el peso de una persona con su estatura) es superior a 30 kg/m2. Sin embargo, en las personas adultas mayores es preferible mantener un IMC entre 24 y 28 kg/m2, porque cifras más bajas se asocian a mayor riesgo de complicaciones en la salud.

 

¿Cómo prevenir la obesidad?

  • Manteniendo una actividad física constante: por lo general, en las personas mayores suelen preferirse los ejercicios de bajo impacto, los cuales pueden realizarse en casa. Se recomienda al menos 30 minutos diarios de actividad física.

 

  • Consumiendo una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales: sin olvidar incluir aceite de oliva, legumbres, frutos secos crudos, pescado, carne de ave. Es conveniente que para esto se reciba el apoyo de un profesional en nutrición que pueda orientar sobre la dieta que se requiera de acuerdo a las necesidades de energía.

 

  • Disminuyendo el consumo de azúcares: se ha probado que el consumo de azúcar y grasa en exceso favorece la aparición de obesidad y otras enfermedades como la diabetes. Es muy importante consumir con moderación alimentos como  pastelillos, galletas y dulces, así como evitar el consumo de refrescos.

 

¿Cuál es el manejo para tratar la obesidad?

Cada caso es diferente, por lo que la asesoría por parte de profesionales en nutrición y el seguimiento médico son indispensables para que las personas mantengan o alcancen su peso ideal.

 

  1. Dieta basada en frutas, verduras y cereales no procesados: se ha visto que no sólo favorecen la longevidad, sino que disminuyen la grasa y por ende, ayuda a disminuir la obesidad. Sin embargo, toda dieta debe ser prescrita por un profesional en nutrición y con seguimiento médico, porque en las personas mayores es importante que una dieta baja en calorías no produzca desnutrición puesto que este diagnóstico se relaciona con muerte.
  2. Beber agua simple: se recomienda que sean entre 6 y 8 vasos diarios (cada vaso de 250 mililitros). No es bueno que consuma refrescos o jugos procesados debido al alto contenido de azúcar y nulo contenido de nutrientes necesarios para el día a día.
  3. Realizar ejercicio: incluso en esta pandemia, la actividad física es posible. Existen rutinas que pueden hacerse desde casa y que contribuyen a la disminución de la grasa abodminal. Hay que tomar en cuenta si se tienen problemas relacionados con la movilidad, por lo cual, es necesario asesorarse profesionalmente para hacer ejercicios que beneficien, sin que constituyan un riesgo para la salud.
  4. Tratamiento psicológico: existen varias terapias enfocadas en el cambio de hábitos alimenticios que han demostrado ser eficaces para el control de la obesidad, tal es el caso de la terapia cognitivo-conductual, la cual, refuerza el efecto de la dieta y el ejercicio.
  5. Tratamiento farmacológico: con los medicamentos es posible conseguir una pérdida de peso adicional sobre la dieta y el ejercicio. Sin embargo, éstos están limitados a ciertos padecimientos y siempre deben de ser prescritos por profesionales en medicina, y nunca consumir “medicamentos” para bajar de peso, sin prescripción médica.

 

En este confinamiento por COVID-19 hay que buscar opciones que ayuden a disminuir el riesgo de desarrollar obesidad. Existen profesionales que están brindando asesoría vía telefónica o por medios digitales.

El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores como Órgano Rector de las Políticas Públicas a favor de este grupo poblacional, se interesa en informar de la obesidad y otras enfermedades durante la pandemia COVID-19, por lo que busca comunicar acerca de esto y ayudar a las personas a tomar decisiones informadas para mejorar su calidad de vida.

 

 

Fuentes:

  • Prevención, Diagnóstico y Tratamiento del Sobrepeso y la Obesidad Exógena. México, Secretaría de Salud, Actualización 2012.
  • Página del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado. Fecha de publicación 19 de enero de 2016.
  • Chen, Nanshan & Zhou, Min & Dong, Xuan & Qu, Jieming & Gong, Fengyun & Han, Yang & Qiu, Yang & Wang, Jingli & Liu, Ying & Wei, Yuan & Xia, Jia'an & Yu, Ting & Zhang, Xinxin & Zhang, Li. (2020). Epidemiological and clinical characteristics of 99 cases of 2019 novel coronavirus pneumonia in Wuhan, China: a descriptive study. The Lancet.
  • Petrova, D., Salamanca-Fernández, E., Rodríguez Barranco, M., Navarro Pérez, P., Jiménez Moleón, J. J., & Sánchez, M. J. (2020). La obesidad como factor de riesgo en personas con COVID-19: posibles mecanismos e implicaciones [Obesity as a risk factor in COVID-19: Possible mechanisms and implications]. Atencion primaria52(7), 496–500. https://doi.org/10.1016/j.aprim.2020.05.003
  • Shama-Levy, Teresa et al. Sobrepeso y obesidad en población mexicana en condición de vulnerabilidad. Resultados de la Ensanut 100k. Salud Pública de México, [S.l.], v. 61, n. 6, nov-dic, p. 852-865, dic. 2019.